Qu¨¦ decir de uno mismo
Por qu¨¦ puede interesar una obra decididamente autobiogr¨¢fica? La pregunta surge al comp¨¢s de la retrospectiva de Tracey Emin (Londres, 1963) que llega a M¨¢laga desde la National Gallery of Scotland. Hubo obras de Emin en la primera Bienal de Sevilla, pero el cinismo de Lo tengo todo (dinero y sexo) quedaba aislado de El amor es algo extra?o. Ahora se ofrece en conjunto su trabajo, aunque tramado en la urdimbre de su autobiograf¨ªa: recuerdos del parque de atracciones de Margate (localidad costera donde pas¨® su primera juventud) o de las eventuales visitas del padre (Envar Emin, un empresario de fortuna que manten¨ªa otra familia en Londres), la memoria de su t¨ªo Colin (muerto en un accidente de tr¨¢fico), la s¨®rdida violaci¨®n que sufri¨® siendo adolescente, la desenfadada pr¨¢ctica del sexo que sigui¨® a tal suceso, el rechazo de la gente de Margate, el dolor por embarazos no culminados. Estos avatares se convierten en obra de arte gracias en primer lugar a la narraci¨®n. Emin escribe en un ingl¨¦s duro, poco elegante pero directo. La hoja de papel otorga adecuado contexto a objetos, fotos o recortes que completan la obra. De hecho, su mejor aportaci¨®n a la colaboraci¨®n con Sarah Lucas en The Shop (1992), mezcla de tienda y galer¨ªa, fueron las cartas que sobre tales particulares escrib¨ªa a los clientes. Gracias a ellas entra en White Cube, la galer¨ªa de Jay Jopling que desconoc¨ªa la formaci¨®n art¨ªstica de Emin. No debe extra?ar: ella, dos a?os antes, hab¨ªa destruido todos sus trabajos conservando de ellos s¨®lo una foto polaroid. Una segunda raz¨®n son sus dibujos. Los trazos firmes y escuetos sobre el papel o en el monotipo poseen tanta fuerza como sus textos. Condensan en pocos rasgos algunos de aquellos sucesos con la eficacia de una expresi¨®n desnuda de ret¨®rica.
Un tercer componente de su obra es la referencia al cuerpo. No es precisa su presencia (dolorosa en el espl¨¦ndido v¨ªdeo Homenaje a Edvard Munch y a todos mis ni?os muertos), basta la alusi¨®n, como en las instalaciones Sinti¨¦ndome embarazada III y Exorcismo de la ¨²ltima pintura que hice, ambas m¨¢s convincentes que la c¨¦lebre Mi cama, con la que no lleg¨® a alcanzar el Premio Turner en 1999. La referencia al cuerpo deshace las coartadas del intelectualismo y coopera, con los textos y los trazos, a la transparencia, que es la mejor virtud de Tracey Emin.
El lenguaje directo de la artista contrasta con los m¨¢s elaborados de tres autores brit¨¢nicos que en Almer¨ªa expone el Centro Andaluz de la Fotograf¨ªa. Algo m¨¢s j¨®venes que Emin, formados tambi¨¦n en el Royal College of Arts de Londres. Ori Gersht (Tel Aviv, 1967) une al disparo de la c¨¢mara el de un arma de fuego que destroza cuidados bodegones que en ocasiones emulan los de S¨¢nchez Cot¨¢n. Boo Ritson (Surrey, 1969) cubre a sus modelos de pintura antes de fotografiarlos. El resultado es una parad¨®jica fusi¨®n de frescura y estereotipia: figuras que recuerdan a las de otra mujer, la artista pop Marisol. Idris Khan (Birmingham, 1978), el m¨¢s joven y tambi¨¦n el m¨¢s interesante, superpone im¨¢genes creando una sola a partir de alguna serie de Bernd y Hilla Becher o de las partituras de los Preludios de Rachmaninov. Piezas consistentes en las que imagen y rigor conceptual corren parejos y que funcionan bien entre las columnas de la enigm¨¢tica arquitectura del edificio remodelado que aloja al Centro Andaluz de la Fotograf¨ªa.
