Pop de efectos especiales
Nuevas tecnolog¨ªas para alterar y corregir la voz trastocan el negocio de la m¨²sica
KanYe West es uno de los raperos m¨¢s poderosos e influyentes de la escena. Una escena que recientemente, ay, se le qued¨® peque?a. El artista de Chicago quiere mucho m¨¢s. Dominar el mundo. Y all¨¢ donde no llegu¨¦ su talento, llegar¨¢ la tecnolog¨ªa. West edit¨® el pasado mes su disco, 808s and heartbreak. Saludado como uno de los mejores del a?o pasado por unos y denostado por otros, se trata de su gran tratado de pop doliente y confesional. El ¨²nico problema con el que se top¨® a la hora de cantar fue el detalle sin importancia de que nunca supo cantar. As¨ª que, debido adem¨¢s a una ruptura reciente y al fallecimiento de su madre, el disco lleg¨® marcado por el ubicuo uso del Auto-Tune, un aparato que sirve para corregir los errores de afinaci¨®n del vocalista en apuros.
Las fronteras entre la interpretaci¨®n real y la generada por ordenador se diluyen
El Auto-Tune se populariz¨® en 1998 con el tema 'Believe' de Cher
Estas t¨¦cnicas de afinaci¨®n alcanzan hoy casi estatus de instrumento musical
Marco Alpert: "Si eres malo, seguir¨¢s si¨¦ndolo; afinado, pero mal cantante"
West no es el ¨²nico de los miembros de la realeza del pop en apuntarse al uso de los cacharros. Lo ¨²ltimo de Britney Spears es un verdadero canto a la tecnolog¨ªa, donde no hay rastro de la voz de la diva por ning¨²n lado. Y si Axl Rose, l¨ªder de los Guns'n'Roses, ha empleado 15 a?os y millones de euros en grabar su Chinese democracy ha sido, en parte, por su tendencia a enredarse con las maquinitas. Como en el cine, las fronteras entre la interpretaci¨®n de carne y hueso y la generada por ordenador se diluyen. Y el futuro del pop se escribe con aparatos que hacen so?ar a los androides con cantantes el¨¦ctricos.
Versiones m¨¢s primarias de estos cacharros se han usado en semisecreto desde hace d¨¦cadas -al parecer, John Lennon los utiliz¨® para minimizar la desafecci¨®n que sent¨ªa por el sonido de su voz grabada-. Auto-Tune, cuya primera versi¨®n data de 1990, se hizo popular en 1998, cuando Cher edit¨® el single Believe, el primer tema que, en vez de tratar de esconder el uso de este admin¨ªculo, lo exhib¨ªa con orgullo. Fue un ¨¦xito descomunal y, al contrario de lo que se podr¨ªa esperar, el p¨²blico y la prensa siguieron m¨¢s preocupados por el uso de la cirug¨ªa est¨¦tica de la cantante que por el abuso de la cosm¨¦tica sonora.
Diez a?os despu¨¦s, se exhiben sin pudor y con orgullo el uso de este aparato. Incluso artistas adscritos a estilos como el country (Faith Hill, Tim McGraw, Dixie Chicks...), tan poco dado al uso de las nuevas tecnolog¨ªas o al concepto posmodernos de democracia musical, confiesan utilizar Auto-Tune en sus directos con el fin de garantizar al p¨²blico una actuaci¨®n impecable. Pero esta vez, el software creado por Andy Hildebrand a partir de un trabajo de campo que analizaba frecuencias sismol¨®gicas con el fin de perforar el subsuelo en busca de petr¨®leo, se ha convertido en el gran protagonista de un debate que en EE UU divide a los guardianes de la autenticidad y a los paladines de la vida moderna.
