Concierto
Recordar sin desgarro ni melancol¨ªa, suave y armoniosamente, las cosas agradables que te hayan sucedido este a?o, como quien sale al huerto de atr¨¢s a recoger los frutos que ha dado cada estaci¨®n, puede ser un ejercicio necesario de supervivencia cuando todo parece que se desmorona a tu alrededor. No pasa nada por ponerse tierno alguna vez. Al fin y al cabo a Bogart se le perdon¨® que se emocionara al o¨ªr de nuevo el piano de Sam. Pese a todo, no se te habr¨¢n negado ciertos momentos de felicidad en medio de la ruina general. El placer de la lectura de un libro apasionante durante una convalecencia te record¨® aquellos d¨ªas de la ni?ez en que el sopor de la fiebre se llenaba de piratas y aventureros. Seguramente habr¨¢ habido tambi¨¦n este a?o algunas ma?anas de primavera en que te has sentido feliz sin saber por qu¨¦, tal vez porque te bastaba con que el sol estuviera en la ventana para salir a pasear y que te obedeciera tu perro. Tampoco habr¨¢s olvidado el viaje que hiciste durante el verano. Abriste el mapa, se?alaste un punto azul y de la yema del dedo surgi¨® una ciudad, una isla, una playa unida al nombre de una amiga, de un compa?ero, de un viejo o nuevo amor con el que te pusiste en camino. Dulces fueron aquellas tardes en que la discusi¨®n acalorada se estableci¨® en torno a una copa sobre el tema que no importaba nada, salvo el gusto por llevar la contraria para demostrar que te sent¨ªas vivo y en plena forma con toda la inteligencia bombeando sangre en las sienes y despu¨¦s suced¨ªa el silencio con un poco de m¨²sica en la que siempre estabas de acuerdo. Probablemente habr¨¢n sucedido algunos desastres en tu vida. El puesto de trabajo sigue estando en el aire, te han rechazado algunos proyectos en los que te hab¨ªas embarcado, la desconfianza que genera la crisis ha terminado por calarte los huesos y parece que en el horizonte se ha instalado un muro que no vas a poder saltar. Pero la vida es como un concierto de Mozart en que las malas noticias hay que recibirlas en el interludio. Cualquier golpe duro en ese momento puede ser diluido en la memoria con el movimiento m¨¢s excelso de la partitura que has o¨ªdo y despu¨¦s quedar¨¢ la segunda parte para que un solo de clarinete te haga olvidar por un instante cualquier desgracia.
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