De nuevo en M¨¢laga, el Centro de Arte Contempor¨¢neo ofrece la oportunidad de reflexionar sobre la pintura. Miquel Barcel¨® (Felanitx, 1957) ocupa las primeras salas. Otra m¨¢s reducida acoge obras de Curro Gonz¨¢lez (Sevilla, 1960), que se completan con las expuestas en Sevilla, galer¨ªa Rafael Ortiz, en estas mismas fechas.
La muestra de Barcel¨® (procedente del Irish Museum of Modern Art) compendia sus trabajos en ?frica. Conviven, pues, piezas recientes con otras fechadas a finales de los ochenta (algunas se vieron en Sevilla en la exposici¨®n organizada por Carmen Jim¨¦nez a fines de 1991). Aunque el cat¨¢logo tiende entre estas obras un hilo biogr¨¢fico, no resulta convincente. Los primeros lienzos, Taula paradiso o Issa Beri, o los trabajos sobre papel de aquellos a?os mantienen su vigor (y despiertan sin querer el recuerdo de otro pintor, Luis Claramunt, fallecido prematuramente el a?o 2000 y al que Barcel¨® retrat¨® en m¨¢s de una ocasi¨®n). Las obras que les siguen apenas a?aden algo nuevo, m¨¢s bien se quedan en un cuidado ejercicio estil¨ªstico. Los trabajos recientes sobre papel rozan la ilustraci¨®n: resultan demasiado anecd¨®ticos al lado de Los pescadores del r¨ªo o Las piraguas, fechados en 1988.
La pintura exige reflexi¨®n. El mero cultivo de la forma es f¨¢cil que se quede s¨®lo en el efecto. El esfuerzo reflexivo s¨ª est¨¢ presente en los trabajos de Curro Gonz¨¢lez expuestos en M¨¢laga y Sevilla. Tienen como trasfondo a Courbet. Un gran cuadro (325 ¡Á 800 cent¨ªmetros) trae a nuestros d¨ªas El estudio del pintor. No es un s¨®tano, sino la habitaci¨®n de un piso a punto de inundarse por una ducha descuidadamente abierta, trasunto de la cascada que pinta Courbet en su cuadro. A primera vista s¨®lo contiene algunos lienzos, y las variadas im¨¢genes de otras obras de Gonz¨¢lez que reposan en un gran anaquel, pero el estudio est¨¢ animado por una docena de personajes (Brueghel, Hogarth, Matisse, Michaux, Bacon y Kippenberger, Bruno, William Carlos Williams, Joyce, Kafka, Auden y Dylan) que en otros ¨®leos, m¨¢s peque?os, aparecen como ara?as que, en diversos rincones, hilan y tejen, esto es, hacen pensar. La muestra se completa con La presa, una evocaci¨®n de Las fuentes del Loue de Courbet: sobre el potencial del agua embalsada, de nuevo los insidiosos personajes que animan el trabajo de Gonz¨¢lez. Su pintura, no especialmente virtuosa, da que pensar. Advierte al espectador que el simple mirar no es ver y que puede actuar como las figuras de uno de sus cuadros expuestos en Sevilla, Ciegos ante una cascada.
La transparencia de Emin dista de la elaboraci¨®n conceptual de Gonz¨¢lez (o de Idris Khan), pero los tres coinciden en ajustar qu¨¦ decir y c¨®mo decirlo. Algo de lo que ya se ocup¨® Duchamp hace ahora casi un siglo.
Tracey Emin. Veinte a?os. Centro de Arte Contempor¨¢neo (CAC) M¨¢laga. Avenida de Alemania, s/n. Hasta el 22 de febrero. Orden desde el caos. Fotograf¨ªa brit¨¢nica contempor¨¢nea. Centro Andaluz de la Fotograf¨ªa. Pintor D¨ªaz Molina, 9. Almer¨ªa. Hasta el 18 de enero. Miquel Barcel¨®. Obra africana. CAC M¨¢laga. Hasta el 15 de febrero. Curro Gonz¨¢lez. El final de la l¨ªnea. Galer¨ªa Rafael Ortiz. M¨¢rmoles, 12. Sevilla. Hasta el 31 de diciembre. Curro Gonz¨¢lez. Estudio de noche. Centro de Arte Contempor¨¢neo, M¨¢laga. Hasta el 1 de febrero.
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