La barrera de los 30
Antwain Barbour es un alero de 26 a?os que juega en el Tenerife Rural. ?Por qu¨¦ empezar escribiendo sobre un jugador y un equipo que no est¨¢n en la Liga ACB? Antes de que el bueno de Barbour, nunca mejor dicho, entrara en los anales de la LEB Oro (la Segunda Divisi¨®n del baloncesto espa?ol), ya merec¨ªa unos p¨¢rrafos la ausencia en lo que va de ACB de alguna actuaci¨®n individual fuera de lo com¨²n.
Felipe Reyes da mucho de s¨ª, incluida su demostraci¨®n de ayer ante el Gran Canaria con 20 puntos y 16 rebotes que apuntalaron la victoria de su equipo por 95-80. Lo suyo tiene mucho m¨¦rito. Tira del equipo, d¨ªa s¨ª, d¨ªa tambi¨¦n, y en situaciones tan dif¨ªciles como la visita del sorprendente l¨ªder a Vistalegre tres d¨ªas despu¨¦s de que el equipo de Joan Plaza sumara s¨®lo 66 puntos, y su cuarta derrota, en Valencia. Tambi¨¦n Haislip volvi¨® a maravillar el s¨¢bado frente al Bar?a. Antes de lesionarse, volvi¨® a ser el mejor del Unicaja, junto a N'dong, y el que borr¨® del mapa a Ilyasova. Lo que le faltaba al Bar?a por si no arrastraba ya bastantes problemas con el bajo rendimiento de Barrett y el consiguiente desbarajuste en la posici¨®n de base, un puesto por el que compiten Lakovic, al que no se pudo traspasar en verano; Sada y, observando los malabarismos t¨¢cticos a los que recurri¨® Xavi Pascual en M¨¢laga, Grimau.
Pero en la ACB, por ahora, el tope anotador es m¨¢s bien discreto: los 29 puntos que le endos¨® Reyes al Bruesa en la tercera jornada. Dif¨ªcil es que un jugador sume 20 o m¨¢s puntos, muy pocos han anotado 25 alg¨²n d¨ªa y, a partir de ah¨ª, se pueden contar con los dedos de una mano los que han superado esa barrera. El tope de esta jornada lo estableci¨® Bracey Wright, con 26, despu¨¦s de que su equipo, el Joventut, registrase un r¨¦cord colectivo al anotar 116 en la pista del Iurbentia de Bilbao.
Las causas por las que ning¨²n jugador ha alcanzado la barrera de los 30 puntos pueden ser muchas: la ausencia de ca?oneros del calibre de Epi -r¨¦cord absoluto con 54 puntos en un Bar?a-Joventut de 1984-, de Mark Simpson -r¨¦cord en playoffs con 40 puntos en un Tau-Madrid de 1992- o de Drazen Petrovic -r¨¦cord en una final con 42 puntos en un Madrid-Bar?a de 1987-; la evidente mejora cualitativa de todos los equipos en el apartado defensivo y la tendencia de los entrenadores a democratizar los ataques. Para muchos estrategas, es mejor que cinco jugadores anoten 10 puntos cada uno a que uno meta 51. As¨ª, a la larga, consideran, sus equipos saldr¨¢n fortalecidos y ser¨¢n m¨¢s potentes.
Aqu¨ª viene a colaci¨®n el se?or Barbour, que en su d¨ªa brill¨® en la CBA, una competici¨®n que vendr¨ªa a ser equivalente a la Segunda Divisi¨®n de la NBA, en competencia con la Liga de Desarrollo. El estadounidense, que lleva ya varias temporadas en Espa?a, primero en Las Palmas y ahora en Tenerife, se sali¨® en el partido estelar de la LEB Oro. Su equipo peleaba con el l¨ªder, el Lucentum Alicante. En 41 minutos anot¨® 50 puntos: con siete canastas de dos puntos sobre 12 lanzamientos, ocho triples de 14 intentos, y 12 de 13 tiros libres, adem¨¢s de ocho rebotes. Todo un r¨¦cord. Uno de esos triples forz¨® la pr¨®rroga en la que sus puntos terminaron con la resistencia del Lucentum, que contin¨²a siendo l¨ªder, pero ya no invicto y con el Tenerife pis¨¢ndole ahora los talones. Y en Tenerife, tan contentos, incluido, se supone, su entrenador, Rafael Sanz. Un buen ejemplo para la ACB.
Es de esperar que alg¨²n d¨ªa algunos de los mejores ca?oneros de la ACB, Haislip, Oleson, Navarro, Rakocevic, English, Reyes, Bullock o cualquier otro, se animen a aprovechar una buena racha dentro de un partido y rompan ese list¨®n, si puede ser ampliamente, de los 30 puntos. En tal caso, y si sus entrenadores no lo impiden envi¨¢ndolos antes al banco para "dosificarles" y "repartir esfuerzos y responsabilidad", el espectador lo agradecer¨¢ y, es de suponer, la ACB tambi¨¦n.
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