Dos mil personas se entregan a las promesas del 'pocero' de Fuenlabrada
El 25 de noviembre revelar¨¢ los municipios en los que construir¨¢ las viviendas
Al sexto d¨ªa abri¨® sus puertas y recibi¨® a los aspirantes a cooperativistas. Estaban cansados. Helados. Llevaban en una mano una copia del registro para demostrar que no tienen propiedades y su carn¨¦ de identidad. En la otra, 120 euros.
Jos¨¦ Moreno, el pocero de Fuenlabrada, lleg¨® puntual a la cita que ¨¦l mismo hab¨ªa marcado hace ya varias semanas para poner la primera piedra de su obra: 2.100 pisos baratos para otras tantas personas. Por el momento, los m¨¢s de dos mil ilusionados s¨®lo se llevaron a casa un documento que acredita que han pagado 120 euros a una gestora y que, en breve, deber¨¢n pagar otros 60 m¨¢s para entrar a formar parte de una cooperativa. Esa cooperativa ser¨¢ la encargada de conseguir el suelo necesario para hacer los pisos comprometidos: o bien compr¨¢ndolos a particulares, o bien obteni¨¦ndolo en concursos p¨²blicos.
Ahmed Kallou ten¨ªa el n¨²mero 2.101, y sue?a con que haya una lista de espera
Teresa Alc¨¢ntara y su hermano David fueron los primeros. Lo eran desde el domingo, cuando su padre, Emilio, inaugur¨® a las ocho de la ma?ana la ya c¨¦lebre acampada por los pisos de el pocero bueno. Desde ese momento, alguien de su familia ha estado siempre all¨ª, frente a la sede de la asociaci¨®n de vecinos La Avanzada. "Nos hemos turnado entre mis padres, mi hermano, mi novio, mi cu?ada y yo", explicaba en la ma?ana de ayer Teresa, mientras pateaba el suelo para evitar que se le congelasen los pies. Tras muchas horas de fr¨ªo y de sue?o, llegaba el momento para obtener los frutos de su esfuerzo. "Confiamos plenamente en Jos¨¦. Va a conseguir que tengamos piso", zanjaba David, pertrechado bajo un gorro invernal, ante las dudas de los periodistas.
A medida que se acerca el momento de la apertura de las oficinas, los nervios crecen. Teresa, de 31 a?os tiene en mente a su novio Jos¨¦ Manuel, de 35. Viven juntos en un piso de alquiler, por el que pagan 800 euros al mes. Moreno es su oportunidad para tener un piso. "Nos costar¨ªa 20 millones menos y tardar¨ªamos 20 a?os menos en pagarlo que un piso en el mercado libre", suspira Teresa.
Junto a ella, su hermano seguro que piensa en Deyanira, su mujer, de 24 a?os. Y en su peque?a de nueve meses. Tambi¨¦n ellos viven de alquiler. Tambi¨¦n pagan cerca de 800 euros por un piso en Fuenlabrada. Para poder vivir, David acumula dos trabajos. "No para el pobrecito", explica su esposa.
A las 10.00, un hormigueo les recorre el cuerpo. Es el momento. Suben las escaleras que llevan hasta la oficina de La Avanzada. Recogen sus impresos, firman los documentos, pagan sus 120 euros y entregan toda la documentaci¨®n. Despu¨¦s se abrazan. Teresa llora. "Estoy muy emocionada", exclama mientras se limpia las l¨¢grimas. Abajo a los dos hermanos les esperan sus padres, Emilio y Dolores. "F¨ªjate, yo inici¨¦ la cola y ahora ya lo hemos conseguido", dice el padre visiblemente emocionado. Tras las felicitaciones, cada uno vuelve a su casa. "Ahora hay que continuar con la vida normal", reflexiona Dolores antes de ser asaltada por un grupo de c¨¢maras.
Muy lejos de esa escena, donde a¨²n humean las fogatas de la ¨²ltima noche, centenares de personas se afanan en levantar las tiendas de campa?a. Ahmed Kallou es el n¨²mero 2.101: el primero que se quedar¨¢ fuera de las promesas del pocero. Lleg¨® el mi¨¦rcoles por la ma?ana con el objetivo de conseguir un piso barato en el que poder vivir junto a su mujer y sus cinco hijos. El m¨¢s peque?o tiene seis a?os. El mayor 20. "Me han dicho que habr¨¢ una lista de espera. Qui¨¦n sabe", se resigna el marroqu¨ª, que lleva 21 a?os en Espa?a trabajando en la construcci¨®n.
Jos¨¦ Moreno reiter¨® por su parte ayer que a¨²n no hay suelo disponible para la construcci¨®n de los pisos comprometidos. No obstante, puso fecha para dar a conocer los municipios en los que podr¨ªan construirse las viviendas: el pr¨®ximo d¨ªa 25. Mientras tanto, en la fila, los rumores se extend¨ªan como la p¨®lvora: "Dicen que habr¨¢ en Getafe y M¨®stoles", dec¨ªa uno. "Pues yo he escuchado que ser¨¢ en Alcorc¨®n", respond¨ªa otro. "Y yo en Humanes..."
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