"El sonido de mi viol¨ªn es como la voz de una soprano"
Su atuendo -cazadora oscura, botines, vaqueros y gafas negras- no le diferencia mucho de los j¨®venes que en esos momentos se cruzan con ¨¦l en las calles de Madrid. El estuche que sostiene con fuerza en sus manos hace sospechar que oculta un gran tesoro. Cuando lo abre no hay duda: es un Stradivarius de 1713, conocido como Gibson ex Huberman, una pieza que posee un sonido de una belleza deslumbrante que no conoce l¨ªmites. El viol¨ªn fue comprado por Joshua Bell (Bloomington, 1967) por algo m¨¢s de tres millones de euros. O¨ªrlo en las manos de esta figura resulta una experiencia m¨¢gica. Lo podr¨¢n comprobar los espectadores que acudan a presenciar su actuaci¨®n en el Auditorio Nacional (Madrid) junto a la Orquesta Nacional de Espa?a.
"El instrumento que toco desde ni?o es muy cercano al coraz¨®n"
El Stradivarius de Bell tiene una gran historia de intrigas y misterio
El sonido que emerge de ese preciado objeto, seg¨²n Bell, es el ideal, "similar a la voz de una soprano. Es un sonido capaz de poner los pelos de punta. Cuando est¨¢s en una sala de conciertos, ese algo que tienes en el cerebro se proyecta a trav¨¦s del instrumento de modo muy especial".
El violinista estadounidense se muestra prudente y hasta exhibe cierta dosis de modestia cuando explica que la belleza no reside en c¨®mo ¨¦l interpreta, sino en las composiciones de las obras de los grandes maestros. "Los importantes son los creadores, no los que interpretamos sus partituras. Lo ¨²nico que hacemos es transmitir la emoci¨®n que como int¨¦rprete sientes". Bell compara el trabajo del m¨²sico al del actor. "Si t¨² te sientes bien, eres capaz de hacer llegar al p¨²blico esos sentimientos porque el viol¨ªn es un instrumento muy cercano al coraz¨®n".
El viol¨ªn de Bell ha estado rodeado de intrigas y misterios. El instrumento fue robado en varias ocasiones a su anterior propietario, Bronislaw Huberman. La primera sustracci¨®n ocurri¨® en Viena y apareci¨® a las pocas semanas. La segunda vez fue en 1936 en el camerino del Carnegie Hall de Nueva York y durante 50 a?os estuvo desaparecido hasta que un m¨²sico callejero, cuando se estaba muriendo, confes¨® a su mujer, que el viol¨ªn que hab¨ªa utilizado para ganarse la vida tocando por los caf¨¦s de Manhattan era un famoso Stradivarius. A partir de entonces pas¨® por varias manos hasta que, en 2001, lo adquiri¨® Joshua Bell.
El violinista, experto en mercadotecnia musical, ha logrado en varias ocasiones que sus discos est¨¦n en las listas de los m¨¢s vendidos de m¨²sica cl¨¢sica. No tiene reparos en introducirse en otros g¨¦neros como el jazz, el blues o componer m¨²sica para pel¨ªculas. "Me gusta la buena m¨²sica y eso es lo ¨²nico importante". El pr¨®ximo disco que sacar¨¢ al mercado ser¨¢ las Cuatro Estaciones, de Vivaldi, con la Orquesta de la Academy Saint Martin in the Fields.
Pero estar situado el n¨²mero uno en las listas no le sirvi¨® de nada cuando, hace poco m¨¢s de un a?o, cogi¨® su Stradivarius y toc¨® en uno de los pasillos del metro de Washington. Durante 43 minutos interpret¨® obras maestras y la recompensa fueron 25 euros. ?Lo volver¨ªa a hacer? "Ni loco. No me gust¨® la experiencia".
El hombre que debut¨® a los 14 a?os con la orquesta de Filadelfia dirigida por Riccardo Muti ha trabajado recientemente con una de las grandes promesas mundiales de la direcci¨®n de orquestas, el venezolano Gustavo Dudamel. "Fue una experiencia maravillosa descubrir el trabajo del maestro Abreu, fundador del Sistema Nacional de Orquestas Infantiles y Juveniles de Venezuela y ver ese entusiasmo con el que los j¨®venes participan en ellas. Es muy excitante tocar con una formaci¨®n como la Sim¨®n Bol¨ªvar y saber que al frente de ella se encuentra uno de los mayores talentos actuales de la direcci¨®n de orquesta".
Bell apuesta por exportar a otros pa¨ªses el sistema Abreu: "No hay que educar a los j¨®venes para que sean profesionales sino para que disfruten con la m¨²sica, para que desde ni?os aprendan a entusiasmarse con los sonidos y la belleza que encierran las obras de los grandes maestros. Los que nos dedicamos a ello tenemos que hacer hincapi¨¦ porque de la ense?anza depende el futuro".
Bell act¨²a hasta ma?ana junto a la ONE con un programa que incluye Batalla de Enrique V, de William Walton, El viol¨ªn rojo, de John Corigliano y la Sinfon¨ªa n¨²mero 7 de Beethoven.
Babelia
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