L¨®gica
?Qu¨¦ est¨¢ pasando? ?Nos meten ¨¢cido lis¨¦rgico en el agua? Porque esto, aun siendo los espa?oles propensos al desvar¨ªo verbal, empieza a carecer de explicaci¨®n. Que el diputado Joan Tard¨¤ grite "muera el Borb¨®n" entra, en cierta forma, dentro de una vieja tradici¨®n de Esquerra Republicana: en alg¨²n punto de los estatutos del partido debe haber un art¨ªculo que impone desbarrar de vez en cuando. Que Pedro Castro, alcalde de Getafe y presidente de la Federaci¨®n de Municipios, hable de "tanto tonto de los cojones que sigue votando a la derecha" es m¨¢s inquietante.
Lo peor del fin de semana es lo del cardenal Rouco. No porque haya insultado a nadie, sino porque el domingo introdujo en la homil¨ªa un disparate estupendo. Tras condenar el aborto e indicar que ¨¦ste era consecuencia de la "autodivinizaci¨®n del hombre" (podr¨ªa haber citado razones m¨¢s pedestres, como la necesidad, el miedo, la inconsciencia o el ego¨ªsmo, pero no vamos a discutir), se arranc¨® del intelecto una peculiar teor¨ªa sobre la crisis econ¨®mica. Escuchen: "Tampoco se encuentra otra explicaci¨®n l¨®gica para el fen¨®meno de la crisis que no sea la autodivinizaci¨®n de s¨ª mismo, propugnada y realizada por el hombre en nuestra sociedad".
Se entiende que le gustara el palabro y que quisiera amortizarlo. Decir que no se encuentra "explicaci¨®n l¨®gica" a la crisis resulta, sin embargo, un disparate completo. Espero que, por una vez, las teor¨ªas del presidente de la Conferencia Episcopal no alcancen demasiado eco. Porque si no ya podr¨ªamos dejar de pensar: la "autodivinizaci¨®n" acabar¨ªa teniendo la culpa de todo. Imag¨ªnense, lo bien que le ir¨ªa a Schuster decir que lo del Real Madrid no tiene otra explicaci¨®n l¨®gica que etc¨¦tera, etc¨¦tera.
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