Cuando el turismo es nuclear
Un alcalde de Guadalajara se lleva a 36 amas de casa a visitar un almac¨¦n at¨®mico en los Pa¨ªses Bajos. Con iniciativas como ¨¦sta busca Espa?a una salida a los residuos radiactivos
A las seis de la ma?ana en Yebra hace mucho fr¨ªo. A esa hora del pasado 6 de noviembre, 36 vecinas y el alcalde de este pueblo de Guadalajara, Pedro S¨¢nchez, del PP, subieron al autob¨²s y recorrieron los 77 kil¨®metros hasta Madrid, donde tomaron un vuelo a Bruselas. Autob¨²s y, a media ma?ana, ya estaban en su destino. Un destino inusual para un grupo de amas de casa. Hab¨ªan llegado al almac¨¦n nuclear de Habog, en Borssele (Holanda). Oficialmente, la b¨²squeda de un pueblo que albergue los residuos nucleares de toda Espa?a est¨¢ oficialmente paralizada. Pero el viaje de las mujeres de Yebra demuestra lo contrario. Alcaldes de Tarragona, Burgos y Guadalajara han llevado a vecinos de sus pueblos a Holanda. Tambi¨¦n han ido, aunque en menor n¨²mero, de C¨¢ceres y Valencia, de zonas pr¨®ximas a las nucleares. As¨ª se est¨¢ gestando la b¨²squeda de un lugar que acoja los residuos radiactivos.
"No quiero la basura de toda Espa?a aqu¨ª", dice una mujer de Yebra. "Si da trabajo, que venga", mantiene otro vecino
Alcaldes del entorno de Garo?a (Burgos) y de Tarragona tambi¨¦n han invitado a sus habitantes a Holanda
Almudena Ranera atiende en la entrada de su vivienda, una casa de dos plantas con una cortina ante la puerta. La presidenta de la asociaci¨®n de mujeres, la mayor¨ªa amas de casa, tiene el tiempo justo antes de volver a la granja de gallinas, principal actividad de Yebra: "En la asociaci¨®n somos 105 mujeres, y la junta directiva pidi¨® al alcalde que nos llevara a Habog porque ya hab¨ªan ido muchos hombres. Todas las que se apuntaron vinieron al viaje para informarnos. Estaba todo pagado por la Asociaci¨®n de Municipios en ?reas Nucleares (AMAC) y nos trataron muy bien".
Tras la visita al almac¨¦n -dos horas con un dos¨ªmetro para demostrar que no hab¨ªa radiaci¨®n- viajaron a Brujas. All¨ª se hospedaron en el hotel Ibis, recibieron una cena -pescado y verdura- y al d¨ªa siguiente realizaron una visita guiada por la ciudad belga. "Precioso. Parec¨ªan casas de chocolate", resume Almudena, que afirma que fue al viaje principalmente por el paseo por Brujas. Por la tarde tomaron otro autob¨²s, a las 17.15 embarcaron en Bruselas, vuelta a Madrid, y el viernes 7 por la noche estaban de nuevo en Yebra.
El itinerario es similar al que en abril realizaron una quincena de empresarios y aut¨®nomos del pueblo. Un 10% de la poblaci¨®n conoce de primera mano el almac¨¦n nuclear de Habog, el modelo que imita Espa?a. La empresa p¨²blica de residuos nucleares (Enresa) y la AMAC han llevado all¨ª a diputados, alcaldes, pol¨ªticos y periodistas. Este periodista particip¨® en marzo de 2007 en una de esas visitas. La AMAC se financia principalmente con dinero de Enresa, que a su vez se nutre de las nucleares y del recibo de la luz de cada ciudadano.
