La imagen depurada
Finalmente llega al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sof¨ªa -procedente del Fotomuseum Winterthur, pero ampliada y reformulada para la ocasi¨®n- una necesaria exposici¨®n retrospectiva dedicada a analizar la obra fotogr¨¢fica de Zoe Leonard (Nueva York, 1961). Una cita obligada con una artista ineludible que sin duda ha tardado demasiado tiempo en hacerse realidad pero que a la vista del resultado satisface plenamente las expectativas acumuladas: cerca de un centenar de obras bien estructuradas y un cat¨¢logo exhaustivo que recopila la pr¨¢ctica totalidad de sus trabajos fotogr¨¢ficos. Para la exposici¨®n en Madrid se ha incorporado a la selecci¨®n previa de trabajos Analogue, una importante obra desarrollada por Leonard entre 1998 y 2007, formada por unas 400 fotograf¨ªas y que form¨® parte del programa de la pasada Documenta. Una instalaci¨®n que en cierto modo, tanto por su amplitud como por su intensidad, pasa a convertirse en el aut¨¦ntico centro de esta retrospectiva.
La caracter¨ªstica m¨¢s significativa de su obra es el equilibrio que consigue entre lo visual y lo informacional
La trayectoria de Zoe Leonard es particularmente interesante dentro del medio fotogr¨¢fico al desarrollar posiciones y estrategias creativas que se mueven, casi simult¨¢neamente, en diversos territorios: desde la fotograf¨ªa conceptual al realismo instrumentalizado, pasando por el activismo de g¨¦nero. Probablemente la caracter¨ªstica m¨¢s significativa de su obra sea precisamente el equilibrio que consigue entre lo visual y lo informacional, entre la parte est¨¦tica y formal de su trabajo y las cuestiones sociales e ideol¨®gicas que es capaz de vehicular. Aspectos como la belleza o la emoci¨®n, tan complejos de abordar en el medio fotogr¨¢fico, siguen presentes en su pr¨¢ctica al lado de una decidida reflexi¨®n sobre el car¨¢cter instrumental e informativo de las im¨¢genes. No es ajena a esta singular posici¨®n la l¨ªnea de filiaci¨®n que une su trabajo con el de Atget o Walker Evans y que ella misma reivindica en sus declaraciones y escritos. La imagen desmaquillada a la que hac¨ªa referencia Walter Benjamin al hablar de las fotograf¨ªas de Atget como una imagen sin adornos, o el proceso de depuraci¨®n al que someti¨® su trabajo Walker Evans, est¨¢n muy presentes en la obra de Zoe Leonard. Como en Atget, sus registros fotogr¨¢ficos se convierten en piezas de convicci¨®n en el proceso hist¨®rico, cualidad especialmente visible en su ambiciosa serie Analogue. Una cualidad que tiene mucho que ver con dos de las cuestiones que, seg¨²n afirma en diversas entrevistas, rigen su trabajo: la observaci¨®n y la obsolescencia. Para ella: "La fotograf¨ªa es intr¨ªnseca a la observaci¨®n. Es estar en el presente y tener una inequ¨ªvoca perspectiva sobre ¨¦l, sobre el mundo que me rodea". Y la perspectiva sobre el mundo es algo que en su caso est¨¢ estrechamente asociado a la elecci¨®n: elegir qu¨¦ mirar y c¨®mo mirarlo. Una elecci¨®n para que el espectador se abra camino hacia la imagen. En cuanto a la obsolescencia y el sentido con el que impregna su trabajo, su postura es igual de expl¨ªcita: "Me da la impresi¨®n de que la obsolescencia tiene menos que ver con el tiempo que con el contexto, con lo que tiene sentido en una determinada circunstancia. Nuestra forma de hacer las cosas, o de fabricarlas, refleja el rumbo general que est¨¢ tomando nuestra sociedad". Esa deriva, que ahora lleva de lo local a lo global, est¨¢ ejemplarmente ilustrada en Analogue, una observaci¨®n que partiendo de Nueva York y la destrucci¨®n-transformaci¨®n del tejido urbano se extiende hacia la reflexi¨®n sobre la circulaci¨®n de bienes, las econom¨ªas dependientes y la interdependencia de los mercados.
Hasta llegar a esta obra, cronol¨®gicamente la ¨²ltima de las reunidas en esta retrospectiva, la exposici¨®n recorre dos d¨¦cadas de trayectoria. Im¨¢genes con perspectiva a¨¦rea de cielos y ciudades, de caminos y v¨ªas de ferrocarril; de modelos anat¨®micos femeninos registrados en diversos museos y de modelos de carne y hueso en desfiles de moda; de animales disecados y maniqu¨ªes; de ventanas y puertas de edificios tapiadas y obsoletas; de ¨¢rboles que desbordan una planificada contenci¨®n urbana a su crecimiento; o de una vida ficticia, la de Fae Richards, actriz y cantante negra que resiste y escapa a los estereotipos de su ¨¦poca. Obras en las que procede a instituir o abolir miradas, en la mayor¨ªa de los casos mediante una reutilizaci¨®n y apropiaci¨®n de los usos instrumentales de la fotograf¨ªa: la fotograf¨ªa a¨¦rea o de reconocimiento, la fotograf¨ªa cient¨ªfica y m¨¦dica, la fotograf¨ªa de moda, o el propio ¨¢lbum familiar. Ya se trate de abolir la mirada masculina sobre la mujer para sustituirla por la suya propia, de rastrear la naturaleza de la representaci¨®n espacial a trav¨¦s del contraste entre fotos a¨¦reas, mapas y maquetas o de testimoniar realidades en el trance y proceso de convertirse en historia, Zoe Leonard hace uso tanto del registro, el archivo, la acumulaci¨®n y la clasificaci¨®n como de las condiciones m¨¢s funcionales de lo fotogr¨¢fico, para se?alarnos toda una serie de indicios sobre nuestra condici¨®n.
Coincidiendo con esta amplia exposici¨®n, la galer¨ªa Pepe Cobo presenta un peque?o grupo de obras de la artista, algunas de las cuales est¨¢n presentes en ambas muestras. No es demasiado lo que a?ade esta segunda propuesta, salvo la oportunidad de contemplar con mayor extensi¨®n la serie de im¨¢genes a¨¦reas que sobre la ciudad de Par¨ªs realiz¨® la artista en 1989/1990, cuerpo de trabajo que centra casi en exclusiva lo que se ofrece en este espacio. -
Zoe Leonard: Fotograf¨ªas. Museo Nacional Centro de Arte Reina Sof¨ªa. Santa Isabel, 52. Madrid. Hasta el 16 de febrero de 2009. Zoe Leonard. Early photographs. Galer¨ªa Pepe Cobo. Fortuny, 39. Madrid. Hasta el 16 de enero.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.