Tenis, l¨ªderes y otras zarandajas
Lo reconozco: yo no vi la final de la Copa Davis. Es m¨¢s, les aseguro que entiendo m¨¢s bien poco de este deporte que siempre me ha parecido de una sutilidad que, viniendo del f¨²tbol, muchas veces lo hac¨ªa excesivamente refinado para mis gustos deportivos. Todav¨ªa no he entendido muy bien c¨®mo es eso del cambio de empu?adura cuando uno golpea de drive o de rev¨¦s ni que el bote de la bola sea diferente en una pista o en otra. Adem¨¢s, en estos ¨²ltimos tiempos me entreten¨ªa viendo a Rafa Nadal golpear la bola con toda su alma fuera en hierba, arcilla o pista sint¨¦tica. Vamos, soy un ignorante ten¨ªstico. Pero, ante una gran cita como es la final de la Davis, mi curiosidad deportiva me llevaba a acercarme a las im¨¢genes que la tele nos tra¨ªa en directo. Im¨¢genes llenas de ruido y de pasi¨®n. Y cada vez que en mi tele aparec¨ªan los protagonistas de la final, fuera en individual o dobles, fuera el primer d¨ªa o el segundo, fuera quien fuera el que sacaba o estaba al resto, el punto ca¨ªa del lado de los argentinos. ?Recuerdan aquel set en el que Espa?a ganaba por 5-1? Bueno, ¨¦se y no otro fue el momento en el que me enganch¨¦ a la retransmisi¨®n y fui testigo de la remontada argentina hasta el 5-1 abajo en el tie-break, momento en el que decid¨ª para mis adentros que el gafe era yo y me cambi¨¦ de canal. Ya saben c¨®mo acab¨® el partido, la remontada y el punto decisivo que consigui¨® el doble espa?ol.
Con estos antecedentes, el tiempo que dediqu¨¦ a la ¨²ltima jornada y al partido de Fernando Verdasco fue justo el de los descansos, lo que me permit¨ªa conocer el marcador, pero evitaba el env¨ªo de mis vibraciones negativas. He llegado a la conclusi¨®n de que uno tambi¨¦n puede contribuir al ¨¦xito qued¨¢ndose al margen, creyendo que mi presencia podr¨ªa ser tan desestabilizadora como para mandar los golpes de los nuestro fuera de las l¨ªneas.
Pero ha habido algunas cosas de este fin de semana ten¨ªstico que me resultan interesantes y que me gustar¨ªa comentar con ustedes.
Por ejemplo, la victoria sabe mejor si es inesperada. Cuando el jueves se entrenaban los tenistas en la pista cubierta de Mar del Plata, todo era negativo. Repasemos: faltaba Nadal, n¨²mero uno mundial y arma infalible de la Armada Espa?ola; la pista era ideal para Argentina, que, adem¨¢s, se hab¨ªa permitido ajustarla ante la ausencia de Nadal; el p¨²blico era imbatible en el apoyo a los suyos poniendo alma, coraz¨®n y vida en cada bola, en cada punto. Si a esto a?adimos que el an¨¢lisis de nuestros tenistas nos dec¨ªa que est¨¢bamos ante una generaci¨®n estupenda, pero tal vez falta de cierto car¨¢cter para asumir una cita as¨ª, parec¨ªa que viajar a Argentina con la expedici¨®n era m¨¢s una cuesti¨®n de hacer turismo que de aspirar a saborear un fin de semana memorable en lo deportivo.
Pero, miren por d¨®nde, ante la ausencia del l¨ªder m¨¢ximo, han surgido deportistas como Feliciano L¨®pez, como Verdasco, como el mismo David Ferrer pese a su derrota, dirigidos por un capit¨¢n como Emilio S¨¢nchez Vicario que hasta este momento parec¨ªa m¨¢s un acompa?ante de silla y no el extraordinario estratega que se ha revelado en esta final.
Dice Valdano que no hay protagonismo de segunda. Si quieren un magn¨ªfico, un maravilloso ejemplo sobre este tema, este fin de semana ha habido un curso pr¨¢ctico en Argentina, en Mar del Plata, que vale su peso en oro.
Una petici¨®n final: ?Podr¨ªa 2009 llamarse 2008+1 y que siga la racha de este m¨¢gico a?o deportivo? Otra vez las supersticiones.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.