Triple ensayo del DHUB
La pasada semana se expusieron en Barcelona tres ensayos para el contenido y el funcionamiento de una nueva instituci¨®n barcelonesa que empez¨® denomin¨¢ndose Museo del Dise?o, luego Centro del Dise?o y ahora ha adoptado un t¨ªtulo aparentemente m¨¢s cr¨ªptico, con la est¨¦tica de las f¨®rmulas de la intercomunicaci¨®n, pero, en realidad, m¨¢s adecuado a su complejidad: Dise?o Hub Barcelona (DHUB).
Este hub es una actualizaci¨®n de las propuestas muse¨ªsticas de Joaquim Folch i Torres, en las que se inclu¨ªa un Museo de las Artes Decorativas que logr¨® iniciarse en el palacio de Pedralbes cuando, con la Rep¨²blica, el edificio dej¨® de pertenecer a la casa real. Despu¨¦s de la guerra, el contenido se distribuy¨® en una serie de peque?os museos, pero en los a?os noventa el Ayuntamiento retorn¨® a la idea de la unificaci¨®n. En 2001 convoc¨® un concurso para un nuevo edificio en la zona sur de la plaza de las Gl¨°ries Catalanes, aprovechando el desnivel que se producir¨ªa con la urbanizaci¨®n. As¨ª, el soterramiento parcial era un factor tan decisivo que el alcalde Clos citaba al futuro museo como la "cripta de las glorias", haciendo coincidir la toponimia con el contenido: las glorias de la cultura en la plaza de las Gl¨°ries Catalanes.
La fachada pizarra de un colegio desata opiniones para todos los gustos entre los vecinos
La visi¨®n superpuesta y la transversalidad a gran escala permiten mayores grados de experimentaci¨®n sin perder identidad
El estudio de los contenidos y las necesidades expositivas y participativas se ha anticipado debidamente al proyecto arquitect¨®nico. Durante siete a?os -con demoras e interrupciones no todas atribuibles a este estudio-, se ha estado trabajando bajo la coordinaci¨®n de dos comisarios y sus equipos, que se han sucedido siguiendo los cambios del Ayuntamiento. Al fin, al tiempo que se entregaba el proyecto, se inauguraban esas tres exposiciones que explican, como resultado del estudio preparatorio, los aspectos esenciales del futuro centro. Un proceso, desgraciadamente, no demasiado frecuente hasta ahora en la creaci¨®n o ampliaci¨®n de otros establecimientos culturales de Catalu?a.
Una primera cuesti¨®n que resolver era la de la superposici¨®n de dos posibles maneras de entender el centro: como una gran exposici¨®n de las colecciones y los fondos (artes decorativas, indumentaria, artes gr¨¢ficas, arquitectura, etc¨¦tera) o como un n¨²cleo operativo de investigaci¨®n y promoci¨®n, de pedagog¨ªa y cr¨ªtica, de an¨¢lisis y s¨ªntesis. El empe?o en sustituir la palabra museo por centro y, finalmente, hub parece indicar la prevalencia de la segunda opci¨®n, pero las tres exposiciones preparatorias que comentamos explican c¨®mo se impondr¨¢ una interrelaci¨®n entre los dos conceptos y c¨®mo esa hibridez ser¨¢ la mejor aportaci¨®n creativa del museo hub.
En el palacio del marqu¨¦s de Lli¨® de la calle de Montcada -donde hasta hace poco se ubicaba en muy malas condiciones el Museo Textil y de Indumentaria- se muestra ahora una sint¨¦tica exposici¨®n sobre Turisme. Espais de ficci¨®, una explicaci¨®n de intenciones y m¨¦todos en cuanto a la incitaci¨®n creativa ante los problemas que plantea el turismo en nuestro entorno f¨ªsico y psicol¨®gico. En el mismo palacio se presenta tambi¨¦n el archivo de carteles que anticipa una labor de investigaci¨®n y conservaci¨®n en el campo de las artes gr¨¢ficas. Y en el palacio de Pedralbes -junto a los restos todav¨ªa activos del Museo de Artes Decorativas- se ha reconstruido una buena parte del Museo de Indumentaria con m¨¦todos nuevos y con resultados muy espectaculares. Me interesa, sobre todo, este tercer episodio porque explica c¨®mo se integrar¨¢n los grandes fondos patrimoniales en unas nuevas f¨®rmulas muse¨ªsticas que interrelacionan el testimonio hist¨®rico y la interpretaci¨®n cr¨ªtica y propositiva, desde puntos de vista actuales y operativos. Se comprueba, pues, que esa manera de hacer museo es tambi¨¦n muy eficaz para la escueta exposici¨®n de las colecciones y los fondos. Y que no hay que suspirar nost¨¢lgicamente -como hacen algunos conservadores pintorescos- por la p¨¦rdida de los peque?os museos creados por el fraccionamiento franquista. La visi¨®n superpuesta, la transversalidad y la intercomunicaci¨®n a gran escala permiten mayores grados de experimentaci¨®n sin perder identidad y autonom¨ªa.
Espero que a lo largo de los pr¨®ximos tres a?os -hasta la inauguraci¨®n del nuevo edificio- esos ensayos se multiplicar¨¢n y diversificar¨¢n: habr¨¢ que experimentar c¨®mo funcionar¨¢n las tareas de documentaci¨®n e informaci¨®n, c¨®mo se ordenar¨¢ la docencia y la participaci¨®n de la industria y de los estamentos profesionales, qu¨¦ sentido tendr¨¢n las galer¨ªas especializadas, qu¨¦ ritmos de nuevas adquisiciones se impondr¨¢n en la mejora del patrimonio y, finalmente, qu¨¦ se incorporar¨¢ para completar el panorama universal del dise?o y la cultura material. De momento, en el elenco de disciplinas incluidas me parece que ya se est¨¢ cometiendo un error: no integrar en el DHUB el museo de cer¨¢mica tal como se hab¨ªa propuesto al inicio, aduciendo su desproporcionada envergadura o las dudas sobre su especificidad, o temiendo quiz¨¢ la ruptura de intereses demasiado personalizados. Y quedan aspectos que habr¨¢ que discutir a lo largo de estos a?os, como el de la arquitectura que se reclama desde diversas entidades con programas dispares, en peligro de quedarse marginada. O las relaciones con otras entidades paralelas, como el FAD, que hasta ahora ha sido -y sigue siendo- el promotor m¨¢s eficaz y m¨¢s cr¨ªtico, m¨¢s enraizado en la realidad productiva de las diversas caras de la cultura material, con una historia y un futuro que hay que seguir potenciando. No hay que olvidar que, mientras el DHUB est¨¢ iniciando su interesante itinerario fundacional, el FAD est¨¢ culminando una renovaci¨®n de ideas y servicios que ha de aportar los mejores apoyos cr¨ªticos.
Oriol Bohigas es arquitecto.
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