Un alivio con cauciones
El encaje de bolillos del Gobierno en la nueva financiaci¨®n pinta bastante bien para Galicia
El sistema de financiaci¨®n auton¨®mica necesitaba una reforma. Acumulaba problemas en diversos frentes: insuficiencia global, diferencias en financiaci¨®n per c¨¢pita injustificables, autonom¨ªa tributaria deficiente, baja responsabilidad fiscal y escasa visibilidad para los ciudadanos, entre otros. Sin embargo, no ha sido la voluntad de corregir estos aspectos disfuncionales lo que de verdad ha impulsado la reforma que ahora discutimos. Otra vez, ha sido la din¨¢mica Catalu?a la que ha tirado del carro a golpe de Estatut. Vaya por delante este reconocimiento a una Generalitat a la que mucho debe el proceso descentralizador en Espa?a desde sus inicios.
A partir de ah¨ª, es evidente que los intereses de Galicia y Catalu?a difieren en algunos asuntos importantes. En particular, en la pretensi¨®n ¨²ltima de Catalu?a de que exista una correlaci¨®n positiva entre capacidad fiscal y recursos per c¨¢pita. Es decir, que los gobiernos de los territorios m¨¢s ricos acaben teniendo m¨¢s recursos per c¨¢pita. Algo que ocurre en muchos pa¨ªses federales (Alemania, Canad¨¢, Estados Unidos, Suiza) aunque no en todos (Australia); y criterio que rompe con la l¨®gica del modelo actual y perjudica a Galicia.
Nuestra capacidad fiscal se halla entre las m¨¢s bajas de Espa?a. Por eso, Galicia es beneficiaria neta de los flujos fiscales a escala espa?ola y comunitaria: nuestra balanza fiscal es claramente positiva y somos una de las comunidades aut¨®nomas que m¨¢s fondos europeos ha recibido. La generalizaci¨®n sin compensaciones de la propuesta catalana de nivelar s¨®lo una parte de los servicios nos supondr¨ªa perder cerca de 1.000 millones de euros.
Afortunadamente, el gobierno central tambi¨¦n ha escuchado a Galicia y a otras comunidades en su situaci¨®n, y en el documento que ahora est¨¢ encima de la mesa se recoge no s¨®lo la letra que aparece en el Estatut, sino tambi¨¦n otros mecanismos que compensan y, en cierto sentido, lo desactivan. De ah¨ª que en Galicia podamos respirar con cierto alivio y la Generalitat catalana se muestre menos contenta, al percibir que el encaje de bolillos del Ministerio de Econom¨ªa va a evitar que los m¨¢s ricos tengan sistem¨¢ticamente m¨¢s recursos por habitante. Por supuesto, queda mucho por negociar, y hay que ser cautos en las valoraciones y h¨¢biles en la negociaci¨®n para concretar numerosas cuestiones en los pr¨®ximos meses. Pero pinta razonablemente bien para Galicia. Otra cosa es criticar que al tener que encajar todas las piezas se nos vaya a disparar el coste de la reforma y que algunos de los problemas existentes no van a mejorarse de forma significativa. Creo que sin las restricciones autoimpuestas por el Gobierno central en lo que se refiere al Estatut podr¨ªamos plantear una reforma menos costosa y m¨¢s eficiente. Pero eso es otro debate.
Para concluir, me gustar¨ªa referirme a dos cuestiones. En primer lugar y hasta donde llega mi conocimiento, la Xunta de Galicia actual nunca habl¨® de pedir la cesi¨®n del 90% del IVA, IRPF e impuestos especiales. Lo que hizo fue se?alar que demandar¨ªa un incremento en sus recursos para alcanzar el monto equivalente, aunque una parte siguiese siendo financiada por las transferencias del fondo de suficiencia. Por tanto, es incorrecto argumentar que porcentajes generalizados de cesi¨®n tributaria en el entorno del 50% suponen un fracaso para Galicia.
En segundo lugar, no tengo claro que sea lo mejor para nuestros intereses que nos convirtamos en los adalides de la compensaci¨®n por el coste de la doble lengua. En una negociaci¨®n multilateral las cesiones mutuas son inevitables: ?concentraremos nuestros esfuerzos en defender el coste del gallego, la dispersi¨®n poblacional o el envejecimiento? Segundo, sin conocer ning¨²n estudio que haya cuantificado este coste con precisi¨®n, me atrevo a decir que es muy inferior al demostrable en el caso del envejecimiento y la dispersi¨®n. Tercero, otros territorios disfrutan de dos lenguas y tienen mucho m¨¢s que ganar que nosotros, porque su Administraci¨®n es m¨¢s grande. Pero nadie tiene nuestro nivel de dispersi¨®n y de envejecimiento relativo en los tramos de edad m¨¢s avanzada.
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