"Tuve un brote psic¨®tico, hablaba solo y me asust¨¦"
Cuando habla V¨ªctor (nombre ficticio) se oye a la vez un silbido. Tiene el tabique nasal destrozado tras 16 a?os de consumo desenfrenado. El encuentro tiene lugar en el Centro de Atenci¨®n Integral a Drogodependientes (CAID) de Usera (Madrid), el lugar en el que dio con el equipo que ha conseguido ayudarle. "Empec¨¦ a los 19 a?os. La primera vez fue en la mili, qu¨¦ iron¨ªa. Nos met¨ªamos las rayas en el cap¨® del coche antes de entrar en la discoteca. Por mi trabajo ten¨ªa acceso a coca¨ªna y el problema es que siempre quieres m¨¢s. Al principio me met¨ªa dos gramos al d¨ªa. Medio a las 6.30. Otro medio a las 12.00, y otro a las 13.30. A las 15.00 me met¨ªa la ¨²ltima raya para que me bajara el efecto y mi mujer no lo notara. Era un maestro mintiendo. Un d¨ªa me cont¨® que estaba embarazada y se lo confes¨¦. No pod¨ªa ser padre en esas condiciones. Ella me dej¨® y empec¨¦ a consumir m¨¢s, ocho gramos al d¨ªa. Ten¨ªa deudas y manejaba siete u ocho tarjetas de cr¨¦dito. Abr¨ªa una para pagar la deuda de la otra y as¨ª. Mis ¨²nicos amigos eran mis camellos. La primera vez que fui a terapia lo hice por mis hermanos".
"Estuve en una comunidad terape¨²tica de la Agencia Antidroga. Hab¨ªa un taller de motos, deportes, psic¨®loga... pero yo no quer¨ªa dejarlo. Cuando sal¨ª, en lugar de llamar a mi familia llam¨¦ a quien no deb¨ªa. Inici¨¦ un segundo tratamiento, pero reca¨ª. Entonces tuve un brote psic¨®tico. Llegu¨¦ a casa de mi hermana hablando solo y me asust¨¦. En 2006 llegu¨¦ al CAID y conoc¨ª a Sagrario, mi psic¨®loga, quien m¨¢s me ha ayudado. Tengo una deuda de 120.000 euros, pero voy rehaciendo mi vida. Echo de menos a mi mujer y mi hijo, pero s¨¦ que no podemos volver. Procuro no hablar del pasado, me centro en mi trabajo: cobrador de morosos. Vengo al CAID una vez al mes. Me queda el paso m¨¢s dif¨ªcil, que es dejar la terapia con Sagrario. S¨¦ que tengo que hacerlo, pero me da miedo".
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