Guy Peellaert, dibujante y fot¨®grafo
Referente del c¨®mic de vanguardia, realiz¨® portadas de discos de los Rolling Stones o Bowie y carteles de pel¨ªculas de Wenders o Scorsese
Guy Peellaert falleci¨® el pasado lunes en Par¨ªs, a los 74 a?os de edad por un ataque al coraz¨®n. Artista polifac¨¦tico como pocos, su impronta se puede encontrar desde el c¨®mic a la fotograf¨ªa, pasando por la pintura, la m¨²sica y el cine. Grafista dotado, Peellaert cultiv¨® la hibridaci¨®n formal para realizar series de cuadros tan brillantes como Rock dreams, que sobre textos de Nick Cohn trazaba un tributo surrealista y on¨ªrico a las grandes figuras de la m¨²sica pop.
Su estilo hiperrealista le vali¨® memorables portadas de discos de los Rolling Stones (It's only rock 'n roll), David Bowie (Diamond Dogs) o ?tienne Daho (Pour nos vies martiennes), carteles tan carism¨¢ticos e influyentes como los de las pel¨ªculas Short Cuts (Altman), Taxi driver (Scorsese), Alas sobre Berl¨ªn, o Par¨ªs, Texas (Wenders), y una extensa obra en la que destaca con especial fuerza su breve pero fundamental contribuci¨®n al c¨®mic.
En plena ebullici¨®n cultural e intelectual de la Francia de finales de los sesenta, el c¨®mic se convirti¨® en un referente contracultural. Una forma considerada de subcultura infantil y vulgar que se erigi¨® en refugio y herramienta de provocaci¨®n contestataria hacia la cultura oficialista de un selecto grupo de autores que, impulsados fundamentalmente por el editor Eric Losfeld, rompieron todos los l¨ªmites formales y conceptuales del medio con una serie de c¨®mics protagonizados por hero¨ªnas hipersexuadas, de militancia radical y novedosa vanguardia est¨¦tica que hund¨ªa sus ra¨ªces en lo m¨¢s profundo de la cultura popular. La Barbarella de Jean-Claude Forest abrir¨ªa un camino en el que las contribuciones de Peellaert resultar¨ªan decisivas. Junto al guionista Pierre Bartier cre¨® en 1966 Las aventuras de Jodelle, una l¨²cida y comprometida s¨¢tira fant¨¢stica de la sociedad de los sesenta, publicada en las p¨¢ginas de Hara Kiri, en la que una hero¨ªna inspirada en la cantante Sylvie Vartan protagonizaba una explosi¨®n de delirante cromatismo plenamente deudora del pop art.
Se trata de una obra de inflexi¨®n que tendr¨ªa prolongaci¨®n en Pravda, la survireuse (1968), que realiz¨® junto a Pascal Thomas. Fran?oise Hardy tom¨® el relevo de referencias para adentrarse en la psicodelia m¨¢s excesiva y en la fusi¨®n atrevida de g¨¦neros -desde el western a la ciencia-ficci¨®n y las road movies- con el pop m¨¢s visceral y desmedido. Dos obras que sentaron las bases de una relectura adulta del medio y que supondr¨ªan un legado primordial al que a?adi¨® la sorprendente Bye bye bye, baby, bye bye, en 1973.
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