Territorio de promisi¨®n para 'raves'
La permisividad con fiestas ilegales atrae a organizadores de otras latitudes
"Despu¨¦s de esta barbaridad, igual cambia todo". Lo teme alguien vinculado al mundo raver, que es como en argot nocturno se conoce a los asistentes y organizadores de raves, unas fiestas ilegales de m¨²sica electr¨®nica juvenil m¨¢s que dura en las que se okupa un espacio y se utiliza para bailar. Con "barbaridad" se refiere a lo acaecido en la antigua base en Bu?ol de la cementera Cemex, que acab¨® sirviendo como inmensa pista de baile para 5.000 personas durante tres d¨ªas. La denuncia de Cemex ante la Guardia Civil de algo que empez¨® la noche de fin de a?o convirti¨® la rave en una infracci¨®n penal por la ocupaci¨®n ilegal de una propiedad privada.
Es posible que tras el bombo de lo de Nochevieja esa euforia se detenga. Sin embargo, es bastante absurdo plantearse a qui¨¦n va a culparse de esa fiesta. Entre otras cosas, porque su pauta fue muy singular. Si bien empez¨® como una alianza de colectivos valencianos dedicados a la organizaci¨®n de raves y de veladas tecno, ¨¦stos desaparecieron del mapa el segundo d¨ªa. Entonces quedaron en la f¨¢brica toda una larga serie de travellers -viajeros hedonistas mitad hippies, mitad punks- llegados de toda Europa con sound systems -equipos de sonido- propios. Hab¨ªan estado en una rave de Granada que no hab¨ªa salido demasiado bien, se hab¨ªan enterado de que hab¨ªa "una movida" en Valencia, y hasta aqu¨ª se acercaron. Italianos, franceses, portugueses, checos, se mezclaron con ravers catalanes y de otros or¨ªgenes. Seg¨²n instauraron en su momento colectivo ingleses como Spiral Tribe, los travellers n¨®madas buscan fiestas rave sin fin para alargarlas todo lo imaginable.
Sobre todo, desde que Francia, copiando un modelo de persecuci¨®n ingl¨¦s, impuls¨® una ley anti-rave que facultaba a los agentes del orden a entrar en cualquier parte, a pedir autorizaci¨®n administrativa a cualquiera que monte reuniones con m¨²sica y a precintar los equipos de sonido. Muchos franceses se escaparon a Catalu?a para montar sus fiestas de manera regular. Sin embargo, en la Nochevieja de 2007, un joven venido de Francia muri¨® atropellado en las inmediaciones de una rave en El Vall¨¦s Occidental.
El esc¨¢ndalo fue monumental, ya que la fiesta respond¨ªa al concepto traveller de rave de varios d¨ªas y hasta 36 de esas fiestas se hab¨ªan celebrado ese a?o en todo El Vall¨¦s. Meses despu¨¦s, el Gobierno catal¨¢n aprob¨® el proyecto de nueva ley de espect¨¢culos que regula el movimiento rave, exigiendo solicitudes a los organizadores -que deber¨¢n identificarse-, decidiendo si se autorizan o no, y facultando a los Mossos d'Esquadra a llevarse equipos de sonido en cuanto lo crean conveniente.
"En Valencia, esto de llevarse equipos ha sucedido s¨®lo una vez", explica alguien del entorno raver, "lo normal es que si no hay denuncia, no suceda nada". "Digamos que depende del humor que se gasten ese d¨ªa las fuerzas del orden", precisa. Las raves valencianas no suelen ir m¨¢s all¨¢ de las 24 horas de duraci¨®n, y la denuncia contra ellas no suele producirse (se acaba antes de que haya demasiada publicidad). Muchos colectivos est¨¢n muy atentos a no incidir negativamente sobre el entorno, ya que esto podr¨ªa traerles problemas legales. "Todo es ilegal", dice la fuente raver, "pero aqu¨ª hay permisividad, esto es cierto". Quiz¨¢ porque las raves en antiguas ermitas, en playas, en instalaciones fabriles en desuso, no suelen congregar normalmente a m¨¢s de 600 o 1.000 personas (a veces muchas menos). Lo de esta Nochevieja se ha salido de madre. Diferentes p¨¢ginas web internacionales de ascendencia raver han puesto a Valencia en el mapa de las fiestas, sugiriendo su idoneidad.
Montar un sound system no es dif¨ªcil, siempre que se cuente con un generador. Las drogas comunes en raves son speed, ketamina, cristal, setas alucin¨®genas y porros. En teor¨ªa, la entrada a estas celebraciones es gratis, pero se da la venta de alcohol -aunque nunca cuando se da una inspecci¨®n policial-, ya que es lo que proporciona algo de dinero. Muchos utilizan las raves para promocionarse dentro del ambiente de organizaci¨®n de fiestas. "Es un fen¨®meno que est¨¢ en los m¨¢rgenes de lo que es o no leg¨ªtimo", explica el letrado Sergio Mart¨ªn, con experiencia en temas relacionados con el ocio de la noche.
"Por una parte, si no se cobra entrada o por la bebida, todo el mundo tiene derecho a reunirse, y eso lo saben bien los organizadores", explica. "Por otra, ese ejercicio no puede conculcar el del resto de personas, y eso sucede con el ruido, con el impacto sobre el paisaje, etc¨¦tera". "Aparte, hay que ver si se est¨¢ haciendo botell¨®n, y la verdad es que si no hay una autorizaci¨®n municipal para la celebraci¨®n", explica, "estar¨ªamos ante un problema de orden p¨²blico, y se podr¨ªa desmontar el equipo de m¨²sica policialmente". Sin embargo, es la denuncia lo que activa la intervenci¨®n. Y ¨¦sta suele ir encaminada m¨¢s a la dispersi¨®n paulatina de la fiesta.
Veinte a?os en danza
Aunque el fen¨®meno ligado al sonido acid house y a la organizaci¨®n de raves tiene su origen en el viaje a Ibiza de cuatro pinchadiscos ingleses en 1987, no fue hasta 1989 cuando arras¨® Inglaterra con una fuerza que puso el pa¨ªs patas arriba. La conjunci¨®n de ¨¦xtasis, tecno y raves cambi¨® la conciencia a una generaci¨®n, puso de los nervios al Gobierno, gener¨® una dur¨ªsima persecuci¨®n legal del fen¨®meno y permiti¨® que los grandes clubes de Londres tuvieran licencia toda la noche, convirti¨¦ndose en versiones legales de las raves.
En la Comunidad Valenciana, la ruta del bakalao lleg¨® a atraer la atenci¨®n de travellers psicod¨¦licos como los del colectivo Spiral Tribe, pero no fue hasta finales de los noventa cuando diferentes promotores aut¨®ctonos se lanzaron a montar fiestas ilegales. Se comunican m¨¢s por Internet que por SMS, y hasta ravers famosos como algunos de los integrantes del colectivo europeo Tribe of Frog han puesto sus ojos en nuestra costa.
Hay que insistir en que el clima facilita mucho este tipo de celebraciones, o al menos, la posibilidad de que se sucedan incluso en lo m¨¢s crudo del invierno. No obstante, cada vez m¨¢s, las raves se celebran en fechas se?aladas -puentes, Navidad, Fallas, San Juan- y responden a la alianza de varios promotores. El p¨²blico es joven y con aguante bestial.
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