Zapatero abre campa?a en Euskadi
una estrategia para atraer a sectores pr¨®ximos al PNV
La pol¨ªtica est¨¢ llena de paradojas. S¨®lo unas semanas despu¨¦s de que el PNV salvara en el Congreso los Presupuestos del Gobierno socialista, el presidente Rodr¨ªguez Zapatero viaja el pr¨®ximo jueves a Euskadi a apoyar al candidato socialista en las elecciones vascas, Patxi L¨®pez, que trata de desalojar del Ejecutivo vasco al PNV y sus aliados.
Zapatero, que compartir¨¢ con L¨®pez un encuentro con la c¨²pula empresarial vasca, tradicionalmente vinculada al nacionalismo, y otro con alcaldes y ediles socialistas, objetivo primordial de ETA, adquiere con su presencia un compromiso que multiplicar¨¢ con otros viajes antes de las elecciones vascas de marzo. Ofrece ese apoyo porque cree que el PSE tiene posibilidades de ganar los comicios vascos y protagonizar un hecho hist¨®rico: el final de 30 a?os de Gobiernos vascos presididos por nacionalistas.
El presidente se implica para acabar con 30 a?os de gobierno nacionalista
Todos los sondeos indican un empate entre Ibarretxe y Patxi L¨®pez El PSE ha dise?ado
Los peneuvistas intentan captar votosentre los moderados y los soberanistas
Todas las encuestas realizadas en Euskadi muestran un empate entre Ibarretxe y L¨®pez. Los resultados de las elecciones municipales de 2007 y de las generales de marzo de 2008, ganadas por el PSE por 100.000 votos sobre el PNV, revelaron un cambio de tendencia en Euskadi. Zapatero, que mantiene una buena imagen en Euskadi, ya que la ciudadan¨ªa atribuye a ETA el fracaso del final dialogado del terrorismo, trata de ayudar a romper el empate a favor de L¨®pez.
El PSE no ha permanecido pasivo. Tras las elecciones de marzo traz¨® una estrategia para introducirse en terrenos exclusivos del nacionalismo, evitando el error de la pol¨ªtica de confrontaci¨®n del pasado y ofreciendo confianza a los sectores moderados desencantados con Ibarretxe. Le ha dado buen resultado. El pasado septiembre, L¨®pez logr¨® por vez primera que toda la c¨²pula empresarial vasca, tradicionalmente vinculada al nacionalismo y alejada de los socialistas, acudiera a una invitaci¨®n para participar en un acto del PSE. Los socialistas lograron, con esa superaci¨®n de los recelos del empresariado vasco hacia ellos, ofrecer una imagen de alternativa real al PNV.
El siguiente paso, en octubre, lo dio en el campo del euskera, tambi¨¦n acaparado por el nacionalismo. Congreg¨® a numerosas personalidades tradicionales del mundo cultural vasco en un acto en el que L¨®pez adquiri¨® un compromiso con el euskera. Posteriormente, ha multiplicado actos sectoriales en ¨¢reas tambi¨¦n muy sensibles, como la sanidad y la cultura, entre otras.
El PNV, su principal rival, ha dejado en segundo plano las cuestiones identitarias, como la consulta popular, y centra su precampa?a en hacer valer la gesti¨®n econ¨®mica y social del Gobierno tripartito. No obstante, tiene que esforzarse para compatibilizar las tendencias soberanistas de su candidato, el lehendakari Juan Jos¨¦ Ibarretxe, con la ciaboga pragm¨¢tica del presidente del PNV, ??igo Urkullu, que responde a su estrategia de pescar, a la vez, en aguas soberanistas y moderadas.
El espacio de la izquierda abertzale, que todo apunta que en esta ocasi¨®n no ser¨¢ ocupado por una marca de Batasuna, est¨¢ en el punto de mira de Eusko Alkartasuna (EA), en una apuesta abocada a un posible fracaso como es acudir en solitario a las elecciones. La decisi¨®n de EA complica, por a?adidura, las posibilidades de victoria del PNV.
En cuanto al PP, que tras el verano ha moderado su pol¨ªtica en Euskadi, mantiene su expectativa de tercera fuerza, que puede ser decisiva en el momento en que el ganador, sea PNV o PSE, trate de formar Gobierno.
Si L¨®pez ganase las elecciones, no habr¨ªa cuesti¨®n, pues el PP no votar¨ªa al candidato del PNV, Ibarretxe, para frenar al candidato socialista. El problema se plantea si es el PNV el que gana las elecciones y el PSE y el PP suman una mayor¨ªa superior a 38 esca?os, una hip¨®tesis nada desde?able. El PP apoyar¨ªa al PSE antes de que Ibarretxe volviera a ser lehendakari, pero no es descartable que el PNV retirara a Ibarretxe y apareciera un tapado asumible por el PP.
El problema tambi¨¦n afecta a los socialistas. ?Asumir¨ªa Zapatero de buena gana que L¨®pez fuera lehendakari sin ganar las elecciones? Dif¨ªcilmente, a la vista del disgusto que le provoc¨® que Montilla fuera presidente de la Generalitat tras ganar Artur Mas las elecciones catalanas. A lo que hay que a?adir que esta situaci¨®n provocar¨ªa, con toda probabilidad, el cese del apoyo que el PNV le da en las Cortes.
Con este panorama, a nadie extra?a que ya haya comenzado la precampa?a vasca.
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