El camorrista que fingi¨® ser espa?ol
La Guardia Civil detiene a un sicario que llevaba 17 a?os huido
Todas las cautelas que Paolo Pesce, miembro de la camorra napolitana, de 44 a?os, empleaba en sus desplazamientos por la Costa del Sol, no sirvieron de nada ayer. Un grupo de guardias civiles y de carabineros italianos le fue a esperar a uno de los locutorios de Fuengirola (M¨¢laga) que usaba para comunicarse con su familia y le detuvieron despu¨¦s de que charlara largo y tendido.
Pesce, perteneciente al clan de los Mariano, se top¨® con varios guardias civiles cuando sal¨ªa de la cabina desde la que hab¨ªa llamado a su mujer. Intent¨® hablarles en espa?ol y les ense?¨® un documento de identidad con su foto y una identidad falsa, seg¨²n recog¨ªa ayer el diario italiano La Repubblica. Los polic¨ªas italianos que les acompa?aban le desenmascararon. Sab¨ªan perfectamente que el hombre que ten¨ªan delante llevaba 17 a?os huido de la justicia. Al final, no opuso resistencia.
El detenido, sobre quien pesaba una orden europea de busca y captura, permanecer¨¢ en los calabozos de la Guardia Civil hasta que terminen los tr¨¢mites de su extradici¨®n.
Pesce tiene una condena de cadena perpetua por el homicidio en 1991 de Ciro Napolitano, ch¨®fer del jefe del clan que dominaba en aquella ¨¦poca el barrio de los Espa?oles, en el centro de N¨¢poles. El tiroteo ocurri¨® en las inmediaciones del hospital militar y el objetivo de los sicarios era Vincenzo Romano, mano derecha del jefe del clan, que s¨®lo result¨® herido.
El episodio desencaden¨® una cruenta venganza entre los miembros al clan Mariano y una escisi¨®n del grupo que quer¨ªa gestionar en exclusiva el crimen organizado del casco antiguo de N¨¢poles. La sentencia por estos hechos lleg¨® en mayo de 2008, pero por esta fecha Pesce ya hab¨ªa sido condenado dos veces por asociaci¨®n mafiosa y ten¨ªa pendiente de cumplir 15 a?os y medio de prisi¨®n.
Los investigadores creen que el detenido ha pasado los ¨²ltimos a?os entre Italia y Espa?a y que pasaba temporadas en la Costa del Sol. Dieron con su paradero, gracias a una de sus frecuentes llamadas a su pa¨ªs.
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