La 'pornotasa'
Hay gobernantes ocurrentes. Tambi¨¦n los hay osados. Y otros, desinhibidos, carecen del sentido del rid¨ªculo. Berlusconi es un ser superior: lo tiene todo. Colecciona meteduras de pata como otros acumulan pisapapeles de cristal. Desde sus bromas con el fascismo -"Mussolini no mat¨® a nadie, mandaba a los opositores al exilio"- hasta la muy reciente del "bronceado" de Obama, la lista de tonter¨ªas se agranda con el paso del tiempo. Y es que el primer ministro italiano es muy, muy gracioso.
Sirvan como ejemplo sus inteligentes comentarios sobre las mujeres. Desde "la izquierda no tiene gusto; ni siquiera cuando se trata de mujeres. Nuestras candidatas son m¨¢s hermosas", hasta aqu¨¦lla de que una raz¨®n de peso "para invertir en Italia es que tenemos bell¨ªsimas secretarias". Sin olvidar, claro,
la dedicada al actual Gobierno espa?ol: "?Nueve mujeres! ??l solo se lo ha buscado! (por Zapatero). Le costar¨¢ dominarlas". Las tres frases son de abril de este mismo a?o.
Este se?or es, adem¨¢s, el gran magnate de la televisi¨®n, no s¨®lo en Italia, sino tambi¨¦n en Espa?a. Sus canales son los responsables de grandes aportaciones a la cultura del siglo XX, como las mamachichos, la m¨¢quina de la verdad -?cu¨¢ntas veces ha enga?ado usted a su marido?- o las entrevistas largamente pagadas a delincuentes para mayor solaz del respetable p¨²blico.
Dec¨ªamos que es ocurrente. Y as¨ª, para solucionar la situaci¨®n de crisis econ¨®mica que vive Italia -con m¨¢s de un bill¨®n de euros de deuda- se le ha ocurrido una brillante idea. ?Y qu¨¦ ha pensado Berlusconi? ?Quiz¨¢ acabar con la lacra hist¨®rica del fraude fiscal? ?Terminar con la extorsi¨®n de la Cosa Nostra, la Camorra, la 'Ndrangheta? Pues no. Ha decidido cargar con un impuesto especial todos los productos dela industria pornogr¨¢fica italiana, tan reciamente representada por el coloso Rocco Sifredi.
Tasa ¨¦sta, adem¨¢s de in¨²til -no se recaudar¨ªa m¨¢s de unos 250 millones de euros, una cantidad menor que la de algunas grandes fortunas, quiz¨¢ incluso la suya-, bien demostrativa de la compatibilidad entre ser un rijoso profesional y un p¨ªo guardi¨¢n del sexto mandamiento.
Dec¨ªa Giovanni Sartori en este peri¨®dico que lo que m¨¢s le preocupaba de Berlusconi es lo que dec¨ªa cuando hablaba en serio.
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