"Yo ya puedo considerarme amortizado"
Hubo un tiempo en que la Navidad se sab¨ªa inminente en Madrid cuando Javier Krahe se encerraba dos semanas consecutivas a cantar en el Caf¨¦ Central. Luego llegar¨ªa ?lvarez del Manzano, presa de los celos, para robarle el protagonismo a golpe de zambomba y villancico en la plaza Mayor. Pero pasan los alcaldes y el socarr¨®n de la alargada figura permanece fiel a sus costumbres. Cosa rara en un ¨¢crata confeso como ¨¦l, un descre¨ªdo que no par¨® hasta convencer a su mujer, la canadiense Annick, de que decorar la casa con guirnaldas y arbolitos de PVC era una manifiesta cursiler¨ªa. A¨²n hoy refunfu?a por las tiras de lucecitas que enmara?an la cristalera del Antorcha, su caf¨¦-refugio en la calle del Pez. Por eso y por los grafitos callejeros ("ese asqueroso subproducto neoyorquino") que afean la estampa callejera desde su observatorio.
"Casi nadie discute nada. Salvo los 'raperos', y para atacar al de al lado"
"No tengo fe ni en las nuevas generaciones, ni en la m¨ªa"
Pese a todo, el autor de La hoguera, Un burdo rumor, o Nos ocupamos del mar, de 64 a?os, disimula mal estos d¨ªas su condici¨®n de hombre feliz. El pasado d¨ªa 7 le hicieron abuelo por vez primera y la peque?a Elsa ("ya era guapa nada m¨¢s nacer") le tiene absorbido el coco. En su honor, y porque rara vez concede entrevistas, manda al cuerno las indicaciones m¨¦dicas y encender¨¢ tres de sus inseparables puritos mientras conversa.
Pregunta. ?Le lleva la Ley Antitabaco por la calle de la amargura?
Respuesta. Ah, qu¨¦ va, la cumplo y punto, no vaya a ser que me tomen por un rebelde. Prefiero ser rebelde, como poco, por las canciones.
P. A un librepensador le deben fastidiar las prohibiciones gubernativas, ?verdad?
R. Todo lo proveniente del puritanismo estadounidense s¨®lo sirve para hacernos inc¨®moda la vida, pero ellos sabr¨¢n. Yo ya puedo considerarme amortizado. No pienso reproducirme m¨¢s.
P. Canta de vez en cuando y escribe despacito. ?La suya es una vida c¨®moda?
R. Comod¨ªsima. Del sof¨¢ a la cama y de la cama al sof¨¢. Y con siesta. Sagrada. Pero conste que trasnocho en casa, sin golfer¨ªas. S¨®lo por leer y pensar en las musara?as, que est¨¢n al borde mismo de la extinci¨®n.
P. ?Lo suyo es vagancia o epicure¨ªsmo?
R. No me gustan las obligaciones, sencillamente. Mi mujer lo sabe bien y se lo explica a las visitas: "Javier tiene que ir ma?ana a echarle gasolina al coche. Con un encargo a la semana ya le es suficiente".
P. ?C¨®mo un hombre ¨¢crata y bohemio ha alcanzado los 41 a?os de convivencia con la misma persona?
R. La acracia debe conducir a unas mejores relaciones humanas. Cambiar de pareja implica reconocer un fracaso, asumir que hiciste una mala elecci¨®n. Y si cambias, ?qui¨¦n te asegura que vayas a acertar a la segunda? Tambi¨¦n llevo 27 a?os con los mismos m¨²sicos. Soy hombre de una enorme constancia.
P. Escuchando algunas canciones, cualquiera dir¨ªa que sus relaciones con el sexo opuesto son mucho m¨¢s tormentosas...
R. Ah, pero de eso no vamos a hablar. ?De mi vida privada s¨®lo hablo en mis canciones!
P. ?Por sus canciones les conocer¨¦is?
R. As¨ª es. Encima tengo la suerte de que a m¨ª me suelen venir por sorpresa. Cuando sucede, me absorben y les doy muchas vueltas en la cabeza. Pero todo ese proceso no me ocupa m¨¢s de dos meses al a?o. El resto del tiempo, ni escribo, ni toco, ni nada.
P. ?Qu¨¦ interesa m¨¢s de sus conciertos, las canciones o los parlamentos?
R. A mi modo de ver, las canciones, pero a muchos les gustan m¨¢s los soliloquios. Me l¨ªo a hablar... y algunos resultan eficaces.
P. ?Sobrevuela en nuestros d¨ªas el fantasma de la censura?
R. No lo creo, porque es muy poco necesaria: casi nadie discute sobre nada. Salvo los raperos, y s¨®lo para meterse con el rapero de al lado. Qu¨¦ aburrimiento. Hoy s¨®lo protestan los raperos y esos chavales que van y se solidarizan con los griegos. Pues s¨ª que ten¨¦is ganas, chicos...
P. No le veo muy esperanzado con las nuevas generaciones.
R. No tengo fe ni en las nuevas, ni en la m¨ªa, ni en las anteriores. S¨®lo podemos mejorar en las peque?as cosas cercanas: no enzarzarte con el que tienes al lado s¨®lo porque te pilla cerca y le crees m¨¢s d¨¦bil.
P. ?El pesimismo es una enfermedad cr¨®nica que se agrava con el tiempo?
R. En mi vida no soy pesimista: estoy convencido de que todo me saldr¨¢ bien. En lo social las cosas van de mal en peor. Y no existen grandes revulsivos para evitarlo. Los que se han ensayado conducen a desastres mayores.
P. ?No advierte ninguna mejor¨ªa desde sus a?os mozos?
R. Bueno, s¨ª: el descubrimiento de la p¨ªldora. Eso mejor¨® much¨ªsimo la vida en un aspecto que nos interesa... vivamente. Me hace gracia o¨ªr a la bobalicona de la Espe diciendo que debemos enterrar el mayo del 68 cuando aquello fue, ante todo, una revoluci¨®n er¨®tica de la que ella tambi¨¦n se beneficiar¨ªa.
P. Con la perspectiva de sus 64 a?os, ?se le han quedado muchas cosas en el tintero de la vida?
R. S¨ª, podr¨ªa haber escrito un centenar m¨¢s de canciones. Con todo, llevo una docena de discos. Una canci¨®n no tiene la menor importancia. Ni un cuadro. Ni nada. Pero hacerle la vida agradable al pr¨®jimo tres o cuatro minutos puede merecer la pena.
Javier Krahe. Hasta el domingo 28, a las 22.00, en el Caf¨¦ Central (plaza del ?ngel, 10). Suplemento: 14 euros.
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