Pese a la cantidad de viajes, el alcalde niega que eso implique que el pueblo vaya a pedir el Almac¨¦n Temporal Centralizado (ATC) de residuos nucleares. "No hay ning¨²n proceso de selecci¨®n, as¨ª que no me pronuncio. La gente ha viajado para tener informaci¨®n. Nada m¨¢s. Y algunos han aprovechado para hacer turismo, no nos enga?emos. S¨ª, pienso que Espa?a necesita un ¨²nico almac¨¦n, mejor que cada central guarde los suyos. Ser¨ªa m¨¢s seguro y m¨¢s barato". Francisco Castej¨®n, de Ecologistas en Acci¨®n, no cree ni por asomo que el motivo del viaje fuese s¨®lo la informaci¨®n: "?l quiere el almac¨¦n y le est¨¢ vendiendo al pueblo la instalaci¨®n. Con viajes de turismo quiere que piensen que es apetecible".
El alcalde ha aparecido por el bar La Curva (mariscada y carne a la piedra, 29 euros) cuando unos vecinos le han avisado de que la prensa preguntaba por el almac¨¦n nuclear. Cuenta con cinco de los siete concejales y habla con cautela. Piensa lo que dice. Ni s¨ª ni no. Tipo listo. "Cuando al Gobierno le han preguntado si Zapatero va a dejar el cargo en 2012 ha dicho que no es el momento. Pues en esto tampoco. No tengo por qu¨¦ oponerme ni ofrecerme".
Y es que oficialmente no hay nada desde que, en octubre de 2006, La Moncloa alarg¨® el plazo para que los ayuntamientos pidieran informaci¨®n sobre el almac¨¦n nuclear. Pero eso es s¨®lo oficialmente.
Espa?a no sabe qu¨¦ hacer con los residuos nucleares. Actualmente, cada central guarda los suyos, pero no hay nada para cuando se sature su capacidad. Adem¨¢s, hay residuos en Francia por los que paga unos 57.000 euros diarios. En 2005, Enresa y el Gobierno amagaron con construir un ¨²nico almac¨¦n y pusieron un anuncio en la prensa -extra?amente ilustrado con un girasol- ofreciendo informaci¨®n a los alcaldes interesados. Enresa se?ala en sus charlas por los pueblos las ventajas que conlleva la instalaci¨®n: 540 millones de inversi¨®n, 300 puestos de trabajo directos durante la construcci¨®n y 90 los 20 siguientes a?os. Seg¨²n Enresa, el 60% ser¨ªa mano de obra local. All¨ª llegar¨ªan 39 contenedores de residuos radiactivos al a?o durante 20 a?os. Adem¨¢s, promete un parque tecnol¨®gico con 50 millones de inversi¨®n y 12 millones de euros de compensaci¨®n al Ayuntamiento. Pero la proximidad de las elecciones municipales de 2007 hizo naufragar la b¨²squeda de emplazamiento. El Gobierno no quiso follones y opt¨® por retrasar la soluci¨®n, lo mismo que ha hecho con la energ¨ªa nuclear. Ahora s¨ª es el momento. Lejos de las elecciones y con alcaldes dispuestos despu¨¦s de tres a?os de reuniones en los pasillos.
En Yebra se saben en el punto de mira. Y hay divisi¨®n de opiniones entre los vecinos. "Est¨¢ bien que tengamos la mierda de la nuclear de Zorita, pero no que nos traigan la de toda Espa?a", se?ala Almudena, para la que la nuclear de Zorita, a 15 kil¨®metros de all¨ª, no ha tenido ventajas.
En el bar, Juan Antonio S¨¢nchez y Pedro S¨¢nchez, electricistas de manos curtidas que a diario salen del pueblo hacia Madrid para trabajar, lo ven de otra manera.
-"Si traen empresas, habr¨¢ econom¨ªa y la gente se quedar¨¢. Habr¨¢ trabajo en el bar, o para m¨ª. Y si no trabajo en las empresas trabajar¨¦ en los apartamentos. Del turismo no se puede vivir, y si tenemos carreteras es gracias a la nuclear, porque antes ten¨ªamos que ir en borrica. Si tienen que hacerlo, que lo hagan", habla Juan con la poca voz que le dejan los tres paquetes que fuma al d¨ªa.
