Libertad de expresi¨®n

La conquista de la libertad de expresi¨®n es, sin duda, uno de los mayores logros de cualquier sociedad pero, como todo, exige obligaciones adem¨¢s de derechos, y si este detalle no se tiene en cuenta podemos convertirla en un arma de doble filo. La libertad es la alianza entre el respeto y el derecho. El respeto a la hora de expresarnos y el derecho a la propia libertad de expresi¨®n.

Se tiende a confundir la sinceridad y el derecho a la libertad de expresi¨®n con algo que yo calificar¨ªa de todo lo contrario: violencia verbal y profunda falta de respeto. Para que la libertad de expresi¨®n no pierda su significado, y sobre todo su gran valor, lo primero que debemos aprender es a expresarnos. Y no hablo de hipocres¨ªa ni de formas pol¨ªticamente correctas: hablo de respeto y de educaci¨®n.

No es ni respetuoso, ni tolerante, ni educado quemar la Constituci¨®n al grito de "Muera el Borb¨®n". No es ni respetuoso, ni tolerante, ni educado exhibir debates televisivos en los que los contertulios se insultan, se mandan callar y coartan constantemente la libertad de los compa?eros. Este tipo de actitudes s¨®lo tienen una definici¨®n, y es falta de tolerancia y respeto y profunda violencia verbal.