La paliza que dej¨® a un beb¨¦ de dos meses paral¨ªtico queda impune
El Supremo critica los fallos en el trabajo de la fiscal¨ªa y de la Generalitat catalana
En ocasiones, un error puede valer una absoluci¨®n. El Tribunal Supremo se ha visto obligado a anular la condena de 10 a?os que pesaba sobre Nilton Vladimir Z. V., acusado de maltratar a su beb¨¦, Urpi. En la sentencia, el alto tribunal aplica "la presunci¨®n de inocencia" y tilda de "lamentable" que las lesiones sufridas por la menor queden impunes. "Por m¨¢s que repugne" esa idea, insiste la sentencia, "no existe otra alternativa" que absolver al padre por falta de pruebas. El Supremo reprocha que la Fiscal¨ªa y la acusaci¨®n particular (ejercida por la Generalitat de Catalu?a) renunciaran al testimonio de la t¨ªa de la v¨ªctima, Felicia M., no imputada en los hechos y cuya declaraci¨®n podr¨ªa haber sido clave. La sentencia absolutoria del Supremo, de la que ha sido ponente el magistrado Perfecto Andr¨¦s Ib¨¢?ez, critica la inconsistencia de los razonamientos en que bas¨® la Audiencia Provincial de Barcelona la condena al padre de la ni?a.
Urpi padeci¨® los malos tratos hace cuatro a?os, cuando era un beb¨¦ de dos meses. La ni?a, que ahora vive con otra de sus t¨ªas, tiene las funciones cerebrales da?adas, sufre una par¨¢lisis grave y arrastra problemas de visi¨®n en los dos ojos. Depender¨¢ del cuidado de otra persona de por vida.
El padre, Nilton Vladimir, un hombre de 31 a?os de origen peruano, fue juzgado el pasado septiembre. La Audiencia de Barcelona le conden¨® a diez a?os y medio de c¨¢rcel por tres delitos de lesiones contra su hija. El padre present¨® un recurso de casaci¨®n ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo y lo ha ganado.
El Supremo sostiene que no existe una prueba de cargo que demuestre la culpabilidad de Nilton Vladimir, ya que cuando se produjeron las lesiones (entre octubre y noviembre de 2004) tambi¨¦n se hac¨ªa cargo de la menor su t¨ªa, Felicia M., que no fue imputada porque, seg¨²n la Audiencia, de haber sido ella la causante de las lesiones, el padre del beb¨¦ se habr¨ªa percatado y habr¨ªa denunciado a la t¨ªa. Seg¨²n el Supremo, "este modo de discurrir carece de consistencia" y es un argumento "perfectamente reversible".
La madre de la ni?a, que en esas fechas estaba hospitalizada, no fue imputada. Qued¨® acreditado que algunas de las lesiones que present¨® la menor coincidieron con la etapa en que su madre estuvo enferma y fuera de casa.
La sentencia rechaza los argumentos de la Audiencia, que consider¨® al padre responsable porque "era la persona que cuidaba preferentemente de la menor" y, por tanto, tuvo m¨¢s ocasiones de hacerle da?o. El Supremo considera insuficiente que se le condene por una cuesti¨®n de "probabilidad estad¨ªstica". Para condenar, indica el Supremo, la carga de la prueba debe ser s¨®lida.
La t¨ªa Felicia no compareci¨® en el juicio. Y tanto la Fiscal¨ªa como los servicios jur¨ªdicos de la Generalitat renunciaron a su testimonio. El Supremo se pregunta "si las acusaciones apuraron realmente la investigaci¨®n de los elementos de cargo" y, en concreto, si "fue razonable" su renuncia a la testigo. Dado que s¨®lo el padre y la t¨ªa cuidaban de la menor, el testimonio de Felicia habr¨ªa ayudado al tribunal a formarse una opini¨®n sobre lo ocurrido.
La Fiscal¨ªa y la Direcci¨®n General de Atenci¨®n a la Infancia -que impuls¨® la acusaci¨®n particular durante este proceso y mantiene la tutela de Urpi- aseguraron ayer que desconoc¨ªan los detalles de la sentencia y, por ese motivo, evitaron pronunciarse.
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