El 'hu¨¦sped' del hotel Suecia
Dice que quiere a los madrile?os, haber crecido en la peque?a Rusia, Vallecas, y que pasa de subir a la azotea del C¨ªrculo de Bellas Artes, abierta estas navidades al p¨²blico. Lleva tiempo habitando la calle del Marqu¨¦s de Casa Riera. Koldo es decorador de calles. Su acera, la del hotel Suecia, siempre tiene algo, una peque?a instalaci¨®n, una decoraci¨®n casual en las paredes... Hubo un momento de gloria, con el hotel ya cerrado pero abierto el paso al vest¨ªbulo de la entrada, en el que Koldo hac¨ªa verdaderas instalaciones hoteleras con maletas abandonadas, mesillas de noche y cachivaches diversos. Amable y ocurrente, Koldo sabe que esta calle s¨ª que es suya. Su mente mezcla, olvida y recuerda al galope. Sus ojos se pierden de la misma manera que se fijan. Su cabeza vive entre la lucidez y el espasmo. Entre el vacile, la mentira y la composici¨®n se filtra la delgada l¨ªnea quebradiza de alguien que, eso s¨ª, se sigue buscando.
"Vi un canario blanco que muri¨® y cre¨ª que se hab¨ªa muerto el mundo entero"
Pregunta. ?Qu¨¦ tal el fr¨ªo?
Respuesta. Mal, mal de cojones. Tener que camuflar este fr¨ªo... Procuras coger postura, pero se pasa mal.
P. ?Por qu¨¦ no va a albergues?
R. No me gustan. En alguno s¨ª he estado, pero es una verg¨¹enza lo que est¨¢n haciendo, en lo que los est¨¢n convirtiendo. No me gusta mezclarme con mucha gente, soy desconfiado.
P. ?Mucha guerra?
R. Lo que hay es mucho l¨ªder, mucha "gloria a Dios, pero aqu¨ª se hace lo que yo diga".
P. ?A qu¨¦ le tiene m¨¢s miedo?
R. A la muerte. No s¨¦ c¨®mo llegar¨¢, porque no hablo con ella. Se pasa mal porque sin tener ya que hacer parip¨¦s te preguntas: ?ad¨®nde ir¨¦?
P. ?Tiene alg¨²n sitio al que quiera volver?
R. S¨ª, tengo ganas de volver al principio. No me acuerdo y quiero volver a mi principio. Mucha gente me pregunta d¨®nde he nacido y acordarme, acordarme, no me acuerdo. De lo que es la base, la base total de donde nac¨ª yo, particularmente, no me acuerdo. A lo mejor hay gente que s¨ª. Yo no.
P. ?Pero tiene alg¨²n recuerdo de ni?o?
R. Una caja de frutas, vac¨ªa. Con dos tomates le puse los faros. Me hice un cochecito y a jugar, para arriba, para abajo.
P. ?Y luego qu¨¦ pas¨®?
R. Recorriendo la vida, pum, pum, pueblo de Vallecas, tendencias del interior de mi coraz¨®n honestas... y, claro, eso no puede agradar a otra gente que es vil. Por eso, cuando me preguntan digo nazi, con z, comunista.
P. ?Se acuerda de la primera situaci¨®n injusta que vivi¨®?
R. Vi un canario blanco que muri¨® y cre¨ª que se hab¨ªa muerto el mundo entero.
P. ?Qu¨¦ es lo m¨¢s bonito que le ha pasado en la calle?
R. S¨®lo tienes la experiencia y el conocimiento que te puede dar la calle. Lo m¨¢s bonito que me puede pasar es que me quede durmiendo un d¨ªa y no est¨¦. Eso es lo m¨¢s bonito, que llegue la muerte y no est¨¦s.
P. ?Desaparecer?
R. Desaparecer y llegar a mi punto de origen.
P. ?C¨®mo es su trabajo de decorador?
R. Muy f¨¢cil, cojo un papel y dejo otro, cojo un papel y dejo otro. Y luego le digo a los barrenderos: no me barr¨¦is bien las aceras, que soy decorador (se r¨ªe).
P. ?C¨®mo empez¨®?
R. Eso es cuesti¨®n de coraz¨®n, depende de la alimentaci¨®n que lleves, de c¨®mo andes. Hago esto, hago lo otro, pero no puedo llevar todos los proyectos que me mandan.
P. ?Qui¨¦n?
R. Los que est¨¢n dentro de m¨ª. Tarde o temprano lo que tenga que salir saldr¨¢.
En ciertos momentos, la entrevista se va por derroteros insospechados. Koldo dice que viene de Finlandia, habla de holocaustos y de ternas fascistas y cat¨®licas. R¨ªe, habla de c¨®mo lo echan de los bares, se obsesiona con la polic¨ªa y dice que si un grupo de heavy hiciera el Soy minero de Molina, Espa?a flipar¨ªa. Entre confusiones y locuras aparece la figura oscura de su padre, Telesforo, y de su madre, Dionisia L¨®pez Mill¨¢n. Parece que arrastrara la familia sin descanso: "Querer desprenderse y culpar a los dem¨¢s, eso es lo que me ha sucedido a m¨ª", confiesa sin verg¨¹enza.
P. ?De qu¨¦ se arrepiente?
R. De mucho, no crea usted que soy tan vehemente. S¨¦ que meto la pata. Pero no me acuerdo cu¨¢l fue la primera. Por ejemplo, yo trabajaba en un bar del que se supone que era mi abuelo y le quitaba el dinero. A mi abuela Joaquina, yo le quitaba dinero. Y la verdad sea dicha, mal hecho.
P. ?Para chicles?
R. Para huesitos. Pero manda cojones, me compraba los huesitos en la sala de juegos de Saturnino y Vicenta, y ¨¦sta era hija de Joaquina. Todo quedaba en casa.
P. ?Alguna vez se enamor¨®?
R. Es jodida esa pregunta. No s¨¦. Cuando fui humano, s¨ª. Pero ahora es m¨¢s dificultoso. Cuando era humano, sin comer lo que comen ahora los humanos, s¨ª. (Silencio largo) ?Vaya pregunta!
P. ?Ahora qu¨¦ pasa?
R. Ahora estoy en lucha contra m¨ª mismo. Puedo querer, apreciar, pero amor...
P. ?Es cobarde o valiente?
R. No s¨¦, no soy yo quien tiene que decirlo. Procuro no ser cobarde. Hay gente que va a las sinagogas, a las iglesias, a rezar. A m¨ª no me importa estar solo y ese d¨ªa no acordarme de nada.
P. Y ahora, ?qu¨¦ le satisface en la vida?
R. No lo s¨¦, yo no tengo conocimiento.
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