Llega a Espa?a el estandarte del vestir intelectual
Miu Miu inaugura tienda en Madrid con una exposici¨®n de carteles
De peque?a Miuccia Prada era Miu Miu. Y as¨ª es como la dise?adora italiana bautiz¨® a la marca que fund¨® hace 15 a?os. Un proyecto creado para volcar todo aquello que no cab¨ªa en Prada por ser demasiado espont¨¢neo o subversivo y que se ha convertido en el estandarte de la moda intelectual. Porque Miu Miu no es una versi¨®n m¨¢s asequible y juvenil de una gran marca como D&G, de Dolce & Gabbana, o DKNY, de Donna Karan. No es una hermana peque?a. Juega y compite con Prada en la primera l¨ªnea de la moda. Aunque todav¨ªa hay diferencias. Prada tiene 144 tiendas en todo el mundo. Miu Miu, 27, que aumentar¨¢n a 28 a partir de ma?ana cuando se inaugure el espacio de Madrid, en la calle Claudio Coello, 72. Para celebrarlo, la firma ha lanzado una peque?a colecci¨®n que se vender¨¢ en exclusiva en la boutique madrile?a, donde se expondr¨¢n enormes carteles adhesivos inspirados en algunas de sus campa?as, con las actrices Lou Doillon, Chlo? Sevigny o Kristen Dunst como protagonistas.
A diferencia de la casa matriz, la segunda marca de Prada es subversiva
Desde el principio, Miu Miu fue una v¨ªa de escape para la dise?adora. "Prada se hab¨ªa vuelto muy seria. No pod¨ªa hacer ciertas cosas porque eran muy kitsch para una gran marca. Necesitaba un espacio para la luz, la creatividad y la libertad", explic¨® la creadora en Financial Times. La firma naci¨® as¨ª como una extensi¨®n de la personalidad de esta licenciada en Ciencias Pol¨ªticas y comunista orgullosa, que repart¨ªa panfletos revolucionarios envuelta en un traje de Yves Saint Laurent y un collar de esmeraldas. "Es otra expresi¨®n de mi universo s¨®lo que m¨¢s espont¨¢nea. La regla es: si tengo que pensarlo tres veces, no es para Miu Miu", cont¨® Prada a Le Nouvel Obs Styles.
Pero Miu Miu no siempre fue como es. Su gran salto lleg¨® en el momento que parec¨ªa m¨¢s adverso. En el a?o 2000, Prada compr¨® Jil Sander, Helmut Lang y Azzedine Ala?a, conocidas en el mundo de la moda, como las marcas intelectuales. Es decir, la competencia directa de Miu Miu. Pero las cosas no fueron bien, y para 2006 ya se hab¨ªa desprendido de las tres firmas. "Ten¨ªamos nuestra propia marca con el potencial que busc¨¢bamos pero, por alguna raz¨®n, estuvimos neg¨¢ndola", confiesa Prada en Financial Times. Miu Miu se emancip¨®, abandon¨® la pasarela de Mil¨¢n, donde se presentan las colecciones de Prada, y empez¨® a desfilar en Par¨ªs junto a Chanel o Louis Vuitton. Su debut franc¨¦s fue en el restaurante Lap¨¦rouse, el lugar donde los escritores Alejandro Dumas y ?mile Zola sol¨ªan cenar. Un ejemplo m¨¢s del esp¨ªritu de la marca que nunca quiso ser Prada II.
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