Las aguas vuelven a su cauce
La financiaci¨®n es el ¨²nico momento de ejercicio del derecho a la autonom¨ªa que no se articula exclusivamente mediante el juego conjunto de la Constituci¨®n y el Estatuto de Autonom¨ªa, sino que entre la primera y el segundo se interpone la Ley Org¨¢nica de Financiaci¨®n de las Comunidades Aut¨®nomas (LOFCA). Es la interpretaci¨®n que hace la LOFCA de la Constituci¨®n y de los estatutos la que acaba estableciendo la financiaci¨®n de las comunidades aut¨®nomas. En esto la financiaci¨®n se diferencia de todos los dem¨¢s momentos de ejercicio del derecho a la autonom¨ªa.
La interpretaci¨®n que hace la LOFCA de la Constituci¨®n y los estatutos es, adem¨¢s, una interpretaci¨®n que, aunque formalmente la hacen las Cortes Generales, que son las que tienen que aprobarla como ley org¨¢nica, materialmente la hace el Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera, que es un ¨®rgano no contemplado en la Constituci¨®n sino creado por la propia LOFCA, integrado por los ministros de Econom¨ªa y Hacienda y de Administraciones P¨²blicas y por los consejeros de Econom¨ªa y Hacienda de las comunidades aut¨®nomas. El modelo de financiaci¨®n se define en el Consejo, y las Cortes se limitan despu¨¦s a darle el car¨¢cter de ley org¨¢nica.
La presi¨®n desde Catalu?a para mejorar su financiaci¨®n ha favorecido a todas las comunidades
De esta manera se ha ido dando respuesta al problema de la financiaci¨®n del Estado Auton¨®mico desde la entrada en vigor de la Constituci¨®n. De ah¨ª que se pueda considerar pr¨¢cticamente irreversible este procedimiento. No est¨¢ establecido por la Constituci¨®n, pero es la interpretaci¨®n ininterrumpida que se ha acabado imponiendo del contenido y alcance del art¨ªculo 157.3 de la Constituci¨®n. Tendr¨ªa que producirse un cataclismo inimaginable para que se hiciera de manera diferente.
Esta es la raz¨®n por la que la definici¨®n del modelo de financiaci¨®n no puede ser resultado de una negociaci¨®n bilateral, sino que tiene que serlo siempre de una negociaci¨®n multilateral. El ruido sobre el bilateralismo ha sido tan ensordecedor desde que se inici¨® el proceso de reforma del Estatuto de Autonom¨ªa de Catalu?a que ha hecho que se perdiera de vista lo esencial en lo que a la definici¨®n del modelo de financiaci¨®n se refiere.
Al final, cuando se tiene que llegar a la decisi¨®n definitiva, las aguas est¨¢n volviendo a su cauce. Tanto en lo que a las reuniones preparatorias entre el presidente del Gobierno de la naci¨®n y los presidentes de las comunidades aut¨®nomas se refiere, como en la fijaci¨®n definitiva del modelo que el vicepresidente presentar¨¢ al Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera para su aprobaci¨®n.
Llegados a este punto, se impone la reflexi¨®n de que la presi¨®n que se ha ejercido desde Catalu?a para mejorar su financiaci¨®n no le ha beneficiado a ella sola, sino que ha beneficiado a todas las dem¨¢s comunidades aut¨®nomas. Es lo que ha venido ocurriendo desde 1993. Ser¨ªa conveniente, en consecuencia, que en el futuro, puesto que el modelo que se va a aprobar tendr¨¢ que ser revisado en alg¨²n momento, no se volviera al anticatalanismo tan primario que hemos padecido en estos ¨²ltimos a?os. El impulso para la reforma ha sido catal¨¢n, pero las consecuencias de la misma se han extendido por toda Espa?a. La valoraci¨®n de Esperanza Aguirre del nuevo modelo habla por s¨ª misma.
Creo que tambi¨¦n resulta oportuno recordarle a los dirigentes del Partido Popular que las reglas de negociaci¨®n de la financiaci¨®n auton¨®mica son las mismas que presidieron la financiaci¨®n de 1996 y 2001, cuando ellos ocupaban el Gobierno de la naci¨®n. Tanto Mariano Rajoy como Crist¨®bal Montoro, que participaron personalmente en aquellas negociaciones, saben que la negociaci¨®n de la financiaci¨®n no es una negociaci¨®n entre partidos, sino una negociaci¨®n entre Gobiernos, el de la naci¨®n, por un lado, y los de las comunidades aut¨®nomas, por otro.
En lo que a la financiaci¨®n se refiere, el Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera es una suerte de c¨¢mara territorial. Son el Estado y los diferentes territorios los que tienen que consensuar una respuesta com¨²n a la financiaci¨®n del Estado Auton¨®mico, que es tanto financiaci¨®n del Estado como de las comunidades aut¨®nomas.
No es razonable, por tanto, que los dirigentes populares reclamen ahora que la negociaci¨®n del modelo de financiaci¨®n sea una negociaci¨®n entre PSOE y PP y que se d¨¦ traslado despu¨¦s del resultado de esa negociaci¨®n a las comunidades aut¨®nomas como un hecho consumado. Eso choca contra toda la l¨®gica que preside la descentralizaci¨®n pol¨ªtica de nuestro Estado. Las reglas hay que aceptarlas no solamente cuando se est¨¢ en el Gobierno sino tambi¨¦n, y sobre todo, cuando se est¨¢ en la oposici¨®n. Es m¨¢s agradable hacerlo en un caso que en otro, pero las cosas son como son.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.