El fantasma de la deflaci¨®n sobrevuela Occidente
Los analistas pronostican una ca¨ªda generalizada de precios el pr¨®ximo a?o en EE UU y Europa
La profesora Keiko Otori cuenta que a principios de los a?os noventa las calles de su ciudad natal, Kioto, se llenaron de tiendas de todo a 100 yenes, el equivalente a nuestros todo a 100 pesetas que m¨¢s tarde se transformaron en todo a un euro. Los japoneses regresaron a su austeridad tradicional y se lanzaron a comprar productos baratos. La ca¨ªda general de precios que asol¨® la econom¨ªa nipona desde principios de la d¨¦cada pasada, de la que s¨®lo recientemente ha levantado cabeza, introdujo a este pa¨ªs asi¨¢tico en un c¨ªrculo vicioso.
Sus ciudadanos reduc¨ªan el consumo por la expectativa de que los precios bajaran m¨¢s, con lo que echaban m¨¢s le?a a la recesi¨®n, lo que avivaba a¨²n m¨¢s el proceso deflacionario. Un hoyo del que es muy dif¨ªcil escapar. Pues bien, hay analistas que avisan de que algo similar podr¨ªa acontecer en los pa¨ªses occidentales.
?ngel Laborda descarta que ocurra lo que en Jap¨®n en los a?os noventa
El desplome del petr¨®leo hace que la inflaci¨®n haya dejado de preocupar
"Creemos que el siguiente asunto macroecon¨®mico m¨¢s importante es la deflaci¨®n. El ¨ªndice de precios al consumo super¨® el 5% el pasado verano, pero desde que la econom¨ªa real ha entrado en recesi¨®n, los precios han entrado en una senda deflacionaria. Es s¨®lo una cuesti¨®n de tiempo que veamos tasas negativas de IPC", asegura el informe del banco Merrill Lynch Recesi¨®n ahora, ?deflaci¨®n m¨¢s tarde?, que analiza la situaci¨®n estadounidense.
Es verdad que los precios de EE UU, y quiz¨¢ de algunos pa¨ªses europeos, pueden registrar ca¨ªdas el a?o pr¨®ximo. Pero aunque stricto sensu ¨¦se es el significado del t¨¦rmino deflaci¨®n, los expertos consultados quitan hierro a la situaci¨®n al aclarar que ser¨ªa totalmente distinta de la japonesa. "En este caso se explica s¨®lo por la ca¨ªda del precio del petr¨®leo, que en un a?o puede descender entre el 50% y el 75%. El precio de los servicios no va a caer por mucho que descienda la demanda, porque no hay competencia exterior. La econom¨ªa espa?ola es totalmente diferente de la nipona de los noventa. Yo creo que es casi imposible un escenario a la japonesa", asegura ?ngel Laborda, director de coyuntura de Funcas.
El presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, apunt¨® esta semana en la misma direcci¨®n, pero con un lenguaje m¨¢s oscuro para los ne¨®fitos. "No debemos confundir la desinflaci¨®n con la deflaci¨®n", dijo. "El objetivo que tiene el BCE de inflaci¨®n, del 2%, est¨¢ precisamente para hacer frente a la amenaza de la deflaci¨®n", a?adi¨® el centinela de la pol¨ªtica monetaria de la zona euro.
Precisamente ese objetivo del 2% es lo que Javier D¨ªaz-Gim¨¦nez considera "un disparate, una herencia de la neurosis alemana por la inflaci¨®n". Este profesor de Econom¨ªa del IESE y de la Universidad Carlos III cree que ser¨ªa mucho m¨¢s razonable establecer ese objetivo en torno al 4%. Porque si es cierto que una inflaci¨®n alta es muy da?ina para la econom¨ªa, la deflaci¨®n puede ser todav¨ªa mucho peor. Tanto Laborda como D¨ªaz-Gim¨¦nez consideran que el IPC no es la herramienta adecuada para calibrar si entramos en una recesi¨®n o no, ya que es muy sensible a las variaciones de los precios de los combustibles y de las materias primas.
Pero, dejando de lado el debate sobre las herramientas t¨¦cnicas para diagnosticar si el paciente padece la enfermedad de la deflaci¨®n o no, lo indiscutible es la marea de datos que han ido chorreando las econom¨ªas occidentales las ¨²ltimas semanas. Y todos van en la misma direcci¨®n: el aumento de los precios se desacelera.
Empecemos con EE UU, donde la inflaci¨®n cedi¨® el pasado mes 1,2 puntos, la mayor ca¨ªda registrada por la oficina de estad¨ªstica desde que en 1947 comenzara a contabilizarla. Se qued¨® en el 3,7%. Adem¨¢s, los bonos que siguen la evoluci¨®n de la inflaci¨®n en EE UU ya descuentan que las ca¨ªdas de precios se van a producir.
Jap¨®n, que llevaba 14 a?os con tasas por debajo de cero y que consigui¨® abandonar la temida deflaci¨®n el a?o pasado, corre el riesgo de volver a caer en sus fauces. Despu¨¦s de que Jap¨®n alcanzara la cima de su inflaci¨®n el pasado mes de julio, puede traspasar el suelo de cero el pr¨®ximo a?o.
En Europa, pa¨ªses como Reino Unido e Irlanda han registrado fuertes ca¨ªdas en sus tasas de inflaci¨®n. Espa?a, que el pasado julio andaba escandalizada por un aumento vertiginoso de los precios, del 5,3%, ha visto c¨®mo en octubre el incremento interanual se qued¨® en un discreto 3,6%, como siempre por encima del nivel europeo y m¨¢s sensible a las variaciones del petr¨®leo que otras econom¨ªas.
