La ¨®pera y el fantasma del dinero
El Gobierno italiano recorta la subvenci¨®n y privatizar¨¢ la gesti¨®n de los teatros l¨ªricos - La batalla sindical en la Scala de Mil¨¢n amenaza el inicio de la temporada
La temporada musical italiana arranca llena de miedo y turbulencia. La causa principal es la voracidad ahorradora y privatizadora del ministro de Econom¨ªa, Giulio Tremonti. Su plan de ajuste presupuestario prev¨¦ recortar de forma dr¨¢stica las subvenciones al espect¨¢culo. Zubin Mehta, director del Mayo Florentino, y St¨¦phane Lissner, de la Scala, est¨¢n entre los m¨¢s preocupados. La situaci¨®n es especialmente delicada en Mil¨¢n, donde un sindicato rebelde de m¨²sicos, cantantes y bailarines amenaza con reventar el estreno del Don Carlo, que deber¨ªa abrir la temporada el pr¨®ximo 7 de diciembre.
El plan del Gobierno de Silvio Berlusconi para la cultura se inspira en conceptos id¨¦nticos a los manejados en la pol¨¦mica reforma de la Universidad: excelencia, rentabilidad, y un nuevo modelo mixto de gesti¨®n. La idea es mantener la subvenci¨®n a aquellos teatros que ofrezcan valor a?adido y un equilibrio presupuestario, reduc¨ªrsela a los que no cumplan esos requisitos, e invitar a la empresa privada a participar en la financiaci¨®n mediante incentivos fiscales.
El presupuesto de 2009 se reducir¨¢ un 40% respecto al de este a?o
La crisis amenaza el Mayo Florentino, el festival m¨¢s antiguo de Europa
"Es incre¨ªble que pase en el pa¨ªs que invent¨® este g¨¦nero", dice Zubin Mehta
Pero, antes siquiera de empezar a hablar, el Gobierno ha anunciado un recorte muy relevante del Fondo ?nico para el Espect¨¢culo (FUS), que es el caballo de batalla habitual. Se pasar¨¢ de los 560 millones previstos por el Gobierno de Romano Prodi a los 380 millones de euros en 2008, para reducir esa cifra en un 40% para 2009.
La reacci¨®n de los teatros y festivales m¨¢s importantes ha sido de p¨¢nico y perplejidad. Zubin Mehta, director del Mayo Florentino, ha promovido una recogida de firmas, y escrito una carta al ministro de Cultura, Sandro Bondi, protestando por el anunciado recorte presupuestario, que en su opini¨®n pone en peligro el festival m¨¢s antiguo de Europa, junto a Salzburgo y Bayreuth.
Mehta ha instado al Gobierno a rectificar, record¨¢ndole que la ¨®pera y la m¨²sica son dos sectores fundamentales para una econom¨ªa como la italiana, de vocaci¨®n tur¨ªstica: "No soy yo, que soy israel¨ª, quien debe alzar la voz para salvar el teatro italiano. ?ste es el pa¨ªs que ha dado a luz la ¨®pera, los instrumentos, la teor¨ªa musical. Es incre¨ªble que sea justo en Italia donde suceda esto", ha dicho.
El ministro capea como puede el temporal. Ha prometido que, pese al plan trazado por Tremonti, encontrar¨¢ 500 millones de euros para repartir entre los 14 principales teatros italianos, y ha garantizado que las nuevas reglas para las fundaciones l¨ªricas ser¨¢n escritas por un grupo de trabajo sectorial, en el que estar¨¢n alcaldes, directores teatrales y sindicatos.
Los ayuntamientos y entidades provinciales y regionales se han comprometido a aumentar sus ayudas. Pero en Florencia (donde el p¨²blico ha respondido agotando el papel del esperado Siegfrie, que dirigir¨¢ el propio Mehta con puesta en escena de la Fura dels Baus), en Parma, en Bolonia (donde el Comunale tiene 11 millones de deuda), en Roma o en N¨¢poles se teme por el destino de la programaci¨®n, y muchos prev¨¦n un futuro en el que habr¨¢ fundaciones l¨ªricas de serie A y de serie B.
Mientras tanto, la Scala de Mil¨¢n vive d¨ªas de enorme tensi¨®n por una batalla entre sindicatos. La FIALS, que representa a muchos de los artistas del teatro (coro, orquesta y cuerpo de baile), amenaza con hacer huelga el d¨ªa de la inauguraci¨®n de la temporada oper¨ªstica, despu¨¦s de haber obligado a suspender tres representaciones del ballet La dama de las camelias, y otras tantas de La viuda alegre.
Los sindicatos mayoritarios de la Scala consiguieron el a?o pasado un aumento de 11,5 millones de euros para integrar en las n¨®minas hasta 2011. Aceptaron todos, salvo FIALS, que considera "injusto" el reparto de estos fondos. Los empleados leales (unos 700) se han enfrentado a ellos, y el mi¨¦rcoles un grupo ocup¨® los palcos de la Scala disfrazados de vampiros -con colmillos, m¨¢scaras y lanzando d¨®lares al aire- para denunciar la "avaricia" de sus colegas.
El clima es tan tenso que la soprano Barbara Vignudelli ha confesado que gana 2.000 euros al mes y ha dicho a La Repubblica que siente miedo cuando camina por los pasillos del teatro. "Hace unos d¨ªas", contaba, "encontr¨¦ este mensaje en mi atril: 'A vosotros, fantasmas de la ¨®pera: bur¨®cratas de la partitura, fuisteis un tiempo el coraz¨®n del teatro y ahora sois s¨®lo un ap¨¦ndice marchito que es necesario extirpar". La divisi¨®n ha llevado al director art¨ªstico, St¨¦phane Lissner, a amenazar con abandonar el cargo. El lunes, Lissner confirm¨® que seguir¨¢ hasta 2013, pero a?adi¨® que no habr¨¢ m¨¢s negociaciones con los "rebeldes".
Con los recortes del FUS, la Scala dejar¨¢ de ingresar unos 10 millones de euros anuales. Si se cancela el estreno del Don Carlo, dirigido por Daniele Gatti, perder¨¢ 1,5 millones de euros y parte del prestigio acumulado en tres siglos (se abri¨® en 1778). Como ha dicho dram¨¢ticamente un alto funcionario del templo milan¨¦s, "entonces s¨®lo quedar¨¢ recoger los cad¨¢veres".
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