Gazprom acusa a Ucrania de robar gas dirigido a la UE
Polonia, Rumania y Hungr¨ªa detectan disminuciones en el suministro
La crisis ruso-ucrania por el gas subi¨® ayer de grado con las acusaciones de la empresa estatal rusa Gazprom a Ucrania de estar empezando a chupar en beneficio propio gas destinado a Europa y de negarse a aceptar el incremento solicitado en el volumen de combustible en tr¨¢nsito hacia Occidente. Kiev reconoci¨® que el gas desviado, en torno a un 7%, le era necesario para mantener la presi¨®n de la l¨ªnea. Europa segu¨ªa esta escalada con creciente preocupaci¨®n. Anoche, la Comisi¨®n Europea inform¨® de que se hab¨ªan detectado p¨¦rdidas en el suministro en Polonia y Hungr¨ªa. Transgaz, empresa gestora de los gasoductos en Rumania, situ¨® alrededor del 30% la bajada del flujo en ese pa¨ªs.
"La parte ucrania ha admitido abiertamente que est¨¢ robando y no se averg¨¹enza de ello", declar¨® en Mosc¨² un portavoz de Gazprom, en respuesta al reconocimiento en Kiev de que se est¨¢n desviando 21 millones de metros c¨²bicos diarios de gas para mantener la necesaria presi¨®n en los gasoductos para permitir que siga habiendo flujo. El representante de la gasista lament¨®, adem¨¢s, que Ucrania no hubiera autorizado el solicitado aumento de volumen para hoy desde 296 millones a 303 millones de metros c¨²bicos.
La empresa rusa busca v¨ªas alternativas para el env¨ªo de combustible
En una entrevista con la BBC, el vicepresidente de Gazprom, Alexander Medv¨¦dev, afirm¨® ayer que la empresa ha empezado a buscar otras v¨ªas para llevar el gas a la UE que no pasen por Ucrania y que espera obtener para ello el apoyo comunitario.
Como en los apuros de hace exactamente tres a?os por el mismo motivo (negativa Ucrania a pagar por la energ¨ªa el precio reclamado por el proveedor y subsiguiente corte del suministro), la UE empez¨® a notar con inquietud la escalada verbal entre rusos y ucranios e investigaba anoche los fallos de abastecimiento detectados.
La Comisi¨®n secunda la idea de la presidencia checa de dejar a las partes resolver el contencioso, inst¨¢ndoles a actuar con rapidez pero por el momento sin ¨¢nimo de intervenir en lo que considera un conflicto bilateral. El primer ministro checo, Mirek Topolanek, presidente de turno de la UE, recibi¨® en Praga a la delegaci¨®n de Ucrania que acaba de iniciar una gira por la UE para explicar la situaci¨®n. "El Gobierno checo entiende que es un conflicto entre dos sujetos econ¨®micos en el que por ahora no es necesario intervenir", explic¨® el portavoz gubernamental.
Hace tres a?os, el estallido de la crisis fue abrupto e inesperado y se dej¨® sentir de inmediato, con ca¨ªdas de hasta el 30% en algunos destinos, por los desv¨ªos que Ucrania hac¨ªa del gas destinado a Europa. El actual episodio se ven¨ªa anunciando desde hace semanas y, como consecuencia del sobresalto de 2006, todas las partes tienen bien cubiertas sus reservas estrat¨¦gicas. Adem¨¢s, el invierno no ha resultado hasta ahora tan crudo como el de entonces e incluso el par¨®n de la econom¨ªa ha reducido la necesidad energ¨¦tica.
De ah¨ª que desde la UE se siguen los acontecimientos con menor tensi¨®n respecto a la alarma y reuniones de emergencia de hace tres a?os. Pero la realidad es que la nueva escaramuza ha vuelto a arrojar luz sobre la dependencia energ¨¦tica comunitaria, que recibe el 25% del gas que consume de Rusia, el 80% del cual transita por territorio ucranio.
Las relaciones energ¨¦ticas UE-Rusia constituyen una compleja mezcla de factores t¨¦cnicos, econ¨®micos y geoestrat¨¦gicos en los que van de la mano dependencia mutua (Europa de la energ¨ªa rusa; Rusia del capital europeo) y desconfianza tambi¨¦n mutua (Europa de la capacidad rusa de suministrar las cantidades necesarias, por voluntad pol¨ªtica o deterioro tecnol¨®gico; Rusia de una Europa que busca sin cesar fuentes energ¨¦ticas alternativas y de aprovisionamiento y que no le garantiza vol¨²menes de consumo a largo plazo).
En la propia Uni¨®n est¨¢ a¨²n por definirse una pol¨ªtica energ¨¦tica com¨²n, que permita a los Veintisiete actuar como un ¨²nico sujeto comercial en el mercado internacional.
Las alternativas avanzan a trompicones y, por su propia condici¨®n, con lentitud. Pa¨ªses de gran consumo, como Alemania o Italia, buscan acuerdos bilaterales con Gazprom, para frustraci¨®n de los socios peque?os del centro y del este de Europa, que reclaman una estrategia com¨²n. El plan europeo de crear el gasoducto Nabucco para traer gas del Caspio a Europa a trav¨¦s del C¨¢ucaso sur y el sureste del continente avanza con dudas, mientras Rusia lo socava con acuerdos bilaterales a largo plazo con pa¨ªses de la regi¨®n que deber¨ªan ser usuarios y beneficiarios de Nabucco.
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