El salto adelante
?En qu¨¦ momento se decidi¨® pasar de las ayudas al sistema financiero (circuito sangu¨ªneo del aparato productivo, sin el cual este ¨²ltimo no puede funcionar) a otros sectores productivos, intensivos en mano de obra, como el del autom¨®vil? Da igual cu¨¢ndo, lo importante es el c¨®mo. En una reciente entrevista, el presidente electo de EE UU, Barack Obama, manifestaba sus cr¨ªticas a la forma de actuar de las grandes compa?¨ªas automovil¨ªsticas, pero conclu¨ªa: su colapso "no es una opci¨®n".
El acuerdo conceptual al que han llegado la Casa Blanca, los integrantes de la C¨¢mara de Representantes y los altos directivos de General Motors (GM), Chrysler y Ford supone un salto cualitativo en la naturaleza de los planes de rescate. El marco te¨®rico del mismo es el siguiente: cr¨¦ditos blandos por valor de 15.000 millones de d¨®lares (la mitad de lo que ped¨ªa el sector con distinta intensidad; GM y Chrysler, acuciados por la urgencia de evitar la suspensi¨®n de pagos, y Ford, como una l¨ªnea de cr¨¦dito por si la coyuntura se estropea a¨²n m¨¢s), que saldr¨¢n de un programa concebido para el desarrollo de veh¨ªculos eficientes ecol¨®gicamente. Con este dinero tendr¨¢n que lidiar en el corto plazo hasta el final del primer trimestre de 2009, momento en el que habr¨¢n de presentar su plan de viabilidad definitivo.
La intervenci¨®n de la industria del autom¨®vil en EE UU puede ser el primer paso hacia su nacionalizaci¨®n
Lo novedoso es el estricto r¨¦gimen de tutelaje que a partir de ahora tendr¨¢ Washington sobre la industria de Detroit, en algunos casos similar a la que existir¨ªa en el caso de suspensi¨®n de pagos. Un administrador nombrado por el presidente controlar¨¢ sus operaciones, entre las que destacan el control de las retribuciones de los ejecutivos (los m¨¢ximos responsables se han reducido sus salarios a un simb¨®lico d¨®lar), la eliminaci¨®n del dividendo y las garant¨ªas de que el dinero prestado ser¨¢ devuelto, so pena de ejercer las opciones de compra de acciones (warrants) a favor del Gobierno, con lo que la industria automovil¨ªstica quedar¨ªa parcialmente nacionalizada, como segundo paso de la intervenci¨®n. Si el administrador -que tendr¨¢ funciones equivalentes a un supervisor judicial- considerase que los planes de viabilidad son insuficientes, podr¨¢ forzar a las empresas en cuesti¨®n a que se declaren en expediente concursal.
Las dificultades de la industria de automoci¨®n americana, que son extensibles en parte a las de casi todo el planeta, revelan que m¨¢s all¨¢ de los problemas coyunturales relacionados con la recesi¨®n (un exceso de capacidad productiva, motivada por la ca¨ªda del consumo) hay otros que tienen que ver con las nuevas exigencias medioambientales, con estructuras y estrategias desfasadas y con la competencia derivada de la globalizaci¨®n (los costes de producir en EE UU son muy superiores a los de otras zonas del planeta). Los analistas del largo plazo describen una concentraci¨®n de compa?¨ªas y marcas que dejar¨ªa al medio centenar de fabricantes que hay en el mundo en alrededor de media docena de grupos. Como mucho.
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