"?Qu¨¦ est¨¢s haciendo, Lance?"
En su regreso al ciclismo, Armstrong y Basso se crean una nueva imagen p¨²blica en Internet
"El 30/05/76 estuve con mi amigo L. Fuimos a la discoteca de Neuhilbersdorf. La cerveza y mis afirmaciones provocativas hicieron que L. expresara repetidamente su propia opini¨®n. Lleg¨® a decir que en comparaci¨®n con Alemania Occidental, la econom¨ªa de la RDA era una pocilga, y que en cuesti¨®n de d¨ªas la RFA podr¨ªa borrar financieramente a la RDA. L. est¨¢ absolutamente convencido de que el socialismo est¨¢ fracasando y no hace un secreto de ello". (Informe sobre L.
Extracto del archivo Operaci¨®n Radio de bicicleta).
- 29/10/08. "Variaci¨®n de la masa de hemoglobina de Ivan Basso: ha fluctuado todo el a?o entre 2,5% por debajo y 1,9% por encima del valor de referencia 100".
31/10/08. "Ivan tiene por delante el cl¨¢sico periodo de reposo activo entre el fin de una temporada de competici¨®n y el comienzo del entrenamiento para preparar la nueva. Para Ivan este periodo ser¨¢ de cuatro semanas. Volver¨¢ al trabajo el 24 de noviembre. Mientras tanto, se entrenar¨¢ solo 2-3 veces por semana, con salidas de 2-3 horas a ritmos blandos".
(www.mapeisport.it, archivo de entrenamientos de Ivan Basso)
- Jugando con mis ni?as, que cumplen cinco a?os. Las voy a llevar a cenar con su mam¨¢. 20 Nov, 15.26".
"Me acabo de reunir con dise?adores de Nike. Trabajando en una nueva zapatilla de ciclismo para 2009... y m¨¢s all¨¢. 21 Nov, 12.42".
"?Otro control antidopaje m¨¢s! ?ste es el sexto. Quiz¨¢s alquile la casa de al lado para ellos. Aunque estos controles son a veces inc¨®modos (y una peque?a invasi¨®n de mi intimidad), les doy totalmente mi bienvenida. Parte de mi trabajo, por supuesto. 22 Nov, 5.47".
(twitter.com/lancearmstrong)
Lance Armstrong no se afeita desde hace unos cuantos d¨ªas y tiene un masajista polaco de cara afilada y bigote. El martes comi¨® en Par¨ªs con el corresponsal del New York Times, venerable Samuel Abt, y pas¨® el d¨ªa de acci¨®n de gracias en Niza, cenando en elegantes restaurantes y d¨¢ndose paseos en bicicleta en un paisaje nevado y recibiendo en su casa a los inspectores antidopaje y acord¨¢ndose de sus mellizas y comunic¨¢ndose con el mundanal mundo cada 20 minutos. La masa total de la hemoglobina de Ivan Basso no ha oscilado en todo un a?o m¨¢s all¨¢ del 5% y su consumo m¨¢ximo de ox¨ªgeno el jueves pasado era de 78,9 mililitros por kilo de peso al segundo mientras su coraz¨®n lat¨ªa a 200 pulsaciones por minuto y sus piernas mov¨ªan los pedales con una fuerza de 500 vatios, a 6,7 vatios por kilo, pues est¨¢ gordo (75,1 kilos) en este su retorno al entrenamiento. Y esto lo puede saber todo el mundo que quiera porque los dos ciclistas as¨ª lo necesitan, y tanta necesidad tienen que lo cuentan por Internet.
Para escribir el personaje L?tzsch, un individuo peligroso en cuanto buen ejemplo de c¨®mo se puede ser el mejor siendo a la vez un rebelde, la Stasi, la polic¨ªa pol¨ªtica de la RDA, necesit¨® tejer a su alrededor una malla de casi 50 informantes, necesit¨® corromper y chantajear a amigos, vecinos, familiares. Para escribir sus personajes, los dos corredores que retornan a la competici¨®n, el tejano y el italiano, s¨®lo precisan de una elevada dosis de narcisismo -elemento que por definici¨®n poseen todos los grandes campeones-, y de redenci¨®n interior -com¨²n a todos los pecadores que regresan-, y un ordenador o un m¨®vil con acceso a Internet. Pero si el personaje creado por la Stasi no respond¨ªa a la realidad porque se basaba en aquello que la persona L?tzsch deseaba mantener oculto, es lo que mantienen oculto, evidentemente, lo que aleja de la verdad el personaje que tanto Armstrong como Basso han construido en el hiperespacio.
Como dijo Alberto Contador cuando le mostraron una gr¨¢fica en la que se hab¨ªan volcado los datos de su SRM (artilugio que permite medir los vatios durante el entrenamiento y se usa para planificar las cargas de trabajo): "Vale, esto es lo que ¨¦l mostrar¨¢ cuando le interese: si est¨¢ mal o muy bien, depende, no ense?ar¨¢ nada". "Lo muestro todo", explic¨® Basso, "porque s¨¦ que mi palabra s¨®lo ya no basta: no puedo exigir a la gente que crea lo que digo, necesito probar mi limpieza".
"Tengo que estar m¨¢s abierto", dec¨ªa Armstrong en The Guardian. "La transparencia es importante. Ser¨¦ m¨¢s accesible a la prensa. Y me he puesto a twitear. Twiteo entre tres y 20 veces al d¨ªa... Y voy a twitear desde todas mis carreras". Armstrong se comunica a trav¨¦s de su blackberry con twitter.com, un tabl¨®n de anuncios universal que permite a sus usuarios el sue?o de que todos sus sms sean conocidos urbi et orbi al segundo. "Nuestro servicio es permitir al usuario responder a trav¨¦s de mensajes cortos a una pregunta, ?qu¨¦ est¨¢s haciendo?", dicen los de twitter en su p¨¢gina de inicio, y Armstrong, respondiendo con una frecuencia que raya en la obsesi¨®n, casi, logra crearse una personalidad a su antojo.
Sabemos, as¨ª, que su hiperactividad no ha menguado con los a?os, al contrario, que es capaz de estar en un mismo d¨ªa en Austin (Tejas), en San Diego (California) y en Orlando (Florida), de dar una conferencia sobre el c¨¢ncer, de reunirse con la gente que lleva su fundaci¨®n contra el c¨¢ncer, Livestrong, de mantener una charla con un ingeniero sobre la p¨¦rdida de velocidad por la fricci¨®n del tubular sobre el asfalto, de llevar a sus mellizas al cine, de ir a cenar con su ex, de salir a entrenar en Niza bajo el granizo, como hizo ayer, antes de viajar a Tenerife, donde se encontr¨® por primera vez con Contador... Pero, evidentemente, nunca sabremos de su vida m¨¢s que lo que ¨¦l quiera que se sepa.
Consulta la popularidad de Lance Armstrong en Internet (lalistaWIP)
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