"La mayor¨ªa de las veces, el uso del Auto-Tune es pr¨¢cticamente imperceptible. Se utiliza para corregir peque?os fallos y para solventar problemas de log¨ªstica. Por ejemplo, hay que rehacer una toma de voz s¨®lo por un par de notas y el cantante no puede volver a entrar en el estudio", explica Sasha Frere-Jones, experto en pop del semanario norteamericano The New Yorker. Omnipresente, pues, en grabaciones con fines quir¨²rgicos, hoy el Auto-Tune casi ha alcanzado el estatus de instrumento musical. Las nuevas versiones del software producido por Antares, compa?¨ªa californiana fundada por Hildebrand, aumentan no s¨®lo la precisi¨®n en la correcci¨®n de la afinaci¨®n, sino que ofrecen efectos sonoros de vocaci¨®n rob¨®tica y una velocidad de respuesta que aprovecha la mayor potencia de las computadoras actuales.
Marco Alpert, vicepresidente de marketing de la compa?¨ªa, se muestra encantado ante la atenci¨®n medi¨¢tica que su producto est¨¢ recibiendo durante estos meses y recuerda que Auto-Tune, "a diferencia de lo que muchos dicen, no permite que los artistas sin talento se conviertan en buenos cantantes". "Si eres malo, siempre ser¨¢s malo; afinado, pero mal cantante, al fin y al cabo".
Sea como sea, mientras KanYe West recuerda a su madre muerta y suena como un robot estrujado hasta la afinaci¨®n, T- Pain, veterano del Auto-Tune -un aparato cuya sonoridad casa muy bien con canales de distribuci¨®n como los tonos de m¨®viles-, comentaba en una revista norteamericana que en su nuevo disco utilizaba el cacharro en todos los temas menos en uno. Precisamente, el dedicado a sus hijos.
La democratizaci¨®n de los medios de producci¨®n y promoci¨®n musical cre¨® hace unos a?os una nueva estirpe de bandas. Grupos que surg¨ªan de una habitaci¨®n y llegaban directamente a la de sus oyentes salt¨¢ndose la cadena de producci¨®n tradicional de la industria. Para apelar a estas nuevas generaciones, la empresa que comercializa Auto-Tune planifica versiones m¨¢s baratas que los 600 euros que cuesta su producto estrella.
En cualquier caso, el uso de estos aparatos y, en general, de tecnolog¨ªas asequibles y f¨¢ciles de usar plantea un debate interesante. Muchos recuerdan a¨²n a Milli Vanilli, aquella pareja de no-cantantes que en 1990 ganaron varios Grammys, de los que m¨¢s tarde ser¨ªan despojados al descubrirse que actuaban en playback. ?Utilizar¨ªan hoy Milli Vanilli Auto-Tune? Mejor: ?a alguien le importa a¨²n qui¨¦n canta en los discos? ?No participa esta tendencia de una filosof¨ªa similar a la que inspira los concursos de televisivos de talentos? "Las barreras entre naturalidad y artificialidad desaparecieron con la industria farmac¨¦utica", ironiza Gerardo Cart¨®n, del sello espa?ol PIAS. "Soy partidario de los avances tecnol¨®gicos en la industria del disco. Se trata de que las canciones te taladren el cerebro y el coraz¨®n. Si el Auto-Tune lo logra, bienvenido sea". Sasha Frere Jones se limita a recordar la respuesta de Hildebrand a la observaci¨®n de un periodista que defini¨® a su criatura como "un instrumento malvado". "Dijo: 'Mi mujer lleva maquillaje, ?te parece eso tambi¨¦n malvado?' Lo de la maldad parece exagerado, pero la analog¨ªa del maquillaje es bastante adecuada. Despu¨¦s de todo, no hay nada natural en la m¨²sica grabada".
Sonidos rob¨®ticos
?lbumes y canciones que emplean tecnolog¨ªas para cambiar la voz humana sin disimulo:
- '808s heartbreak', de KanYe West.
- 'Circus', de B. Spears.
- 'Around the world', de Daft Punk.
- 'Pop the glock', de Uffie.
- 'Believe', de Cher.
- 'Complicated', de Avril Lavigne.
- 'The long way around', de Dixie Chicks.
Babelia
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