Nuevo mapa en ciencia: emergentes y estancados
La foto cient¨ªfica global suma ya a pa¨ªses como China, India o Brasil - Occidente ya no puede afrontar retos como el cambio clim¨¢tico sin talentos de todo el mundo - Y ?frica sigue a la cola
La presidenta del prestigioso Instituto Tecnol¨®gico de Massachusetts (EE UU), Susan Hockfield, no piensa en las mujeres cuando le preguntan si hay que promover una mayor presencia femenina en la ciencia; piensa en su pa¨ªs: " compite cada vez m¨¢s en innovaci¨®n tecnol¨®gica (...). Ante este reto, es imperativo explotar el talento de las dos mitades de la poblaci¨®n, la masculina y la femenina". Muchos basan en ese mismo argumento ego¨ªsta la necesidad de estimular la ciencia en el mundo en desarrollo. Hay m¨¢s probabilidades de resolver los problemas actuales, desde el cambio clim¨¢tico a la crisis energ¨¦tica, si se aprovechan la inteligencia y la creatividad humanas, vengan de donde vengan.
Ya nadie defiende que invertir en conocimientos sea un lujo de ricos
No podemos prescindir de gran parte del genio del planeta
S¨®lo cinco pa¨ªses tienen tecnolog¨ªa para bajar a 5.000 metros en el mar
La soluci¨®n pasa por acuerdos de cooperaci¨®n entre pa¨ªses del Sur
?Cu¨¢l es la situaci¨®n actual al respecto? La botella est¨¢ a medias. En la parte llena los expertos resaltan c¨®mo en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas pa¨ªses como Brasil, India y China, sobre todo, pero tambi¨¦n otros, despegan con mayor o menor fuerza. El mundo ya no es Norte/Sur, sino multipolar, porque hay un Sur emergente. Lo malo es que tambi¨¦n hay un Sur estancado, la botella medio vac¨ªa. Con el agravante de que la distancia entre los extremos sigue aumentando, y cada vez m¨¢s r¨¢pido.
Dos de los sat¨¦lites que est¨¢n ahora mismo dando vueltas en torno a la Luna son Chandrayaan-1, indio, y Chang'e-1, chino. China, India y Corea participan en el proyecto para construir en Francia el reactor de fusi¨®n nuclear ITER. Brasil y por supuesto China tuvieron un papel destacado en la secuenciaci¨®n del genoma humano. Argentina, Bolivia, Brasil, M¨¦xico y Vietnam est¨¢n entre los socios del observatorio de rayos c¨®smicos Pierre Auger, reci¨¦n inaugurado en la pampa argentina. Varias instituciones mexicanas participan en el GTC, el telescopio espa?ol de 10 metros instalado en La Palma (Canarias). Espa?a es uno de los socios del futuro Telescopio Espacial Mundial, un proyecto liderado por Rusia en el que participan tambi¨¦n China y Ucrania.
Es decir, s¨ª que hay pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo que empiezan a entrar aunque sea t¨ªmidamente en la foto de la ciencia internacional. De hecho, las pasadas d¨¦cadas "han estado marcadas por un crecimiento sin precedentes en ciencia y tecnolog¨ªa en una parte importante del Sur", afirma Jacob Palis, presidente de la Academia de Ciencias del Tercer Mundo (TWAS, siglas en ingl¨¦s). "Pero tambi¨¦n han aumentado las desigualdades en este mismo ¨¢rea, y como consecuencia hay pa¨ªses que se est¨¢n quedando atr¨¢s en este desarrollo basado en la ciencia y que est¨¢n siendo m¨¢s marginados que nunca".
La TWAS naci¨® hace 25 a?os de la mano del ya fallecido Nobel de F¨ªsica Abdus Salam, cuya frase "la ciencia es el legado com¨²n de la humanidad" se recuerda a menudo. En este tiempo, la Academia -financiada sobre todo por Italia y ahora administrada por la UNESCO- ha pasado de tener 41 miembros a m¨¢s de 870, de ellos 16 premios Nobel. El 85% de los acad¨¦micos es de pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo.
El crecimiento de la TWAS est¨¢ en l¨ªnea con dos cuestiones que deber¨ªan conducir a una ciencia realmente global. Una es que, para Palis, al contrario que hace unas d¨¦cadas hoy ya nadie defiende que invertir en ciencia sea un lujo de ricos. Y la otra es que "esta vez nos enfrentamos a problemas -el cambio clim¨¢tico, la crisis alimentaria y energ¨¦tica y la p¨¦rdida de biodiversidad, por nombrar los m¨¢s relevantes- m¨¢s urgentes, m¨¢s complejos y por tanto m¨¢s dif¨ªciles de resolver", dice. Por eso lo que ahora es un lujo, pero uno que la ciencia no deber¨ªa permitirse, es prescindir de gran parte de los cerebros del planeta. Palis es matem¨¢tico, ciencia que conoce bien el valor de genios procedentes del lado pobre del mundo. Uno de los ejemplos es Srinivasa Ramanujan, un indio casi sin formaci¨®n que a finales del siglo XIX, realiz¨® destacadas contribuciones a las matem¨¢ticas.