Nouriel Roubini, el alegre profesor de la Universidad de Nueva York que cuando visit¨® Madrid hace un mes dijo que, dado el alcance de la crisis financiera, lo mejor era cerrar las Bolsas, prev¨¦ que el mundo afronte una recesi¨®n profunda. "La debilidad de los mercados de trabajo y de bienes y servicios har¨¢ que pronto nos tengamos que preocupar por la deflaci¨®n en EE UU, Europa, Jap¨®n... en todas partes", asegur¨® en una entrevista con Bloomberg.
Uno de los problemas de este escenario ser¨ªa el aumento de los salarios reales que provocar¨ªa la ca¨ªda general de precios. Esto tirar¨ªa a la baja los beneficios de las empresas, lo que aumentar¨ªa el desempleo. "?Te imaginas cu¨¢nto tiempo tardar¨ªan los sindicatos en convencerse de que tendr¨ªan que aceptar rebajas en los salarios para compensar la ca¨ªda de los precios?", se pregunta el profesor D¨ªaz-Gim¨¦nez.
La hipot¨¦tica deflaci¨®n afecta a la psicolog¨ªa b¨¢sica de los mercados y, al no haber m¨¢s precedentes que el caso japon¨¦s, no est¨¢n muy estudiados cu¨¢les ser¨ªan sus efectos sobre la econom¨ªa real. Una de las cosas que s¨ª se saben es que es muy dif¨ªcil salir de esta situaci¨®n, ya que la deflaci¨®n y la recesi¨®n se retroalimentan. "Si hay que elegir, prefiero recesi¨®n e inflaci¨®n a recesi¨®n y deflaci¨®n", a?ade D¨ªaz-Gim¨¦nez.
Sin embargo, Jos¨¦ Carlos D¨ªez, economista jefe de Intermoney, ve este escenario lejos. "Se est¨¢n tomando las medidas adecuadas. Los bancos centrales est¨¢n inundando el mercado de liquidez, los Gobiernos van a hacer pol¨ªticas fiscales expansivas y est¨¢n capitalizando los bancos. Todo ello es inflacionista. Aunque habr¨¢ que esperar, todav¨ªa no sabemos si habr¨¢ otro Lehman Brothers", explica. Este analista detecta adem¨¢s muchas diferencias entre la situaci¨®n actual y la de Jap¨®n en los noventa: "No tomaron medidas a tiempo y adem¨¢s era una econom¨ªa muy r¨ªgida. La ca¨ªda de Lehman ha sido como Pearl Harbor en la II Guerra Mundial. Fue una noticia negativa, pero activ¨® a los pa¨ªses. Entonces se consigui¨® que EE UU se metiera en la guerra y derrotara a los nazis; ahora los gobernantes han dejado de lado la inacci¨®n", concluye. Jos¨¦ Manuel Amor, de Analistas Financieros Internacionales, augura que la inflaci¨®n se sit¨²e en el 0% en EE UU y en el 0,8% en la eurozona en el punto m¨¢s bajo del a?o que viene, en verano. "Pero lo importante no es eso, sino ver si el resto de componentes, adem¨¢s del petr¨®leo, tambi¨¦n caen", a?ade.
Mientras estos debates sobrevuelan EE UU y Europa, Jap¨®n se levanta a duras penas de la pesadilla que supuso la deflaci¨®n. "Abandonamos el consumo de lujo y empezamos a importar alimentos de China, algunos de dudosa seguridad", explica Takatomo Tozuka, director en Madrid de la Organizaci¨®n Japonesa de Comercio Exterior.
Otro de los cambios que cuenta Tozuka afect¨® al empleo, que dej¨® de ser de por vida en la misma empresa. Creci¨® el temporal, con salarios m¨¢s bajos y menores posibilidades de consumo. "La gente compraba comida m¨¢s barata y cog¨ªa menos taxis. Desapareci¨® el ambiente de euforia en el que hab¨ªamos vivido. Las telenovelas tambi¨¦n empezaron a tener mucho ¨¦xito en la televisi¨®n", recuerda la profesora Otori. -
Crisis, recesi¨®n, depresi¨®n...
Antes de las elecciones de marzo pasado, el Gobierno se hart¨® de negar que Espa?a estuviera en recesi¨®n. A lo sumo, en crisis. Meses despu¨¦s, no hay ninguna duda de que la recesi¨®n, y fuerte, ya est¨¢ aqu¨ª, a la espera del formalismo que confirme que en el cuarto trimestre tambi¨¦n descendi¨® el PIB. Algunos analistas ponen en duda la definici¨®n que da de recesi¨®n el estadounidense National Bureau of Economic Research: dos trimestres consecutivos de ca¨ªdas en el PIB. "Es un criterio que se invent¨® alg¨²n asesor del presidente de EE UU. De lo que hay que hablar es de una situaci¨®n en la que los principales indicadores (empleo y producci¨®n) caen durante un tiempo largo. Y es evidente que ya ha llegado", opina ?ngel Laborda, de Funcas.
?Y la depresi¨®n? No hay una definici¨®n t¨¦cnica. Se entiende que este t¨¦rmino habla de una recesi¨®n fuerte que se prolonga en el tiempo, como la de EE UU de 1929 y la Argentina con el corralito, que comenz¨® en 2001. La pregunta del mill¨®n es si vivimos la antesala de una depresi¨®n. Laborda dice que ninguna previsi¨®n contempla ca¨ªdas del empleo o la producci¨®n superiores a las de 1992. ?La respuesta definitiva? Se sabr¨¢ con el tiempo.
-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.