Los reyes de la corrompida Roma
Era alarmante y triste la larga sequ¨ªa del cine italiano. Ten¨ªas noticias vagas de ¨¦l si viajabas a los festivales, pero tampoco all¨ª reten¨ªas pel¨ªculas que durasen un poquito en la memoria. Consecuentemente, esos t¨ªtulos eran dif¨ªcilmente exportables. Y tampoco el p¨²blico nativo manten¨ªa no ya la pasi¨®n, sino ni siquiera la m¨ªnima fidelidad hacia una cinematograf¨ªa de admirable pasado y presente inexistente. El ¨²nico creador que despertaba mayoritario inter¨¦s desde sus inicios dentro y fuera de Italia era ese director tan personal como atractivo llamado Nanni Moretti.
Aunque la a?oranza por g¨¦neros y personajes como la impagable comedia italiana de los cincuenta y sesenta, varias perlas neorrealistas, un cl¨¢sico con causa llamado Roberto Rossellini, o gente con un innegable y poderoso universo como Fellini, Visconti, Antonioni, Pasolini y Bertolucci (con ¨¦stos se admiten gustos, te pueden fascinar completamente, a medias o nada, gustarte mucho algunas de sus obras y detestar otras) sea eterna, existe algo muy esperanzador en el cine italiano actual y es que pel¨ªculas como Caos calmo, Gomorra, Il Divo o Romanzo criminale puedan entretener, conmover o intrigar a la cinefilia de cualquier parte.
ROMANZO CRIMINALE
Direcci¨®n: Michele Placido.
Int¨¦rpretes: Kim Rossi Stuart, Anna Mouglalis, Pier Francesco Favino, Claudio Santamaria, Stefano Accorsi.
G¨¦nero: thriller. Italia, 2005.
Duraci¨®n: 152 minutos.
A excepci¨®n de Caos calmo, radiograf¨ªa de un viudo tan desconcertado como roto, las otras tres se centran en la perversa historia reciente o actual de Italia. Gomorra habla con datos terror¨ªficos del corrupto N¨¢poles de aqu¨ª, de ahora y de antes. Il Divo pretende indagar en la maquiav¨¦lica personalidad de Giulio Andreotti, en los pactos, maquinaciones, suposiciones, evidencias y tinieblas de un hombre con adicci¨®n y proteica voluntad para perpetuarse en el poder, a costa de lo que sea.
Romanzo criminale, dirigida por Michele Placido, un careto reconocible para el gran p¨²blico por su no muy prestigiosa faceta de actor, describe el proceso inici¨¢tico del crimen, del proceso en el que unos cr¨ªos del lumpen romano evolucionan en el crimen organizado hasta la formaci¨®n de un imperio, actuando como depredadores con la competencia que representan los mafiosos instalados, haci¨¦ndole el trabajo sucio a las alcantarillas del Estado, colaborando en las tenebrosas tramas del turbio y nunca transparentemente aclarado asesinato de Aldo Moro (se lo cargaron las Brigadas Rojas, de acuerdo, pero pudo haber complicidades con los que tendr¨ªan que haberlo evitado), actuando directa o indirectamente en la matanza fascista de la estaci¨®n de Bolonia.
Michele Placido cuenta con fluidez, suspense y complejidad la historia de tres parias que quisieron ser reyes, Liban¨¦s, Freddo y Dandy, que lo consiguieron provisionalmente, que rompieron sus c¨®digos de honor y de amistad en nombre de la supervivencia o del ansiado trono. Su esplendor, su crisis y su derrumbe est¨¢n muy bien descritos. La trama no es nueva, hay situaciones y personajes que suenan a la mejor tradici¨®n de g¨¢nsteres en el cine estadounidense, pero el esp¨ªritu, el comportamiento, la ambientaci¨®n, la gestualidad de esos soldados, centuriones y emperadores son aut¨®nomos, poseen estilo, suenan a verdad. No es una pel¨ªcula apasionante, pero s¨ª muy digna, visible y audible.
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