Terror en el hipermercado
El a?o 2009 ser¨¢ cr¨ªtico para buena parte del sector minorista
La Navidad no se suspender¨¢ para los comerciantes europeos. Una rebaja a la desesperada de los precios en todo el continente parece haber mantenido vivo cierto esp¨ªritu de consumo festivo. Pero la muerte del sector minorista que no baja los precios y la perspectiva de que desaparezca el gasto de los consumidores despu¨¦s de las rebajas de enero est¨¢n acumulando toda una pila de problemas para el pr¨®ximo a?o. La reestructuraci¨®n operativa y financiera estar¨¢ a la orden del d¨ªa.
La cotizaci¨®n de las acciones de las mayores marcas de minoristas europeas subi¨® el mes pasado, reduciendo las p¨¦rdidas de m¨¢s del 40% sufridas este a?o. Pero probablemente ese optimismo dure poco. Cierto que hay elementos positivos: el sector alimentario se est¨¢ comportando mejor que el no alimentario, y las marcas baratas parecen a punto de aumentar su cuota de mercado. El descuento masivo tambi¨¦n potenci¨® las ventas minoristas el pasado mes en el Reino Unido y probablemente proporcion¨® un est¨ªmulo similar en el resto de Europa. Pero en conjunto la situaci¨®n es mala, y 2009 ser¨¢ cr¨ªtico para muchos.
El mercado minorista estadounidense -que tradicionalmente va dos trimestres por delante del europeo- ofrece un panorama desagradable. Las expectativas de crecimiento y beneficios se erosionan con rapidez porque los minoristas pagan el precio del enorme exceso de capacidad. Hasta la fecha, 30 grupos de hipermercados estadounidenses est¨¢n cerrando por completo o cerrando docenas de tiendas, de acuerdo con The King Report, un grupo de investigaci¨®n. Los vendedores de productos el¨¦ctricos, de mercanc¨ªas para el hogar y de ropa para el mercado de masas son los m¨¢s afectados.
Europa ya est¨¢ notando el apret¨®n. Kesa -que vende productos el¨¦ctricos en el Reino Unido, Francia y Espa?a- es el m¨¢s reciente de los grandes minoristas europeos que incumple las previsiones y reduce su dividendo a la mitad. No ser¨¢ el ¨²ltimo. Arcandor, el grupo alem¨¢n de venta minorista por correspondencia, ha demostrado el peligro que supone rebajar demasiado. La p¨¦rdida anual de 700 millones de euros se debe en parte a recortes que no resolvieron el problema de sus agotados hipermercados.
Los minoristas est¨¢n apretando otras palancas para aliviar sus problemas. Est¨¢n recortando el gasto de explotaci¨®n y apretando tanto a los proveedores que podr¨ªa significar la muerte de algunos de ellos. Eso a su vez est¨¢ acumulando nuevos problemas para el sector, que durar¨¢n hasta bien pasado 2009. Muchos deber¨¢n seguir el ejemplo de Asda. La cadena alimenticia brit¨¢nica, propiedad de Wal-Mart, se esfuerza por establecer planes de contingencia para los proveedores tras el hundimiento de Woolworth y los temores por el futuro de
Premier Foods.
Hay razones para un ligero optimismo. Si el capital riesgo hubiera avanzado m¨¢s en el sector minorista europeo, el endeudamiento ser¨ªa un problema mayor. Los minoristas -en especial los grupos de supermercados- podr¨ªan reaccionar con m¨¢s rapidez que en pasadas recesiones, porque su inventario y sus sistemas de tecnolog¨ªas de la informaci¨®n son mucho m¨¢s impermeables. La venta por Internet podr¨ªa ser un refugio. Y para los relativamente fuertes, el pr¨®ximo a?o podr¨ªan abrirse oportunidades de fusi¨®n y adquisici¨®n.
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