El aniversario de la TWAS ha servido para que publicaciones cient¨ªficas de prestigio dediquen espacio a analizar el grosor actual de las brechas digitales, de conocimiento o tecnol¨®gicas. Mohamed H. A. Hassan, director ejecutivo de la TWAS, es quien ha aplicado en Science los t¨¦rminos "emergente" y "estancado" para los dos tipos de Sur.
En Nature, Hassan expone adem¨¢s algunos datos: el n¨²mero de art¨ªculos en revistas cient¨ªficas de calidad con al menos un autor chino se ha multiplicado por 100 en los ¨²ltimos 15 a?os, situando a China s¨®lo detr¨¢s de EE UU en producci¨®n cient¨ªfica. En el caso de India, convertida en l¨ªder en tecnolog¨ªas de la informaci¨®n gracias en parte a su peso en matem¨¢ticas y f¨ªsica, el aumento ha sido del 45% entre 2000 y 2005. Y en Brasil las publicaciones se han triplicado en los ¨²ltimos 10 a?os, en consonancia con el gran aumento de poblaci¨®n universitaria y doctores. Chile, Malaisia, Vietnam o Corea del Sur tambi¨¦n avanzan.
Pero en el Sur estancado est¨¢ ?frica. La TWAS identifica a 80 pa¨ªses incapaces de desarrollar su sector cient¨ªfico, y la mayor¨ªa est¨¢n en el ?frica subsahariana. Son una excepci¨®n Sur¨¢frica y Ruanda, y en menor medida Kenia, Senegal, Tanzania y Uganda, donde tambi¨¦n hay progresos.
La TWAS no es el ¨²nico organismo que hace examen. Abdul Hamid Zakri, director del Instituto de Estudios Avanzados (IAS, siglas en ingl¨¦s) de la Universidad de Naciones Unidas, con sede en Jap¨®n, ha llamado varias veces la atenci¨®n sobre la necesidad de promover la investigaci¨®n en pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, en especial en ?frica, en temas que realmente les interesen. "Las universidades y la investigaci¨®n que se hace en ellas deben ser relevantes para los Gobiernos, para las necesidades de la comunidad. De lo contrario las universidades no sobrevivir¨¢n", dijo en un discurso en la Unesco en Par¨ªs hace dos a?os.
Sobre otra de las consecuencias de la brecha cient¨ªfica planetaria public¨® el IAS un estudio en mayo: Acceso a los recursos gen¨¦ticos en ?frica. El mundo desarrollado se desplaza a pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo en busca de recursos naturales -sean nuevas mol¨¦culas de inter¨¦s farmacol¨®gico o prote¨ªnas potencialmente ¨²tiles para biocombustible-, pero los pa¨ªses donantes apenas se benefician, o tardan en hacerlo, de los resultados de la investigaci¨®n. El problema tiene que ver con lo que las ONG llaman "biopirater¨ªa", y ahora se plantea adem¨¢s en nuevos ¨¢mbitos, como la exploraci¨®n del oc¨¦ano profundo.
Lo explica el ocean¨®grafo y Premio Nacional de Investigaci¨®n Carlos Duarte: "Hay muchos recursos en el oc¨¦ano profundo, de mucho valor econ¨®mico, y ya hay decenas de patentes derivadas de recursos gen¨¦ticos marinos. El problema es que s¨®lo hay cinco naciones con tecnolog¨ªa para acceder a 5.000 metros de profundidad: Jap¨®n, Canad¨¢, Estados Unidos, Francia y Alemania. Esto plantea graves problemas ¨¦ticos. Estos recursos se obtienen a menudo en aguas de pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo, que no van a acceder a los potenciales beneficios".
La Convenci¨®n de Diversidad Biol¨®gica, que entr¨® en vigor en 1994, ya incluy¨® entre sus objetivos "el reparto justo y equitativo de los beneficios que resulten del uso de recursos gen¨¦ticos". Pero seg¨²n el estudio del IAS esto "se ha demostrado dif¨ªcil de implementar". De los 191 pa¨ªses a los que obliga la Convenci¨®n, s¨®lo 60 han adoptado medidas para el reparto de beneficios.
Y nadie dir¨ªa que el ejemplo siguiente es biopirater¨ªa, pero apoya la visi¨®n de que la ciencia puede ser global para unas cosas s¨ª... y para otras no tanto. El proyecto internacional HapMap para estudiar las variaciones gen¨¦ticas individuales, algo esencial para entender por qu¨¦ los f¨¢rmacos no funcionan igual en todos los pacientes, o para hallar genes que predisponen a las enfermedades m¨¢s habituales, se nutre de muestras de 270 voluntarios. Como es indispensable disponer de poblaciones distintas hay voluntarios yoruba, de Nigeria y tambi¨¦n de la etnia han china -tanto China como Nigeria participan-.