-"Lo principal es la seguridad. Yo estuve en Holanda y vi aquello. Y veo desde la carretera el ATI [siglas del almac¨¦n temporal individual] que est¨¢n construyendo en Zorita, aqu¨ª al lado. ?Usted cu¨¢l preferir¨ªa?", inquiere Pedro.
Yebra (571 habitantes) es probablemente el lugar de Espa?a en el que la gente maneja con m¨¢s propiedad las abundantes siglas del mundillo nuclear. Los a?os de trabajo con la poblaci¨®n se notan. En la nuclear de Zorita, Uni¨®n Fenosa construye un almac¨¦n de residuos, el ATI que menciona Pedro. Se trata de una losa de cemento al aire libre sobre la que, en bidones blindados, se almacenar¨¢n los residuos que la nuclear gener¨® entre 1968 y 2006, cuando cerr¨®. La de Trillo (Guadalajara) tiene otro porque se satur¨® la piscina en la que los guardaba, y lo mismo ocurrir¨¢ en Asc¨® (Tarragona). Lo sepan o no, los pueblos nucleares almacenan ya desechos radiactivos.
La diferencia es que el Gobierno quiere construir un ¨²nico almac¨¦n, cerrado y con capacidad para manejar los residuos si hay un problema. En 2004, el Congreso pidi¨® por unanimidad esa instalaci¨®n. El edificio dise?ado es similar, aunque m¨¢s grande, al de Borssele. En Holanda hay una nave en la que los residuos se guardan en bidones. Los muros del edificio son de cemento y tienen un grosor de 1,7 metros. Est¨¢ te¨®ricamente dise?ado para resistir el impacto de un avi¨®n F-16, una subida de nivel del mar de 10 metros y vientos de 450 kil¨®metros por hora. La nave est¨¢ pintada de naranja, y cada 20 a?os recibir¨¢ un color m¨¢s claro para simbolizar el decaimiento radiactivo.
"No nos escondemos. Estamos a un kil¨®metro del pueblo y quien lo desee puede visitarnos", explica por tel¨¦fono Hans Codee, director de Habog. En Holanda, la convocatoria fue voluntaria y el pueblo no recibe una compensaci¨®n directa. "Pagamos un impuesto como cualquier industria, pero no una compensaci¨®n nuclear como la que hay en Espa?a. Si empiezas a pagar por esto acabas pagando por los aeropuertos, las carreteras...". Como en los Pa¨ªses Bajos no hay zonas deshabitadas, el almac¨¦n est¨¢ cerca de las casas y de una central de carb¨®n, una nuclear, una refiner¨ªa y molinos de viento. Yebra no se parece en nada. Est¨¢ rodeada de terreno yermo. Codee recuerda c¨®mo fue la selecci¨®n del lugar: "Claro que hubo protestas ecologistas y se cre¨® un grupo local contrario, pero no pueden condicionar la pol¨ªtica. Si no quieren energ¨ªa o medicina nuclear, que vayan al Parlamento". Codee admite el inter¨¦s de Espa?a: "En el ¨²ltimo a?o unos 100 espa?oles han venido a visitarnos. Nos ocupa tiempo, pero entendemos que Espa?a busca algo similar y queremos ayudar. Recuerdo un ¨²ltimo grupo muy numeroso de mujeres". Las de Yebra.
El Gobierno y los alcaldes temen la reacci¨®n de los ecologistas. Castej¨®n afirma que "s¨®lo es aceptable un almac¨¦n nuclear si hay un plan de cierre de nucleares. Aceptamos el de Zorita porque era mejor eso que la central, pero si no, es un cheque en blanco a la industria". Su capacidad de respuesta se vio en el verano de 2006, cuando el alcalde de Peque (Zamora) se ofreci¨® y, debido a las protestas ecologistas y de vecinos, no concurri¨® a las elecciones meses despu¨¦s. No era la primera vez. Cuando en 1987 Enresa comenz¨® a hacer de tapadillo estudios en Salamanca para construir un almac¨¦n nuclear definitivo a gran profundidad (descartado por su coste), la protesta acab¨® en el intento de secuestro de un diputado socialista, Ciriaco de Vicente.
