Aznar dio v¨ªa libre al paso por Espa?a de presos hacia Guant¨¢namo y lo ocult¨®

"Se estima que el aeropuerto m¨¢s discreto es el de la base de Mor¨®n y alternativo, Rota". El vicealmirante Manuel Calvo, presidente de la Secci¨®n Espa?ola del Comit¨¦ Permanente Hispano-Norteamericano, no tuvo ninguna duda cuando, el 11 de junio de 2002, recibi¨® con car¨¢cter urgente una consulta sobre la petici¨®n de Estados Unidos para que los aviones que trasladaban a prisioneros talibanes y supuestos miembros de Al Qaeda a Guant¨¢namo hicieran escala en Espa?a.

El consejero pol¨ªtico-militar de la Embajada de EE UU en Madrid, en su visita de la tarde anterior al director general de Pol¨ªtica Exterior para Am¨¦rica del Norte, Miguel Aguirre de C¨¢rcer, se hab¨ªa mostrado indiferente sobre la conveniencia de que las escalas se realizaran en aeropuertos civiles o militares. Pero Aguirre de C¨¢rcer le dijo, seg¨²n hizo constar en su informe, que "ser¨ªa preferible utilizar aeropuertos en bases militares, como Mor¨®n o Rota, en vez de aeropuertos civiles".

Hubo consultas urgentes de altos cargos de Exteriores, Defensa y Moncloa

El Ejecutivo sopes¨® las "consecuencias legales" de que alg¨²n preso fuera europeo

Se decidi¨® que se dar¨ªa una versi¨®n tergiversada si la prensa preguntaba

La Embajada de EE UU tuvo el 's¨ª' del Gobierno en menos de 24 horas

Para el vicealmirante Calvo, "el aeropuerto m¨¢s discreto" era la base de Mor¨®n, a 56 kil¨®metros de Sevilla. La misma base donde, en la Guerra del Golfo de 1991, se desplegaron los B-52 que bombardearon Irak; y en la guerra de 2003, los bombarderos invisibles F-117. Se quer¨ªa que los prisioneros trasladados a Guant¨¢namo tambi¨¦n se volvieran invisibles para los espa?oles.

Hab¨ªa motivos para evitar la publicidad. El Gobierno era plenamente consciente de la ilegalidad de estos traslados. "Considero [que] debe tenerse en cuenta la posibilidad de que alguna de las personas transportadas tengan nacionalidad europea y sopesar las consecuencias legales", escribi¨® Calvo en sus comentarios a la solicitud del Pent¨¢gono. Tan escuetos como cargados de advertencias.

Adem¨¢s, no le fallaba la intuici¨®n. Uno de los 23 prisioneros que el 11 de enero de 2002 inauguraron el penal de Guant¨¢namo, tras casi 24 horas de vuelo sedados y encadenados desde Kandahar (Afganist¨¢n), era un ciudadano brit¨¢nico, Feroz Ali Abbasi, y en ese momento Espa?a ocupaba la presidencia rotativa de la UE, lo que le pon¨ªa en una posici¨®n muy delicada.

Abbasi fue liberado en enero de 2005 y su abogado denunci¨® que hab¨ªa sufrido torturas durante su reclusi¨®n en el penal de la isla caribe?a.

Una de las principales preocupaciones del Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar cuando recibi¨® la solicitud del Pent¨¢gono fue evitar que pudiese trascender a la opini¨®n p¨²blica.

El mismo 11 de junio por la ma?ana, Aguirre de C¨¢rcer escribi¨® al secretario general de Pol¨ªtica de Defensa y mano derecha del ministro Federico Trillo, Javier Jim¨¦nez-Ugarte, para exponerle la situaci¨®n. "La l¨ªnea de informaci¨®n p¨²blica, en respuesta a posibles preguntas de los periodistas, podr¨ªa ser que no est¨¢ previsto que estos vuelos realicen escalas en territorio espa?ol, pero en caso de que solicitasen aterrizar por razones de emergencia, de conformidad con las normas de aviaci¨®n internacional, se les autorizar¨ªa", escribi¨® el director general de Pol¨ªtica Exterior para Am¨¦rica del Norte en una carta encabezada con el anagrama de la presidencia espa?ola de la UE (un toro).

