Jap¨®n, uno m¨¢s al agujero
La segunda econom¨ªa entra en recesi¨®n por el descenso de las exportaciones
En las f¨¢bricas japonesas no cabe un alfiler. Coches, televisiones y maquinaria diversa se apilan en los dep¨®sitos a la espera de un pedido que se retrasa en llegar. La contracci¨®n de la demanda en Estados Unidos y la Uni¨®n Europea, que suponen el grueso de su mercado, ha hundido en recesi¨®n a la segunda econom¨ªa del mundo tras dos trimestres de crecimiento negativo. Contribuy¨® a ello el que el ritmo de crecimiento de la demanda de China, -hoy en d¨ªa su principal cliente- se ha reducido desde mayo a menos de la mitad del de 2007.
Eran pocos, sin embargo, los que presagiaban un escenario tan oscuro cuando la econom¨ªa japonesa parec¨ªa emerger de un largo t¨²nel: la dur¨ªsima reconversi¨®n que la banca y la econom¨ªa japonesas se vieron obligadas a abordar tras el pinchazo de la burbuja inmobiliaria a principios de la d¨¦cada de los noventa. La crisis de entonces dur¨® una d¨¦cada, hasta 2001, aunque el pa¨ªs no se libr¨® de la deflaci¨®n hasta hace apenas un a?o.
"El pa¨ªs se enfrenta a una doble transici¨®n pol¨ªtica y social", dice un profesor
"La econom¨ªa japonesa depende mucho de la venta exterior y las empresas han sufrido una fuerte ca¨ªda de los beneficios. El horizonte a medio plazo es m¨¢s que preocupante", afirma Kazuei Tokado, profesor de la tokiota Universidad de Kanda.
De momento, el consumo interno resiste: en el tercer trimestre creci¨® el 0,3%, lo que puede servir de cierto est¨ªmulo ya que este cap¨ªtulo representa el 55% de los casi cuatro billones de euros del producto interior bruto (PIB) japon¨¦s. Pero, los expertos temen que la acumulaci¨®n de cifras negativas lime a¨²n m¨¢s la confianza de los consumidores, que desde julio se encuentra en niveles m¨ªnimos. Los japoneses, grandes ahorradores, podr¨ªan volver la espalda al consumo y concentrarse en el ahorro ante la incertidumbre que presenta el futuro.
La verdad es que las nubes que pueblan el cielo nip¨®n son cada d¨ªa m¨¢s negras. La Bolsa ha ca¨ªdo a niveles de hace 26 a?os y los peque?os inversores, que durante el verano aprovecharon la volatilidad del Nikkei para jugar en el parqu¨¦, est¨¢n optando, como los grandes, por salirse antes de seguir corriendo riesgos.
Hasta ahora no se ha resentido el empleo. La tasa de paro se encuentra en torno al 4,5%, pero se teme que conforme se reduce la demanda de gigantes como Toyota, Nissan, Honda, Mitsubitshi y tantos otros comenzar¨¢n a quebrar peque?as y medianas empresas.
"La situaci¨®n es muy seria", declar¨® el ministro de Econom¨ªan Kaoru Yosanon al anunciar la entrada del pa¨ªs en recesi¨®n. En el segundo trimestre de 2008 el PIB se contrajo el 3,7% y en el tercero, un 0,4%.
Seg¨²n el profesor Tokado, la gravedad de la situaci¨®n se deriva de que "pese a las apariencias, en Jap¨®n no existe un verdadero estado del bienestar. El subsidio de desempleo es malo, las pensiones son peque?as y el seguro m¨¦dico no est¨¢ consolidado".
En Jap¨®n, m¨¢s que pap¨¢-Estado, hubo pap¨¢-empresa. Todos esos beneficios eran anteriormente responsabilidad de las compa?¨ªas, pero la crisis de los noventa acab¨® con el modelo paternalista. La pol¨ªtica neoliberal del primer ministro m¨¢s popular que ha tenido el pa¨ªs, Junichiro Koizumi (abril de 2001 a septiembre de 2006), termin¨® de poner la puntilla a los trabajadores. En la actualidad un tercio de los contratos laborales son precarios.
