El Likud de Netanyahu se escora a la extrema derecha en Israel

Las encuestas van viento en popa. El pa¨ªs, Israel -uno de los pocos que acogieron con recelo la victoria de Barack Obama en EE UU-, est¨¢ escorado a la derecha. Sus principales rivales se hunden o carecen de liderazgo. Todo parece estar a punto de caramelo para que el partido conservador Likud arrase en las elecciones legislativas del 10 de febrero. Pero a la fuerza que ha gobernado durante 20 de los ¨²ltimos 31 a?os le ha salido un quiste: las primarias del Likud han arrojado unos resultados inesperados para su presidente, Benjamin Netanyahu, en las que varios candidatos se alinean con posiciones que lindan con el fascismo.

Netanyahu reclut¨® a Benny Beguin, hijo del ex primer ministro Men¨¢hem Beguin, y al ex jefe del Estado Mayor Moshe Yaalon. Eran estrellas rutilantes, dos halcones de tomo y lomo. Tambi¨¦n incluy¨® entre sus elegidos a Dan Meridor, m¨¢s conciliador. Jugaba al equilibrio. Pero sucedi¨® lo que menos deseaba. Moshe Feiglin, l¨ªder de los rebeldes extremistas en el Likud, y sus partidarios se erigieron en aut¨¦nticas estrellas de la campa?a y lograron posiciones que les garantizan esca?os en el Parlamento. Un destrozo a la imagen de relativa moderaci¨®n que pretende ofrecer Netanyahu para ara?ar votos a Kadima, su gran adversario en las urnas.

Porque Feiglin es un dirigente al que muchos califican sin tapujos de "fascista". Hace m¨¢s de una d¨¦cada, en entrevistas en los medios hebreos, se declar¨® admirador de Hitler. A su juicio, el l¨ªder nazi era un "genio militar incomparable" que "dot¨® a Alemania de orden p¨²blico y de un r¨¦gimen ejemplar con un sistema judicial apropiado". A?ad¨ªa Feiglin que el sionismo es "racista" y que los palestinos son "inferiores" porque fracasaron a la hora de lograr su Estado a lo largo de la historia. Entre sus partidarios se encuentra Ehud Yatom, un ex agente de las fuerzas de seguridad que aplast¨® con piedras las cabezas de dos terroristas palestinos que hab¨ªan sido detenidos. Se declar¨® orgulloso de ello tras recibir el perd¨®n presidencial.

Incluso para Netanyahu, este sapo es duro de tragar. En una turbia maniobra en el comit¨¦ electoral del partido, el jefe del Likud logr¨® que Feiglin, Yatom y alguno m¨¢s de los fan¨¢ticos fueran relegados en la lista y, previsiblemente, quedar¨¢n fuera del Parlamento. Sin embargo, varios m¨¢s entrar¨¢n en la Kneset. No le ha importado demasiado a Netanyahu la democracia interna. Desea a toda costa enviar a los l¨ªderes occidentales el mensaje de que, a su modo, continuar¨¢ negociando con los palestinos, pese a que s¨®lo propone una "paz econ¨®mica" sin significado pol¨ªtico e inaceptable para la Autoridad Palestina.

La candidata de Kadima, Tzipi Livni, ya cuenta con un argumento que explotar en campa?a: un Likud anclado en el belicismo que entorpecer¨¢ las relaciones con EE UU, con Europa y con los pa¨ªses ¨¢rabes.