Los ecologistas han montado plataformas en las zonas que suenan como candidatas. S¨®lo en el ¨¢rea pr¨®xima a Zorita afirman haber conseguido mociones en 128 ayuntamientos (incluidos la Diputaci¨®n o la capital y municipios de Madrid) contra el almac¨¦n. En Yebra, el alcalde no apoy¨® la moci¨®n. La consider¨® "un debate est¨¦ril". Castej¨®n se?ala que "a menudo, los que m¨¢s se oponen al almac¨¦n nuclear son los que se han ido del pueblo y tienen una casa all¨ª a la que van de vacaciones. Los vecinos deben saber que no se sabe qu¨¦ pasar¨¢ con los residuos despu¨¦s de los 60 a?os para los que est¨¢ pensado el almac¨¦n".
Industria tiene listo para publicar en el Bolet¨ªn Oficial del Estado el anuncio pidiendo pueblos candidatos. Los requisitos no son muchos. No estar en una isla ni en una zona s¨ªsmica (zonas de Granada, Almer¨ªa o Murcia). Tampoco sirve una zona protegida o inundable. Tampoco cerca de un aeropuerto o una zona industrial por si hay un accidente. Es m¨¢s que probable que haya aspirantes de m¨¢s de una zona nuclear. La AMAC ha anunciado que "colaborar¨¢ con el Gobierno para solucionar el ATC y que apoyar¨¢ a los candidatos que se presenten", seg¨²n su gerente, Mariano Vila.
Y es probable que tambi¨¦n salga alg¨²n pueblo no nuclear, por ejemplo, alg¨²n municipio socialista en Castilla y Le¨®n. La Junta de Castilla y Le¨®n, del PP, afirm¨® en la mesa oficial sobre el futuro de la energ¨ªa nuclear, en mayo de 2006, que estaba dispuesta a colaborar con el proyecto. Lo ideal para evitar disputas ser¨ªa un municipio del PSOE en una comunidad del PP, o, como Yebra, uno del PP en una autonom¨ªa socialista. La aparici¨®n de un pueblo no nuclear reducir¨ªa el margen de negociaci¨®n de AMAC.
Pero ninguna de las zonas estar¨¢ exenta de pol¨¦mica. En el entorno de Garo?a (Burgos) es improbable. La central est¨¢ cerca de ?lava y los partidos vascos se oponen incluso a la pr¨®rroga a la central. Adem¨¢s, el fantasma de Lem¨®niz (la nuclear que qued¨® a medias en 1984 en Euskadi tras el asesinato del ingeniero Jos¨¦ Mar¨ªa Ryan a manos de ETA) ahuyenta la posibilidad.
En Asc¨® o Vandell¨°s (Tarragona) el problema seria el tripartito. El PSC considera que no puede oponerse de entrada a que se construya en Catalu?a. El presidente catal¨¢n, Jos¨¦ Montilla, puso el anuncio del girasol cuando fue ministro de Industria. Si ¨¦l lo rechaza, qui¨¦n lo iba a querer. La pega son sus socios, ICV y ERC, que se oponen, y el cabreo en la zona con la fuga de part¨ªculas de Asc¨® y con los incidentes de Vandell¨°s, gestionados por un consorcio de Endesa e Iberdrola al que el Consejo de Seguridad Nuclear ha acusado de "primar la producci¨®n sobre la seguridad".
En Guadalajara, el principal obst¨¢culo es el presidente auton¨®mico, Jos¨¦ Mar¨ªa Barreda, del PSOE. "Va a ser que no", dijo cuando hace dos a?os se le plante¨® tal posibilidad. Bono hizo del cierre de Zorita una bandera, y Barreda puede hacer del almac¨¦n nuclear otra. La popular Mar¨ªa Dolores de Cospedal dice p¨²blicamente tambi¨¦n que se opone.
Nadie dijo que encontrar un lugar para los residuos radiactivos fuese sencillo. Yebra puede ser de los menos complicados.
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