Taberna e ingl¨¦s

Ni Juanito Ventolera ni Don Latino de Hispalis ni el compadre Miau: la clara imaginaci¨®n del gallego Valle-Incl¨¢n, testimonio literario de la realidad grotesca, no dur¨® lo suficiente, ni lleg¨® a este siglo XXI para tropezar con alguna que otra figura p¨²blica, ¨¦mula de sus personajes teatrales. L¨¢stima. Porque ese otro d¨ªa y en la atm¨®sfera distendida de una cena con sus correligionarios, sus afines y sus est¨®magos agradecidos, el provincial Presidente de la Diputaci¨®n castellonense se despach¨® en el m¨¢s puro estilo valle-inclanesco. A prop¨®sito de la loter¨ªa y lo favorable, al parecer, que le fueron los hados en el pasado, lanz¨® la siguiente secuencia, pensando en el Gordo y deseando que la fortuna le fuera propicia: I have bought the number 27.931 and if it is the winning ticket, i will take out my willie and pee in the office of Esquerra Unida. Toda una ocurrencia tabernaria que, por su mismo car¨¢cter tabernario y por decoro cervantino, nos vemos obligados a que la ciudadan¨ªa la lea en ingl¨¦s. A quienes no tuvieron la oportunidad de aprender la lengua de su Majestad brit¨¢nica, cabe indicarles que la frase esta referida, algo m¨¢s que de forma coloquial, a ciertas funciones fisiol¨®gicas, consideradas inc¨ªvicas en p¨²blico, ante la sede de Esquerra Unida del Pa¨ªs Valenciano. Y es que el ingl¨¦s y la educaci¨®n ciudadana son temas muy importantes, que en m¨¢s de una ocasi¨®n andan juntos acertada o desacertadamente.

En las tierras valencianas fue el desencadenante de tensiones in¨²tiles y de jocosas pancartas en ingl¨¦s en unas calles de Valencia con muchos manifestantes. Porque vamos a ver: en los pa¨ªses escandinavos, el ingl¨¦s suele ser una lengua franca en las escuelas cuando el alumnado alcanza una determinada edad, es decir, no necesariamente en la casa-cuna o en el parvulario; todo tiene su ritmo y su hora en la vida, y en el aprendizaje de las lenguas no maternas/paternas tambi¨¦n. En las naciones centroeuropeas de habla alemana, el ingl¨¦s tiene en las escuelas la misma consideraci¨®n acad¨¦mica que las matem¨¢ticas y la lengua propia: es una materia instrumental y, por lo tanto, la nota que obtiene el alumno/a en el idioma de Shakespeare suma y resta con las dem¨¢s materias instrumentales para superar un curso acad¨¦mico. Entre nosotros no tiene tal consideraci¨®n y, legalmente, suma y resta en el expediente del alumnado con Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa o los trabajos manuales. Hasta hace poco m¨¢s de dos d¨¦cadas el idioma extranjero no se ten¨ªa en cuenta en los ex¨¢menes de selectividad. Y es que por estos pagos el que quiera tener el ingl¨¦s como instrumento de trabajo o comunicaci¨®n, y a pesar de los algo m¨¢s de diez a?os que se estudia en la escuela, lo aprende en Irlanda si tiene dinero, o en los Estados Unidos si la econom¨ªa familiar es holgada. O en la Universidad, donde se organizan cursos especiales para intentar, aunque tarde, que se acabe hablando ingl¨¦s, y...Lo que ustedes quieran, porque en absoluto andamos el camino adecuado para solucionar el problema del ingl¨¦s escolar o de cualquier otro problema de la escuela p¨²blica.

Queda mucho por hablar y debatir en p¨²blico sobre temas que a todos nos afectan y que, de no solucionarlos, quedar¨¢n como asignaturas pendientes para un septiembre imaginario, en que tampoco se podr¨¢n recuperar. Pero en vez de la palabra reina el silencio, o el desatino que origin¨® la manifestaci¨®n del s¨¢bado pasado. Y seguiremos con poco ingl¨¦s y menos educaci¨®n c¨ªvica o ciudadana, tan necesaria como innecesaria la asignatura; tan necesaria como innecesaria la groser¨ªa inc¨ªvica de un personaje p¨²blico.