El asesinato de Uria resucita los fantasmas de Lem¨®niz y Leizar¨¢n
ETA ha matado 10 veces en ataques contra grandes obras
El asesinato ayer del Ignacio Uria, consejero de Altuna y Uria, una de las empresas adjudicatarias de las obras del AVE vasco, despert¨® viejos fantasmas de los ochenta y los noventa, cuando las amenazas y la sangre derramada por ETA logr¨® paralizar algunos proyectos y modificar otros. El AVE no es la primera gran obra que ETA se?ala como objetivo ni el empresario Uria el ¨²nico que ha sufrido la guerra sin cuartel de la banda a las grandes infraestructuras vascas.
Los etarras consiguieron salirse con la suya y que la central nuclear de Lem¨®niz, en la costa vizca¨ªna, nunca llegara a funcionar. Su construcci¨®n arranc¨® en 1972, aunque la Direcci¨®n General de Energ¨ªa no autoriz¨® las obras de Iberduero hasta marzo de 1974. Hoy es un edificio fantasma, abandonado y sin ning¨²n uso. El proyecto se dej¨® en 1982 cuando la central estaba ya casi terminada despu¨¦s de sufrir varios golpes. ETA asesin¨® en 1978 a dos trabajadores colocando una bomba en uno de los generadores de la central; al ingeniero Jos¨¦ Mar¨ªa Ryan, en 1981, que previamente fue secuestrado para pedir la demolici¨®n del edificio, y al hombre que le sustituy¨® en la direcci¨®n del proyecto, ?ngel Pascual M¨²jica, un a?o despu¨¦s ametrallado por dos j¨®venes en presencia de su hijo y de su escolta.
Tras el asesinato de Ryan, la mayor¨ªa de los t¨¦cnicos que prestaban sus servicios en las tareas de construcci¨®n y puesta en marcha de la central dejaron de acudir a sus puestos de trabajo, por lo que las obras estuvieron pr¨¢cticamente paralizadas durante varios meses. En un comunicado, la banda explicar¨ªa m¨¢s tarde que Pascual era uno de los pocos que "a pesar de las advertencias de ETA no hab¨ªa abandonado el trabajo en la central, insolidariz¨¢ndose con el conjunto de sus compa?eros, como lo demuestra el hecho de llevar escolta armada".
En total, desde que comenzaron las obras hasta que el proyecto de la central de Lem¨®niz muri¨® definitivamente, ETA asesin¨® a cinco de sus trabajadores. El coste de la paralizaci¨®n del proyecto, seg¨²n un informe pericial elaborado para el juez Baltasar Garz¨®n en 2004 ascend¨ªa a m¨¢s de 5.876.740.000 euros, casi un bill¨®n de las antiguas pesetas.
La banda logr¨® paralizar la central de Lem¨®niz en los ochenta y diez a?os despu¨¦s, que se cambiara el trazado de la autov¨ªa de Leizar¨¢n que conecta Guip¨²zcoa y Navarra. De nuevo, ETA bloqueaba un proyecto sobre el que Navarra hab¨ªa depositado esperanzas de progreso.
En octubre de 1989, la banda amenaz¨® directamente a los ingenieros, altos t¨¦cnicos, responsables y propietarios de empresas participantes en las obras de la autov¨ªa. En un comunicado, exig¨ªa la apertura de una moratoria de seis meses en el comienzo de los trabajos para elaborar un proyecto alternativo.
El 13 de noviembre de 1990 la banda dirig¨ªa una carta a las empresas constructoras de la autov¨ªa en la que amenazaba a quienes se negaran a poner punto final a las obras: "ETA les advierte por ¨²ltima vez", dec¨ªa el escrito, de que, "en caso de no mediar un giro de 180 grados en su actitud y respetar de modo inmediato la moratoria demandada, nuestra organizaci¨®n les considerar¨¢ autom¨¢ticamente, tanto a ustedes como a sus intereses, objetivo prioritario y actuar¨¢ en consecuencia". Altuna y Uria, la empresa fundada por el hombre asesinado ayer por ETA, era una de las empresas adjudicatarias de las obras de construcci¨®n de la autov¨ªa.
ETA cumpli¨® su amenaza y arranc¨® una escalada de atentados que culmin¨® con los asesinatos de cuatro personas: dos empresarios y dos polic¨ªas. Hasta que el 9 de agosto de 1991, en contra de los criterios de los t¨¦cnicos, el diputado general de Guip¨²zcoa, Eli Galdos, y la Coordinadora Lurraldea modificaron el trazado mediante un acuerdo.
Las obras hab¨ªan comenzado en agosto de 1989 en Navarra y en mayo de 1991 en Guip¨²zcoa. La autov¨ªa se inaugur¨® finalmente en mayo de 1995. Fueron los 47 kil¨®metros de asfalto m¨¢s costosos de la historia vasca: cuatro vidas, seis a?os y 420 millones de euros. La factura fue mucho m¨¢s abultada de lo previsto, ya que las amenazas y los continuos atentados hab¨ªan obligado a aumentar la vigilancia.
41 empresarios muertos
El asesinato ayer de Ignacio Uria eleva a 41 el n¨²mero de empresarios vascos muertos a manos de ETA, la mayor¨ªa durante los a?os ochenta. Y casi todos propietarios de peque?os comercios, restaurantes o bares. La ¨²ltima v¨ªctima, hasta ayer, en el empresariado vasco era Jos¨¦ Mar¨ªa Korta, presidente de la patronal guipuzcoana, asesinado por la banda terrorista en agosto del a?o 2000 con un coche bomba.
La banda asesin¨®, entre otros muchos, al empresario Francisco Arratibel, que recibi¨® un tiro en la cabeza en Tolosa (Guip¨²zcoa) en febrero de 1997. A Javier Ibarra, despu¨¦s de haberlo secuestrado durante un mes.
El Rey y el Pr¨ªncipe de Asturias han expresado recientemente su apoyo a los empresarios vascos. Don Juan Carlos elogi¨® su coraje y capacidad de sacrificio frente a los violentos en un encuentro en Bilbao el pasado 19 de noviembre.
Dos proyectos, nueve v¨ªctimas mortales
- Las seis empresas adjudicatarias de la autov¨ªa de Leizar¨¢n que deb¨ªa unir Navarra con Guip¨²zcoa, entre ellas Altuna y Uria, decidieron renunciar en 1991 a comenzar las obras en la zona vasca por las amenazas de la banda terrorista.
- ETA asesin¨® a cuatro personas, dos empresarios y dos artificieros que intentaban desactivar un paquete bomba que iba dirigido al director de una de las constructoras.
- El trazado fue modificado finalmente ante la presi¨®n etarra y las obras se retomaron en abril de 1992.
- El acoso terrorista logr¨® que las obras de Lem¨®niz, iniciadas en 1972, se abandonaran cuando la central nuclear estaba casi construida, en los a?os ochenta. Hoy es un edificio sin uso.
- Cinco personas relacionadas con las obras fueron asesinadas: dos ingenieros y tres obreros de las empresas constructoras.
- Tras los asesinatos, muchos empleados comenzaron a no acudir a sus puestos de trabajo por miedo a sufrir un atentado de la banda terrorista.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.