"Estaba fuera de s¨ª pegando a la mujer. Ni me lo pens¨¦"

La preocupaci¨®n por la violencia de g¨¦nero cala muy lentamente. En las encuestas del CIS, este fen¨®meno, que deja m¨¢s v¨ªctimas que el terrorismo, encuentra poco acomodo en la conciencia social. Sin embargo, algunos hablan ya del efecto Neira, el profesor que a¨²n est¨¢ hospitalizado tras defender a una mujer de su agresor. Hay h¨¦roes an¨®nimos que se atreven con los agresores cuando les ciega la violencia.

Las im¨¢genes de Carlos Castany hecho un ovillo en una calle de Alzira (Valencia) protegi¨¦ndose de las patadas de su agresor coparon los informativos hace unas semanas. La c¨¢mara de un vecino grab¨® la paliza, que tuvo su origen instantes antes, cuando Castany hab¨ªa tratado de defender a una mujer que estaba siendo golpeada por su pareja. "Me sali¨® de dentro, ni lo pens¨¦", comentaba ayer este chico de 30 a?os al rememorar aquella noche de octubre, antes de llegar al bar. "El agresor estaba fuera de s¨ª, pegando a la mujer y tratando de meterla en un coche a la fuerza", relata. "S¨®lo le dije 'deja en paz a la chica", apunta. Y el hombre se abalanz¨® sobre ¨¦l. "No pens¨¦ que iba a reaccionar as¨ª, pero si me sucediera lo mismo, volver¨ªa a hacerlo", apuntaba. "No se puede dejar pasar una agresi¨®n as¨ª si te la encuentras delante". El maltratador est¨¢ en la c¨¢rcel.

En Chipiona (C¨¢diz), un grupo de j¨®venes impidi¨® que un hombre ahogara a su mujer en la playa este verano. Eran las cinco de la madrugada y los bares de la costa estaban abarrotados. Javier D. G., un toledano de 43 a?os, arrastr¨® a su pareja, tir¨¢ndole del pelo, hasta la orilla, donde la "cogi¨® del cuello y meti¨® su cabeza en el agua varios segundos". Los chicos redujeron al agresor y lo entregaron a la polic¨ªa.

Hace apenas un par de semanas, un vecino de Vitoria llam¨® a la Ertzaintza cuando vio c¨®mo un individuo met¨ªa a la fuerza a una mujer y su beb¨¦ en un edificio del que quer¨ªa escapar.