De vuelta a Rock-Ola
El otro d¨ªa volv¨ª al Macba, para ver otra vez la exposici¨®n Archivo universal, llena de sugestiones. Esta vez ped¨ª a Miguel Trillo (el fot¨®grafo de la movida) que me acompa?ase, para ver sus fotos y hablar de su libro Parejas y placeres que se publicar¨¢ en las pr¨®ximas semanas (en H2O editorial). ?l expone en el "archivo" del museo unas fotos sobre el tema de su vida, que es la juventud y m¨¢s concretamente la "cultura juvenil" ligada a la m¨²sica. Antes de entrar en la sala de sus fotos (no est¨¢n colgadas y enmarcadas: se proyectan como diapositivas sobre la pared), me llev¨® a la sala contigua para que viese el trabajo de un franc¨¦s de 60 a?os, Jean Louis Schoellkopf, que ha retratado en una forma particular y en blanco y negro a un grupo de chicos suramericanos, inmigrantes en Barcelona: el enfoque frontal se parece a la manera de Trillo de hacer fotos, y adem¨¢s ¨¦ste aprecia que Schoellkopf no se haya centrado, como muchos otros, en los paisajes arquitect¨®nicos, sino en "la flora urbana" de la ciudad y concretamente en el colectivo latino: "Y adem¨¢s no ha ido en plan muy art¨ªstico, sino que le ha importado m¨¢s que el conjunto tuviese sentido. Mi obra tambi¨¦n va por ah¨ª, no soy fot¨®grafo de una sola foto y pienso las series como una especie de puzzle".
Trillo fue el fot¨®grafo de la movida madrile?a, adicto y 'v¨ªctima' de aquellos a?os
Trillo fue efectivamente el fot¨®grafo de la movida madrile?a. Adicto y "v¨ªctima" de aquellos a?os, no los recuerda tanto por las obras, los grupos o los talentos que emergieron, por las canciones inolvidables, por la vuelta que le dieron al imaginario espa?ol como a un calcet¨ªn, o por los colegas fulminados por las drogas y las enfermedades, como por la atm¨®sfera de libertad: Franco hab¨ªa muerto dos a?os antes, empezaron a derogarse leyes como la de Peligrosidad social y la de Vagos y Maleantes, y en aquel vac¨ªo legal "la calle se convirti¨® en un plat¨® maravilloso".
En el a?o 1994 Trillo se vino a Barcelona. Aqu¨ª sigue. Cada ma?ana toma el tren a Barber¨¤ del Vall¨¨s, donde trabaja como profesor de castellano en un instituto p¨²blico. Aqu¨ª tambi¨¦n ha rastreado a la salida de conciertos, fiestas y festivales las huellas de una "internacional juvenil" relacionada con la "m¨²sica con actitud" (punk, rap, heavy), cuyos signos ha percibido (y documentado en las postales-cat¨¢logo de su expo Souvenirs) en los lugares m¨¢s inveros¨ªmiles y perdidos de Espa?a y Portugal, y que asoman siempre entre las rejas de lo identitario, lo localista, las ra¨ªces, las tradiciones.
Desde aqu¨ª, a partir de un proyecto para Casa Asia ha tenido la rar¨ªsima fortuna de volver a pisar los escenarios de su juventud; vuelve a ser el fot¨®grafo de la movida, pero ahora de ciudades asi¨¢ticas: Pek¨ªn, Se¨²l, Manila y otras megal¨®polis en la ¨®rbita de Tokio, el Nueva York del siglo XXI, donde nacen todas las tendencias:
-?Es como volver a los a?os setenta! Son ciudades en las que por el peso tan grande de las religiones, el rock es diab¨®lico y en general la cultura moderna es underground, pero asoma una generaci¨®n nueva que habla de un mundo sin fronteras ni religiones. Ir a Manila es como volver a Rock-Ola, y all¨ª llevo mi modesta militancia... que es un deseo de libertad.
Est¨¢bamos mirando sus estupendas fotos en la pared del museo. En una de ellas se ve a una pareja de rockabillies muy disfrazados con su chupa y su tup¨¦, e hice un comentario paternalista. Trillo los defendi¨®: "Bueno, son felices". Yo dije: "Pues no creo que sean muy felices". ?l dijo: "Bueno, pero cuando lo recuerdan luego, entonces s¨ª pensar¨¢n que lo fueron".
S¨ª, con eso se tiene que conformar casi todo el mundo, pero no Trillo, al que su curiosidad y los vuelos low cost han devuelto a Rock-Ola. Para ¨¦l vuelve a sonar Aquella canci¨®n de Roxy... en tagalo...
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