Aguirre de C¨¢rcer propon¨ªa escudarse en la confusi¨®n, inducida por la propia Embajada de EE UU en Madrid, entre un aterrizaje de emergencia (que nunca puede ser denegado) y una decisi¨®n de car¨¢cter pol¨ªtico.

Pero lo que el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar deb¨ªa tomar, en un plazo perentorio de menos de 24 horas, era una decisi¨®n pol¨ªtica. La prueba de ello es que el Pent¨¢gono obvi¨® el procedimiento ordinario previsto en el convenio bilateral de Defensa. En vez presentar la solicitud a trav¨¦s del Comit¨¦ Permanente Hispano-Norteamericano, un organismo de car¨¢cter t¨¦cnico, acudi¨® a un cargo pol¨ªtico: el director general de Pol¨ªtica Exterior para Am¨¦rica del Norte.

Tan consciente era Aguirre de C¨¢rcer de la trascendencia del asunto que se tra¨ªa entre manos que no se limit¨® a elevar un informe, clasificado como "muy secreto", al ministro de Asuntos Exteriores, Josep Piqu¨¦. En su carta al secretario general de Pol¨ªtica de Defensa, Aguirre de C¨¢rcer le daba cuenta de otras gestiones que ya hab¨ªa realizado. "Sin perjuicio de que posiblemente el Ministro Piqu¨¦ comente el tema esta ma?ana con el Ministro Trillo-Figueroa aprovechando el Consejo de Ministros [el 11 de enero de 2002 era viernes], tanto el secretario de Estado [Miquel] Nadal como Ram¨®n Gil-Casares, con quienes despach¨¦ el tema anoche, eran l¨®gicamente partidarios de contestar afirmativamente hoy a las autoridades norteamericanas".

Miquel Nadal era secretario de Estado de Asuntos Exteriores; Javier Jim¨¦nez-Ugarte, como ya se ha dicho, secretario general de Pol¨ªtica de Defensa, y Ram¨®n Gil-Casares, director del departamento de Internacional y Seguridad del Gabinete del Presidente del Gobierno y, en consecuencia, principal consejero de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en asuntos de pol¨ªtica exterior.

As¨ª pues, en las fren¨¦ticas consultas que se efectuaron para contestar a la solicitud de la Embajada de EE UU para que los aviones que trasladaban a prisioneros de Guant¨¢namo pudieran hacer escala en Espa?a intervinieron los m¨¢s cercanos colaboradores del ministro de Asuntos Exteriores, del ministro de Defensa y del propio presidente.

La carta de Aguirre de C¨¢rcer al secretario general de Pol¨ªtica de Defensa conclu¨ªa con una nota manuscrita que insist¨ªa en lo perentorio del asunto: "Convendr¨ªa que habl¨¢ramos antes del final de la ma?ana".

Al mediod¨ªa del 11 de enero, el Ministerio de Asuntos Exteriores transmiti¨® su respuesta a la Embajada de EE UU en Madrid y ¨¦sta fue, como hab¨ªa vaticinado Aguirre de C¨¢rcer, "l¨®gicamente" positiva.

Atendiendo a las indicaciones del vicealmirante Manuel Calvo, se hizo saber que el aeropuerto designado para realizar esas escalas ser¨ªa el "m¨¢s discreto", la base a¨¦rea de Mor¨®n, y Rota como alternativo.

No parece que esta respuesta pillase por sorpresa al Pent¨¢gono. Seg¨²n hizo notar el presidente de la Secci¨®n Espa?ola del Comit¨¦ Permanente Hispano-Norteamericano, cuatro aviones de transporte C-17 de la Fuerza A¨¦rea de EE UU estaban desplegados desde el 6 de enero en la base de Mor¨®n sin que tuvieran atribuida ninguna misi¨®n concreta ni tampoco hubieran reportado aver¨ªa alguna.

Como sugiri¨® el consejero pol¨ªtico-militar de la Embajada de EE UU, su funci¨®n ser¨ªa servir como reserva en caso de que alguno de los aviones que transportaba a los talibanes y presos de Al Qaeda tuviera problemas.

Seg¨²n los registros de control de tr¨¢fico a¨¦reo de Portugal, el primer avi¨®n recal¨® en Mor¨®n el mismo 11 de enero de 2002. Seg¨²n la documentaci¨®n remitida por Defensa a la Audiencia Nacional, la primera escala se produjo el 2 de mayo. En tres a?os, 13 aeronaves sobrevolaron Espa?a camino de Guant¨¢namo.