El paso del Transiberiano
"Esto m¨¢s que la salida del tranv¨ªa parece la del Transiberiano", bromeaba en la ma?ana de ayer un fot¨®grafo de prensa momentos antes de comenzar el acto inaugural en unas g¨¦lidas cocheras, frente un paisaje de estepa marcado por una helada considerable y bajo la niebla que cubr¨ªa Vitoria. As¨ª y todo, a pesar de que el tiempo no acompa?aba en nada, cientos de personas esperaban desde una hora antes en algunas de las paradas del centro para poder disfrutar de los primeros viajes.
Entre esos ciudadanos estaban Nuria y Ainara, dos j¨®venes estudiantes de ESO del colegio Sagrado Coraz¨®n-Carmelitas, sito en la c¨¦ntrica calle de Fueros, que aguardaban el paso del tren ligero en su primer d¨ªa de vacaciones. "Somos de las afortunadas, porque vivimos en Lakua, as¨ª que podremos venir a clase en tranv¨ªa... si nos dejan nuestros padres", comentaban. Quien no tendr¨¢ problemas de permisos paternos es Ignacio Ruiz de Arcaute, un jubilado que reside cerca de la plaza de Lovaina y que hab¨ªa llegado paseando hasta la estaci¨®n final de Angulema para coger el tranv¨ªa y volver a su casa. "En mi vida diaria, no me har¨¢ falta, pero quiz¨¢s lo tome alg¨²n d¨ªa para darme una vuelta por Lakua", apuntaba.
"Vivimos en Lakua, as¨ª que iremos a clase en tranv¨ªa", dec¨ªan dos j¨®venes
Esta idea, la de la establecer lazos entre la Vitoria de toda la vida y los barrios del norte, la expon¨ªan tambi¨¦n el director del Festival de Jazz, I?aki A?ua, y el actor Txema Blasco, quienes han visto crecer su ciudad natal de forma exponencial. "El tranv¨ªa servir¨¢ para que nos demos cuenta de que Vitoria es algo m¨¢s que la calle Dato", apuntaba Blasco.
El primer viaje no sufri¨® ning¨²n percance, salv¨® alguna peque?a retenci¨®n debido a una furgoneta que hab¨ªa aparcado en una zona en carga y descarga. Desde ese momento el tren ligero discurri¨® con normalidad entre la expectaci¨®n ciudadana. Mari y Esperanza, dos amas de casa del barrio de El Pilar, aprovecharon el estreno del tranv¨ªa para acercarse hasta la plaza de Abastos a realizar las ¨²ltimas compras navide?as. Ambas no cesaban en alabar la rapidez con la que llegaban al centro. "Nada que ver con el urbano. Esto es otra cosa, en poco m¨¢s de diez minutos estamos en el mercado", explicaban.
Por supuesto, no era tal el parecer de Antonio Garc¨ªa, un taxista que contemplaba boquiabierto el atasco que se viv¨ªa en la confluencia de las calles La Paz y Florida, junto a la plaza de Santa Barbara, cerca de la carpa en que se exponen los pormenores del proyecto. "Ya nos podemos ir poniendo las pilas, porque este trasto que ha llegado a Vitoria, con sus calles estrechas, nos va a complicar el trabajo". Lo cierto es que, como explicaba gr¨¢ficamente el arquitecto Juan Ignacio Lasagabaster, gerente de la Fundaci¨®n Catedral Santa Mar¨ªa, el tranv¨ªa supone una herida en el urbanismo de cualquier ciudad y en Vitoria costar¨¢ meses que cicatrice, "pero la renovaci¨®n de la forma en que viajemos por Vitoria y entendamos la ciudad, con el consiguiente beneficio para el casco hist¨®rico, ser¨¢ notable".
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