Los expertos atribuyen la recesi¨®n al aumento de los precios de los combustibles, ya que el Imperio del Sol Naciente importa casi la totalidad que lo que consume, incluidos los recursos para la producci¨®n de energ¨ªa el¨¦ctrica. A esto se suma una revalorizaci¨®n del yen con respecto al d¨®lar cercana al 30%. S¨®lo en septiembre la moneda japonesa se apreci¨® el 9,4%, lo que ha encarecido considerablemente sus exportaciones.
Pero la recesi¨®n lleg¨® tambi¨¦n de la mano de las empresas que redujeron significativamente sus inversiones: el 1,7% entre julio y septiembre. Este dato preocupa especialmente al Gobierno que, de acuerdo con la oposici¨®n, ha dispuesto toda una bater¨ªa de medidas para estimular la econom¨ªa y evitar el cierre de miles de empresas.
El primer ministro Taro Aso, que baraj¨® adelantar las elecciones previstas para septiembre de 2009 a principios de este mes de noviembre, cambi¨® de parecer ante las negras perspectivas econ¨®micas. La inestabilidad pol¨ªtica que vive el pa¨ªs -cuatro primeros ministros en dos a?os- no es lo mejor en una situaci¨®n de crisis. Aso, que ocupa el cargo desde septiembre pasado, quer¨ªa acudir a las urnas para romper el bloqueo que sufre el Gobierno del Partido Liberal Democr¨¢tico (PLD) desde que la oposici¨®n, el Partido Democr¨¢tico de Jap¨®n (PDJ), se hizo con la mayor¨ªa del Senado -en julio de 2007-, lo que acaba con buena parte de las iniciativas del Gabinete en cuanto llegan a la C¨¢mara alta.
La crisis y la ca¨ªda en picado de la popularidad de Aso echaron al olvido una convocatoria electoral, que hace prever el primer gran triunfo de la oposici¨®n desde la fundaci¨®n del PLD en 1955. Si las encuestas no mienten, los japoneses han abierto las puertas a la alternancia en el poder, que podr¨ªa producirse en primavera. El socio gubernamental del PLD, el Partido Nuevo Komeito, no quiere que la legislatura llegue a t¨¦rmino y presiona a Taro Aso para que convoque elecciones antes de la primavera.
El envejecimiento de la sociedad, que ya se encuentra en crecimiento negativo, a?ade le?a al fuego de la crisis econ¨®mica. En Jap¨®n existen m¨¢s de un mill¨®n de centenarios y el 21% de los 127 millones de habitantes tiene m¨¢s de 65 a?os.
"El pa¨ªs se enfrenta a una doble transici¨®n pol¨ªtica y social, que exige un cambio de estrategias y nuevas medidas econ¨®micas a medio-largo plazo", se?ala Tokado.
No hay duda de que en Jap¨®n el Estado es fuerte como regulador del mercado, pero tiene una tasa pobre de presi¨®n fiscal. Entre las medidas parece imperativa una subida de impuestos. La presi¨®n fiscal en Jap¨®n apenas llega al 40%, a semejanza de la de Estados Unidos y bastante m¨¢s baja que la media europea. Incluso el PLD aprob¨® hace m¨¢s de un a?o una subida del IVA, que es s¨®lo del 5%, pero con la popularidad en ca¨ªda libre no se ha atrevido a llevarla a la pr¨¢ctica, lo que impide avanzar hacia un modelo de protecci¨®n social.
El PDJ, que es una amalgama de socialistas, algunos comunistas y escisiones del PLD, a¨²n no se ha decantado formalmente sobre si seguir¨¢ una pol¨ªtica econ¨®mica de car¨¢cter socialdem¨®crata o liberal.
Ante tanta incertidumbre, la recesi¨®n puede ser mucho m¨¢s profunda de lo que parece.
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