Discotecas
La nuestra es una sociedad convulsa. Tenemos un mont¨®n de problemas y asuntos pendientes por resolver a los que s¨®lo hincamos el diente cuando un suceso los desborda. As¨ª ha ocurrido con las discotecas y bares de copas. Los desmanes e irregularidades en ese complicado sector son los mismos de hace dos meses o dos a?os, pero de pronto matan a un chico a las puertas de una discoteca y nos preocupamos mucho de lo que antes nos importaba un bledo. En sinton¨ªa con ese espasmo la Administraci¨®n municipal se li¨® la manta a la cabeza y meti¨® mano a diestro y siniestro para que todos vi¨¦ramos lo rectos que son frente a las ilegalidades.
Desde que reventaron el coraz¨®n de ?lvaro Uss¨ªa a las puertas del Balc¨®n de Rosales el Ayuntamiento de Madrid ha escenificado una acci¨®n implacable contra los locales de ocio que revela su mala conciencia en ese campo. El cierre fulminante de varias discotecas de renombre pone en evidencia el p¨¦simo funcionamiento de un aparato administrativo tremendamente viciado cuando no corrupto. Eran locales que llevaban a?os y a?os funcionando en esas condiciones de precariedad legal sin que el Ayuntamiento resolviera ni para adelante ni hacia atr¨¢s.
Gestionar la noche no es nada f¨¢cil. Hay mucho berzas buscando la bronca permanente
El Balc¨®n de Rosales no s¨®lo carec¨ªa de licencia para funcionar como discoteca, sino que adem¨¢s acumulaba otras muchas denuncias que nunca impidieron su actividad. Es decir, que al menos all¨ª los agentes municipales hicieron su trabajo y probablemente a sabiendas de que no servir¨ªa de nada. Y no sirve de nada, porque si han de cerrar todos los locales que carecen de licencia o que cometen alg¨²n tipo de irregularidad en Madrid no quedar¨ªan abiertas m¨¢s que las parroquias, y puede que tampoco todas.
Es una situaci¨®n perversa no achacable ¨²nicamente a la tendencia generalizada de los empresarios de este sector a vulnerar la norma. M¨¢s bien tiene su origen en la inoperancia administrativa en el tr¨¢mite de las concesiones. El calvario burocr¨¢tico a que ha de someterse todo aquel emprendedor que aspira a montar un negocio y las esperas interminables hacen inviable su rentabilidad. En la cultura empresarial de Madrid est¨¢ asumido que si no quieres morir antes de nacer hay que arrancar legalmente en pelotas.
Casi siempre sale m¨¢s barato pagar la multa que mantener cerrado el tinglado mientras la indolente funci¨®n p¨²blica mueve los papeles a c¨¢mara lenta. En esa torpeza administrativa, en ocasiones deliberada, reside el origen de las redes de extorsi¨®n tipo Guateque que tanta fortuna han hecho en nuestra capital.
S¨®lo una Administraci¨®n ¨¢gil, eficaz y resolutiva est¨¢ en condiciones de conjurar los apa?os e imponer su autoridad para controlar adecuadamente esta actividad tan necesitada de rigor. La de la falta de control de los porteros, que ahora tanto lamentamos, es sin duda una consecuencia m¨¢s del desmadre. Gestionar la noche no es nada f¨¢cil. Hay mucho berzas buscando la bronca permanente y mucho patoso cocido por el alcohol o las pastillas. Manejar ese personal con determinaci¨®n y talento es lo que convierte al de los "puertas" en un oficio que requiere, al margen de la masa muscular, otras facultades.
El portero ha de resolver situaciones comprometidas y hacerlo de la manera m¨¢s discreta y pac¨ªfica posible. Muchos de ellos lo consiguen haciendo gala de un temple y una mano izquierda que los convierte en profesionales muy cotizados por los empresarios del sector. Por desgracia, no son mayor¨ªa y ninguna normativa ha impedido hasta el momento que a las puertas de un local planten un par de armarios de carne machacada en gimnasio dispuestos a hostiar al primer chaval que se tambalee o no les guste su cara. El aluvi¨®n de precedentes es tan nutrido que resultan pat¨¦ticos los aspavientos de la clase pol¨ªtica ante el suceso de Rosales. Con qu¨¦ morro pudieron mostrar su indignaci¨®n por lo acontecido sabiendo, como todos sabemos, la clase de mendrugos que algunas empresas ponen en las puertas de sus locales.
El que seis d¨ªas despu¨¦s de la muerte de ?lvaro Uss¨ªa apruebe el Consejo de Gobierno regional la tramitaci¨®n del reglamento que exige formaci¨®n y carnet profesional a los porteros despu¨¦s de 13 a?os dormitando el proyecto en los cajones, es bochornoso. Tanto como arrasar unos cuantos negocios y un mont¨®n de puestos de trabajo para que el gobierno municipal tape sus verg¨¹enzas.
El nuestro es un modelo de pol¨ªtica pronta que no previene ni se anticipa al desastre. Se limitan a escenificar la extinci¨®n del fuego ante la galer¨ªa. La muerte de un chico puso el foco en las discotecas. Y all¨ª se mantuvo la luz hasta que unos locos en Bombay la desviaron hacia los calcetines de Esperanza Aguirre.
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