O est¨¢s en Tuenti o perdiste el tren
Un portal creado por cinco j¨®venes en Madrid es ya la red de amigos l¨ªder
Todo empez¨® en una sucia oficina del paseo de la Castellana de Madrid, en la primavera de 2006. Hab¨ªa restos de comida por todas partes, un cuadro de un viejo servidor de IBM de principios de los 80 colgado en la pared y un sof¨¢ rojo muy feo.
Cinco veintea?eros se pasaban all¨ª el d¨ªa y la noche, enchufados al ordenador, bajando cada dos por tres a la gasolinera para comprar latas de bebidas isot¨®nicas. Eran tres espa?oles y dos norteamericanos: F¨¦lix, Joaqu¨ªn, Adejemy, Zaryn y Kenny. Una peque?a red de amigos creando el sue?o de una gran red de amigos. Kenny, el Messi del equipo, el programador creativo, se quedaba muchas noches a dormir all¨ª, sobre el sof¨¢ rojo, con los ojos rojos. As¨ª naci¨® el ¨²ltimo fen¨®meno de Internet en Espa?a, un peque?o proyecto que en apenas dos a?os se ha hecho muy grande y se ha convertido en la red social l¨ªder.
Tuenti es la segunda palabra m¨¢s emergente del buscador Google
Todo empez¨® en una sucia oficina del paseo de la Castellana
Tuenti es una herramienta de comunicaci¨®n que est¨¢ causando furor entre colegiales y universitarios. Con ella los j¨®venes van agregando amigos con los que comparten mensajes, informaci¨®n y fotograf¨ªas. Adem¨¢s, se apuntan a los llamados eventos: desde la canonizaci¨®n de Iker Casillas, a la que se fueron sumando usuarios en la noche en que Espa?a gan¨® la Eurocopa, hasta propuestas de movilizaciones contra la homologaci¨®n de estudios de Bolonia.
Tan sucio era el apartamento en que naci¨® esta red que un d¨ªa, de la cafetera, empezaron a salir cucarachas. Lo cuenta con una risa de oreja a oreja Zaryn Dentzel, californiano de 25 a?os, el consejero delegado de Tuenti. Aparece con su sudadera surfera, sus vaqueros anchos ca¨ªdos y sus correspondientes gayumbos asomando por encima del cintur¨®n. Y se repantinga sobre un impoluto sof¨¢ azul de la nueva y moderna oficina, que poco tiene que ver con aquel viejo sill¨®n rojo y con aquellas cucarachas. "Lo m¨¢s importante es no hacer lo que hacen otros", dice, "ser muy puro en el pragmatismo". Los grandes nuevos ejecutivos ya no son como los de antes.
Van dos mudanzas en dos a?os y medio. Del Paseo de la Castellana a la calle Barquillo y hace dos meses, de Barquillo a las Cortes. Todo se queda peque?o muy r¨¢pido.
Tuenti es la segunda palabra emergente en Google por detr¨¢s de Fama, la segunda palabra que mayor crecimiento ha experimentado en este buscador en 2008. Seg¨²n la auditora de Internet ComScore, en octubre andaba ya por los 4.654.000 usuarios ¨²nicos al mes, por encima de los 2.727.000 de Facebook. "Que una red local, de Espa?a, est¨¦ rivalizando con Facebook, da una idea de su crecimiento masivo", explica por tel¨¦fono desde Londres Jamie Gavin, analista y portavoz de la auditora. Enrique Dans, experto en sistemas de informaci¨®n, bloguero y profesor del Instituto de Empresa, va a¨²n m¨¢s lejos: "El que no est¨¢ en Tuenti est¨¢ excluido". Se refiere a la generaci¨®n de los que llama nativos digitales. Los que tienen entre 14 y veintitantos a?os. A los de m¨¢s de 30 a?os ya se les denomina inmigrantes digitales, explica Dans.
F¨¦lix Ruiz se encarga del marketing de Tuenti. Este malague?o de 26 a?os, uno de los cinco fundadores, sac¨® buen provecho de su experiencia como relaciones p¨²blicas de discotecas. Ese trabajillo que compatibilizaba con sus clases de Empresariales le dio una clave. Hab¨ªa que crear un sitio exclusivo. Al que la gente deseara entrar. Pero de dif¨ªcil el acceso. Como un club de ¨¦lite. Desde un principio, cuenta, intent¨® incorporar a unas mil personas de "alto poder adquisitivo", con gran mayor¨ªa de chicas y, todo, "gente guapa". La voz empez¨® a correr.
Las redes sociales estaban en fase de desarrollo cuando Zaryn Dentzel aterriz¨® en Madrid en 2006. "Pero vi que hab¨ªa hueco", explica, "faltaba algo muy puro y f¨¢cil que recogiera la informaci¨®n relevante de tus amigos y con un nivel de privacidad alto". A Tuenti s¨®lo se accede si alguien te invita. Uno encuentra de manera f¨¢cil a compa?eros de colegio, universidad o del trabajo. Si alguien cuelga una foto tuya y pone tu nombre, puedes retirarlo para que la imagen circule menos.
El analista Enrique Dans sostiene que la clave del ¨¦xito de esta red radica en que se han especializado en un pa¨ªs y en una franja de edad. A sus 43 a?os, Dans, que tiene una hija de 14 que es usuaria, afirma: "Las redes sociales son un complemento de la vida social de los j¨®venes, no un sustitutivo".
Ya hay 43 personas en plantilla. Los usuarios suben un mill¨®n de fotos al d¨ªa, seg¨²n los datos que facilita la compa?¨ªa. La aventura que naci¨® entre cinco amigos sigue creciendo. Ya lo anunciaba un inefable hit de finales de los ochenta que cantaba un grupo llamado Objetivo Birmania: "Uy, vaya l¨ªo, los amigos de mis amigas son mis amigos".
El chico de la sudadera es consejero delegado
Zaryn Dentzel ten¨ªa una experiencia previa en el campo de las redes sociales. A los 21 a?os ya cre¨® en Estados Unidos Essembly, una red social pol¨ªtica, con un cierto cariz antisistema. "Estaba fascinado por la pol¨ªtica, quer¨ªa dar voz a la gente". La cosa no funcion¨®.
A los 15 a?os lleg¨® a Cabeza del Buey, Badajoz, para pasar un a?o con una familia espa?ola. Poco despu¨¦s conoci¨® en la costa andaluza a F¨¦lix, otro de los cinco fundadores de tuenti.
Californiano, de Santa B¨¢rbara, Dentzel estudi¨® Literatura Espa?ola y Relaciones Internacionales, pero el mundo de las nuevas tecnolog¨ªas siempre le fascin¨®. "La tecnolog¨ªa puede ser muy ¨²til para las personas, pero hay que hacer un esfuerzo por entender a las personas", explica.
Sus padres son artistas. Y de ellos, dice, ha heredado la vocaci¨®n de crear. "Valoro el arte de hacer cosas interesantes en vez de ganar dinero". Su resistencia a abrir Tuenti a los formatos publicitarios m¨¢s invasivos ha sido una de las claves del ¨¦xito del proyecto hasta la fecha. Arrancaron gracias al medio mill¨®n de euros que consiguieron reunir los cinco fundadores recurriendo a familiares y amigos.
Sus antepasados se dedicaban a construir carruseles en Alemania, una vieja tradici¨®n que su padre retom¨® con entusiasmo. Su madre se dedica a la pintura.
Zaryn asegura sin dudas que su autor favorito en lengua espa?ola es Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, pero que ahora ya no lee: vuelve a casa con los ojos rojos de tanto mirar la pantalla.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.