El olor de los coches nuevos
- "Soy como el 90% de los futbolistas. Cuando conocemos a una mujer pienso: '?Me querr¨¢ por quien soy o por mi dinero?".
Sol Campbell, central del Portsmouth
Ya que al acoso de Internet se nos ha sumado la crisis econ¨®mica, el futuro no pinta bien para la prensa; ni para las editoriales, al menos, seg¨²n cuentan, en el mundo anglosaj¨®n. Lo cual es alarmante para los que nos ganamos el pan vendiendo palabras, como Wayne y Coleen Rooney.
La pareja real inglesa, herederos de Posh y David (que a su vez sustituyeron a Carlos y Diana), tienen la obligaci¨®n social de mantener ciertos lujos m¨ªnimos en un pa¨ªs cuyos habitantes los conocen mejor que a sus propios familiares. El imaginario colectivo ingl¨¦s necesita que se haga realidad en ellos la fantas¨ªa de los pr¨ªncipes fastuosos, felices y ricos, m¨¢s a¨²n en tiempos como ¨¦stos.
Por eso fue profundamente reconfortante leer a Coleen cont¨¢ndonos en su ¨²ltima columna del 2008 para la revista OK! que Santa Claus le hab¨ªa regalado un nuevo Bentley. "Es el mismo modelo que ya tengo, pero en otro color. ?Estoy tan contenta! ?Me encanta el olor de los coches nuevos!", escribi¨® Coleen, que cuando se cas¨® con Wayne, el astro del Manchester United, firm¨® en los documentos oficiales que su profesi¨®n era periodista.
La duda es si el periodismo le podr¨¢ seguir generando los ingresos necesarios para poder comprarse otro Bentley, de otro color, de aqu¨ª a un a?o. Su columna semanal en OK! le reporta un sueldo de 41.667 libras, unos 44.000 euros, al mes. Coleen, que fue cajera en un supermercado antes de dar el salto al periodismo, gana otros 5.500 euros por una columna mensual en otra revista. Pero ahora, ?le tendr¨¢n que rebajar el sueldo? Y, en ese caso, ?qu¨¦ har¨ªa Coleen? ?Amenazar¨ªa con irse a la huelga?
La alternativa, ya que no es seguro que el resto de la plantilla de OK! simpatizar¨ªa con su causa, ser¨ªa escribir otro libro. Una segunda autobiograf¨ªa, sumada a la que public¨® en marzo, quiz¨¢. Aquella primera la escribi¨® a los 21 a?os, pero ha ocurrido tanto en estos nueve meses, los Rooney han gastado tanto dinero en tantas cosas, empezando por la boda del siglo en la riviera italiana, que tiene que haber abundante material para otro bestseller.
Wayne, que tiene 23 a?os, ha escrito su autobiograf¨ªa tambi¨¦n, pero su editorial se ha comprometido a publicarle cuatro m¨¢s a lo largo de los pr¨®ximos 12 a?os. Se habla de cantidades rondando los cuatro millones de euros. Pero... ?prosperar¨¢ su editorial lo suficiente como para que Wayne pueda sumarse a la creciente lista de jugadores de f¨²tbol ingleses que han escrito m¨¢s libros de los que han le¨ªdo?
Veremos. Lo que est¨¢ claro es que la pobre Coleen es la que est¨¢ en la situaci¨®n m¨¢s vulnerable de los dos. A Wayne, menos fino que su esposa, siempre le queda el f¨²tbol. No ha resultado estar a la altura de las enormes expectativas que se generaron alrededor de ¨¦l hace cuatro o cinco a?os. Cada temporada m¨¢s bien tiende a decaer, quiz¨¢ debido a la contaminaci¨®n de su juego por la exigencia de vivir la vida -compras, coches, borracheras- con la que sue?a el gran p¨²blico ingl¨¦s. Pero su agente sabr¨¢ que esto no importa; que, pese a la retransmisi¨®n de partidos ingleses por televisi¨®n en todo el mundo, los presidentes y directores deportivos de los grandes clubes fuera de Inglaterra no se enteran. Llegado el caso, el Real Madrid lo fichar¨¢ por una millonada.
Pero el f¨²tbol en s¨ª no da lo suficiente como para que los Rooney puedan mantener el estilo de vida al que se han acostumbrado ellos y sus fans. Quiz¨¢ si sus aventuras literarias dejan de dar fruto en este triste 2009 que se nos pronostica, el primer ministro Gordon Brown deber¨ªa de hacer con ellos lo que est¨¢ tan en boga de repente con los bancos: nacionalizarlos. O sea, pagarles un sueldo. Total, se le sigue pagando uno a la reina Isabel, personaje que genera mucho menos inter¨¦s hoy en d¨ªa que el aut¨¦ntico tesoro nacional ingl¨¦s, la pareja Wayne y Coleen.
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