Otro reciente trabajo del IAS destaca una inc¨®moda consecuencia de la falta de tejido cient¨ªfico en el mundo en desarrollo: problemas de bioseguridad. La falta de preparaci¨®n hace que un centenar de estas naciones no hagan un uso correcto de la biotecnolog¨ªa, por ejemplo en aplicaciones agr¨ªcolas, y eso "hace que la comunidad mundial sea vulnerable a amenazas de bioseguridad (...). No hay un sistema efectivo de bioseguridad", denuncia. Una de estas potenciales amenazas es el bioterrorismo, la liberaci¨®n de agentes biol¨®gicos t¨®xicos. A la luz de este resultado Zakri se pregunta si la biotecnolog¨ªa ayudar¨¢ a resolver los problemas del mundo pobre -te¨®ricamente con la biotecnolog¨ªa se podr¨ªan lograr cultivos resistentes a la sequ¨ªa, por ejemplo-.
Diagnosticado el problema, ?hay alguna soluci¨®n? La TWAS destaca uno de sus logros: aprovechar precisamente el despegue cient¨ªfico del Sur emergente y establecer colaboraciones Sur-Sur. Han desarrollado programas de posgrado con India, China, M¨¦xico, Brasil y Pakist¨¢n, pa¨ªses que reciben ahora unos 300 estudiantes del Sur estancado. Son programas para evitar la fuga de cerebros -hay m¨¢s investigadores africanos en EE UU que en ?frica, dice la TWAS- y promover la formaci¨®n en el pa¨ªs de origen.
Destinar m¨¢s fondos a Investigaci¨®n y Desarrollo (I+D) tambi¨¦n cuenta. La TWAS pidi¨® recientemente que los pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo aumentaran su inversi¨®n en I+D hasta alcanzar al menos el 1% de su PIB.
?Qu¨¦ hace mientras el mundo rico? La Uni¨®n Matem¨¢tica Internacional dedica parte importante de sus fondos a cooperaci¨®n. Europa, dentro del S¨¦ptimo Programa Marco de Investigaci¨®n, tiene varias convocatorias de cooperaci¨®n cient¨ªfica internacional, en especial con sus vecinos en la regi¨®n mediterr¨¢nea. El objetivo es promover el intercambio de investigadores y realizar proyectos comunes.
Espa?a tambi¨¦n concede varios tipos de becas a trav¨¦s de los ministerios de Exteriores y de Ciencia e Innovaci¨®n, y de organismos como la Fundaci¨®n Carolina. Sin embargo, en la Subdirecci¨®n General de Proyectos de Investigaci¨®n no hay programas orientados a la cooperaci¨®n, y hay hasta ahora pocos trabajos de esta ¨ªndole. Una de las razones, explican fuentes ministeriales, es que "no hay demanda por parte de la comunidad cient¨ªfica".
'Cerebros robados'
La comunidad cient¨ªfica se enorgullece de guiarse por criterios cient¨ªficos, esto es: si un trabajo es bueno, ser¨¢ reconocido como tal. En astrof¨ªsica, por ejemplo, las propuestas mejor evaluadas son las que obtienen tiempo en los telescopios, independientemente del pa¨ªs de origen, dice Antonio Mampaso, del Instituto de Astrof¨ªsica de Canarias. Ahora bien, cuando un pa¨ªs rico contrata a un cient¨ªfico de un pa¨ªs en desarrollo, ?est¨¢ siguiendo una pol¨ªtica no discriminatoria, o robando un cerebro?, se pregunta este investigador.
Su colega Ignacio Garc¨ªa de la Rosa abunda en lo mismo: El sistema es perverso: al mundo rico no le interesa especialmente que haya ciencia en el Tercer Mundo, la considera demasiado seria como para dejarla en manos ajenas. S¨ª le interesa que haya educaci¨®n cient¨ªfica en los pa¨ªses pobres, para reclutar a los alumnos m¨¢s brillantes cuando ya est¨¦n suficientemente formados. Con eso importa a los mejores del mundo a precios de saldo.
Andr¨¦s Mart¨ªnez, ingeniero de telecomunicaciones y profesor en la Universidad Rey Juan Carlos, en Madrid, resalta otro aspecto: que la investigaci¨®n en los pa¨ªses en desarrollo no se ajuste a las necesidades locales. Los buenos investigadores all¨ª creen que para publicar en revistas buenas deben trabajar en los temas que aqu¨ª son punteros. Pero as¨ª no pueden competir, y en cambio no abordan proyectos ¨²tiles para su comunidad. Mart¨ªnez investiga con grupos de cinco pa¨ªses latinoamericanos, para desarrollar aplicaciones de telecomunicaciones que mejoren la atenci¨®n sanitaria en regiones aisladas.
Abderrazzak Douhal, profesor de qu¨ªmica-f¨ªsica de la Universidad de Castilla-La Mancha, entra en la categor¨ªa de cerebro robado por Espa?a a Marruecos. Tras doctorarse, estuvo en Jap¨®n y en Francia, y colabora con el Nobel egipcio Ahmed Zewail. Douhal ya no piensa en volver a Marruecos, pero busca colaboraciones con su pa¨ªs y traerse estudiantes. Pese a todo, una persona brillante hoy tiene posibilidades, dice. Y echa de menos voluntad pol¨ªtica por los dos lados.
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