"La crisis evidencia el racismo latente"
La vivienda es una de las mayores preocupaciones de la poblaci¨®n. Para un inmigrante, adem¨¢s de una necesidad b¨¢sica, es la puerta para acceder a otras prestaciones sociales, lograr papeles y reagrupar a su familia. Sin embargo, los extranjeros chocan con infinidad de dificultades a?adidas para disponer de un techo. La investigadora Irene Molina particip¨® recientemente en unas jornadas de SOS Racismo sobre vivienda e inmigraci¨®n, donde comprob¨® que los problemas que estudia en Suecia empiezan a notarse en Euskadi.
Pregunta. ?C¨®mo se forman los guetos?
Respuesta. Los estudios refutan el prejuicio de que los inmigrantes prefieren vivir juntos para evitar el desarraigo. De hecho, su ideal es un barrio de mayor¨ªa aut¨®ctona, porque lo asocian con mayor bienestar. En Suecia, el acceso a la vivienda est¨¢ garantizado, pero de una manera tremendamente diferenciada y restringida, porque el reparto de pisos p¨²blicos ha favorecido una marcada segregaci¨®n. Los pisos de alquiler social est¨¢n separados de las viviendas de propiedad privada y cooperativa. Por ello, los inmigrantes no europeos, especialmente los magreb¨ªes, se concentran en barrios perif¨¦ricos. Eso implica menor acceso a los recursos de la ciudad y segregaci¨®n escolar, entre otros problemas.
P. ?Qui¨¦n discrimina?
R. Por un lado, de manera impl¨ªcita, las pol¨ªticas de vivienda mencionadas. Quienes administran las viviendas usan argumentos economicistas como que la alta presencia de inmigrantes las deval¨²a. Por otro, aunque el racismo social est¨¦ poco estudiado, hemos comprobado que los inmigrantes son m¨¢s agredidos por sus vecinos en los barrios con poca representaci¨®n de extranjeros. Esto lleva a hacer la carrera contraria: quien se ha instalado en un barrio aut¨®ctono tras superar infinidad de barreras decide volver al de inmigrantes, donde se siente m¨¢s seguro.
P. ?C¨®mo se puede combatir la segregaci¨®n?
R. Hay que abrir los barrios que est¨¢n cerrados a los inmigrantes. Se puede lograr con diferentes pol¨ªticas p¨²blicas, como establecer cuotas de inmigrantes en los barrios o facilitar a estos la obtenci¨®n de cr¨¦ditos para compra. Y hay que formar a la poblaci¨®n inmigrante para que defienda sus derechos y conozca las organizaciones a las que puede acudir. Tambi¨¦n urge sensibilizar a la poblaci¨®n aut¨®ctona para que entienda que esto no es un problema s¨®lo del inmigrante o de determinados barrios, sino del conjunto de la sociedad. Al segregar se va cargando una bomba social que en alg¨²n momento explota. La exclusi¨®n se traduce en enorme frustraci¨®n juvenil, que provoca respuestas violencias, como ocurri¨® en la periferia de Par¨ªs.
P. Las pol¨ªticas de acci¨®n positiva despiertan recelos.
R. S¨¦ que es dif¨ªcil, pero hay que concienciar de que para que haya igualdad hay que compensar a un colectivo frente a otro que ha sido sistem¨¢ticamente privilegiado. Es el mismo principio que se aplica en materia de igualdad entre mujeres y hombres. Existe una pol¨ªtica de cuotas impl¨ªcita que discrimina, porque la vivienda de calidad se la queda la poblaci¨®n aut¨®ctona. No se trata m¨¢s que de hacer justicia.
P. Se acusa a los inmigrantes de acaparar recursos p¨²blicos, como las viviendas sociales, m¨¢s en tiempos de crisis.
R. No hay ning¨²n pa¨ªs en el que se haya demostrado que los inmigrantes reciban m¨¢s recursos. No es cierto que la crisis aumente el racismo, sino que evidencia el que ya exist¨ªa.
Irene Molina
Irene Molina (Santiago de Chile, 1957) es doctora de Geograf¨ªa Humana y profesora en programas de posgrado de la Universidad de Uppsala (Suecia). Dirige su Instituto de Estudios de Vivienda y es impulsora de la Academia Antirracista, asociaci¨®n formada por investigadores que analizan la discriminaci¨®n a la que a¨²n se enfrentan los inmigrantes en un pa¨ªs de referencia en materia de asilo pol¨ªtico y programas sociales.
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