Una mina en el tobillo izquierdo

Silva tiene una mina en el tobillo izquierdo. Esa parte del cuerpo que le permite convertir en oro todo el f¨²tbol que imagina su fascinante cabeza. Ayer, dos goles muy distintos: una sutileza en el primero; una explosi¨®n de potencia en el segundo, el tercero de su equipo, el que acab¨® por sepultar a un Atl¨¦tico siempre a expensas de su rival. El mismo tobillo del que, ya casi al final del partido, sal¨ªa humo cuando el masajista del Valencia trataba de calmarlo con un spray milagroso. El mismo que lo apart¨® del juego en los tres meses precedentes, convalenciente de una lesi¨®n. Su vuelta ayer a la titularidad transform¨® completamente al Valencia, que sin ¨¦l hab¨ªa sido incapaz de marcar ante el Bar?a, el Sevilla y el Madrid. Y que, con ¨¦l, se ve capaz de todo.

El Atl¨¦tico pag¨® la ausencia de uno de sus cuatro magn¨ªficos, Maxi, cuyo sustituto, Luis Garc¨ªa, no dio la talla. Los cuatro magn¨ªficos fueron ayer los del Valencia: Joaqu¨ªn, Silva, Mata y Villa. Sobre todo en una brillante primera parte tan s¨®lo empa?ada por un ¨²ltimo minuto de despiste. Albiol lleg¨® tarde al corte, se intern¨® Sim?o y, mientras, en el interior del ¨¢rea, Baraja derrib¨® a Ag¨¹ero. El penalti fue casi la ¨²nica decisi¨®n en la que acert¨® el ¨¢rbitro, que vivi¨® una noche calamitosa. El potente disparo de Forl¨¢n dobl¨® la mano derecha de Renan, que hab¨ªa adivinado la trayectoria.

El Valencia se march¨® al descanso con cara de haber desaprovechado un f¨²tbol directo, atrevido y veloz en el que el regreso desde el inicio de Silva cobr¨® una importancia capital. Apenas era el segundo encuentro como titular del mediapunta canario -el primero hab¨ªa sido ante el Mallorca (3-0)- y su influencia result¨® atronadora.

Emery apost¨® por Maduro como central en perjuicio de Del Horno, cuyo cr¨¦dito qued¨® agotado ante Messi y ante Robben en partidos precedentes. Y el mediocentro holand¨¦s rindi¨® como central a la perfecci¨®n, muy encima tanto de Forl¨¢n como de Ag¨¹ero, impidiendo que ¨¦stos desplegaran su destreza.

Leo Franco le se?al¨® con la manopla su costado derecho. Villa, en cambio, le dispar¨® el penalti al lado contrario. Los trucos psicol¨®gicos apenas sirven cuando se trata de Villa, un verdadero especialista. El penalti se lo hab¨ªa inventado el ¨¢rbitro tras un piscinazo de Baraja. Claro que antes, en los cinco primeros minutos, el ¨¢rbitro priv¨® al Valencia de dos goles: el primero por un soplido de Villa a Heitinga; el segundo por un supuesto fuera de juego de Silva.

Miguel aprovech¨® la inercia para robarle la cartera a Pern¨ªa y entregarle el bal¨®n a Silva, que se encargar¨ªa de todo lo dem¨¢s: adentrarse en el ¨¢rea y, con la puntera izquierda, batir a Leo Franco al segundo palo. Assun?ao s¨®lo sab¨ªa frenar a Silva en una falta tras otra.

El Atl¨¦tico se desatasc¨® tras el descanso. Avanz¨® sus l¨ªneas. Sim?o mantuvo el duelo m¨¢s intenso con Miguel, su compatriota y amigo. Forl¨¢n empez¨® a soltarse tanto a las bandas como al centro del campo. Y Aguirre contribuy¨® al pretendido asalto con el cambio m¨¢s esperado: Sinama entr¨® por Luis Garc¨ªa. El Valencia emiti¨® s¨ªntomas de cansancio, lo que se escenific¨® en que Baraja bajara notablemente su ritmo. De ah¨ª que Emery recurriera a Fernandes para oxigenar al equipo. Con un efecto inmediato. Joaqu¨ªn aprovech¨® el receso para montar el ataque valencianista. Bueno, en realidad le dio el bal¨®n a Silva para que intentara jugarlo a unos 25 metros de Leo Franco. El grancanario no dud¨®. Avanz¨® con potencia y conect¨® un ob¨²s desde fuera del ¨¢rea que super¨® por un costado a un Leo Franco muy avanzado. Mestalla lo celebr¨® con gran alborozo, consciente de haber asistido a uno de los goles de la temporada. Y a la mejor actuaci¨®n de su equipo hasta la fecha. Gracias a Silva, claro.