Mafias
Coinciden estos d¨ªas en la cartelera dos pel¨ªculas sobre la mafia. Una trata de la mafia de calzoncillos sucios, compuesta por toda esa morralla humana que se mueve por los barrios devastados de N¨¢poles busc¨¢ndose la vida entre rev¨®lveres con hedor a herrumbre, prontos a soltar plomo contra cualquier peque?a banda rival que les dispute la parte de la longaniza que les corresponde. Se llama Gomorra. La otra se refiere a la mafia de la alta pol¨ªtica italiana establecida entre tafetanes y reclinatorios alrededor del viejo l¨ªder de una Democracia Cristiana entreverada de banqueros, cardenales y refinados asesinos. Se llama Il Divo, sobrenombre con que se conoc¨ªa a Giulio Andreotti. Aunque no es lo mismo una pobre rata de la Camorra cebada de coca¨ªna hasta el rabo, cosida a balazos al pie de un basurero de extrarradio que un banquero divinamente ahorcado en un puente de Londres, ambas pel¨ªculas son complementarias. La diferencia s¨®lo est¨¢ en la caspa. Un elegante cardenal adorna con su p¨²rpura la mesa de un magnate donde cualquier crimen se desencadena mediante un gui?o. Un r¨²stico con chaleco y la gorra ladeada metido en un gallinero da ¨®rdenes a la organizaci¨®n de la Cosa Nostra con vers¨ªculos del Eclesiast¨¦s. Cada mafia tiene su estilo y su m¨²sica. Al contrario de lo que sucede en cualquier episodio de la mafia siciliana en que nunca deja de sonar un aria de Verdi que hace llorar a los matarifes, en la pel¨ªcula de la Camorra no se oye ni una simple tarantela. Aqu¨ª no hay glamour sino barrigas sudadas. Su ¨²nica m¨²sica la producen las pistolas ro?osas y los escapes de las motos cabalgadas por los sicarios. En cambio, la m¨²sica de la Democracia Cristiana la constituyen los pasos blandos sobre las alfombras, las puertas de madera noble de los despachos, las frases c¨ªnicas que se ahogan en los terciopelos, el silencio mortal que sigue al crimen de Estado, el sonido que produce en la mejilla de Andreotti el beso del padrino Tot¨® Ri¨ªna. A esta gente tan fina le basta media jaculatoria precedida por un disparo para convertirte en un excelente cad¨¢ver. Lo dijo Michael Corleone: "He tratado de regenerar mis negocios, pero cuanto m¨¢s alto he subido en la escala social m¨¢s mierda he encontrado".
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