No todas las farmacias son iguales
Tenemos un problema. Lo denunciaba este diario el lunes 8 de diciembre en el reportaje Las farmacias se saltan la ley, en el que se describ¨ªa c¨®mo se pueden adquirir con facilidad medicamentos sujetos a prescripci¨®n sin su correspondiente receta. La conclusi¨®n m¨¢s evidente es, como titula el art¨ªculo, que los farmac¨¦uticos incumplen la ley. Sin querer negar la evidencia, tambi¨¦n es obvio que, si se profundiza un poco, se pueden encontrar un sinf¨ªn de situaciones que indican que, por desgracia, ni la ¨²nica causa de esta situaci¨®n es la falta de ¨¦tica de algunos farmac¨¦uticos, ni la soluci¨®n pasa exclusivamente por sancionarlos. Si fuera tan f¨¢cil, hace mucho que el problema habr¨ªa pasado a la historia.
S¨ª, lamentablemente, hay farmac¨¦uticos que no hacen honor a su formaci¨®n sanitaria, que se olvidan de que el medicamento es uno de nuestros bienes m¨¢s preciados y m¨¢s complejos, y que no entienden que forman parte de un todo, el modelo farmac¨¦utico espa?ol, que lleva d¨¦cadas demostrando sus muchas e innegables virtudes. Un modelo cuya credibilidad debilitan sin darse cuenta de que est¨¢n tirando por tierra el esfuerzo del grueso de una profesi¨®n, en la que hay, como en cualquier otra, garbanzos de todos los colores.
Tambi¨¦n hay otros muchos que siguen cayendo en la trampa de entregar el medicamento sin su receta ante el viejo chantaje del paciente que amenaza con conseguirlo en otra farmacia, simplemente por temor a perder un cliente. Esto es pan para hoy y hambre para ma?ana, y s¨®lo se romper¨¢ el c¨ªrculo el d¨ªa en que comprendan que as¨ª est¨¢n dej¨¢ndose por el camino lo ¨²nico que les diferencia de un comercio al uso: su condici¨®n de sanitarios garantes del buen uso del medicamento.
Hasta aqu¨ª el mea culpa, pero ser¨ªa injusto e irresponsable poner aqu¨ª el punto final. El problema es much¨ªsimo m¨¢s complejo, y hay infinidad de buenos y buen¨ªsimos profesionales farmac¨¦uticos que a diario se enfrentan a situaciones en las que, hagan lo que hagan, estar¨¢n incumpliendo una ley o bien trasladando al paciente un problema que ellos no han generado y que puede ser perjudicial para su salud.
Veamos casos cotidianos. Mar¨ªa, de 34 a?os, es atendida en urgencias y sale con un informe que detalla pruebas, diagn¨®stico y tratamiento, pero que no vale como receta. Va a la farmacia a por sus f¨¢rmacos... pero, con la ley en la mano, no pueden d¨¢rselos. Si la farmacia no se la salta, pasa el problema a Mar¨ªa, que no podr¨¢ disponer de ellos hasta que, seguramente d¨ªas despu¨¦s, reciba la receta de su m¨¦dico de familia. ?Y hab¨ªa acudido a urgencias! Esto se llama ineficiencia del sistema.
Otra situaci¨®n familiar. Felipe, pensionista desde hace tres a?os, se queda sin medicaci¨®n por la raz¨®n que sea: se le pierde, no le dan cita hasta varios d¨ªas despu¨¦s, se ha olvidado la caja en casa de su hija..., y acude a la farmacia en busca de ayuda. Si el farmac¨¦utico, que adem¨¢s le conoce y atiende desde hace a?os, respeta la ley, Felipe y su salud tendr¨¢n un problema.
Hay m¨¢s ejemplos flagrantes de pediatras, odont¨®logos, etc¨¦tera, que prescriben verbalmente o por tel¨¦fono, quiz¨¢ sin saber que eso obliga al farmac¨¦utico a elegir entre una m¨¢s que probable discusi¨®n con un paciente o la comisi¨®n de una ilegalidad para resolver un problema generado por ellos.
Enumerar estos casos no es una maniobra de distracci¨®n. La Ley de Garant¨ªas y Uso Racional de los Medicamentos es clara sobre la no dispensaci¨®n de f¨¢rmacos que necesitan receta, y el farmac¨¦utico debe cumplirla. Ahora bien, si la realidad demuestra que cumplirla a rajatabla podr¨ªa llegar incluso a poner en peligro la salud del paciente, la soluci¨®n no es salt¨¢rsela, pero s¨ª es obligado aportar evidencias para que esa norma se modifique cuanto antes.
Por tanto, la soluci¨®n a este viejo problema pasa, adem¨¢s de por una actitud m¨¢s ¨¦tica y valiente del farmac¨¦utico, por medidas vitales que no est¨¢n en sus manos, como convencer de una vez a la poblaci¨®n de que sin receta no hay ni que intentarlo, instaurar una receta privada obligatoria, solucionar el problema de los informes de urgencias, implantar una receta electr¨®nica homog¨¦nea que evite el problema de las prescripciones de larga duraci¨®n, revisar a fondo la clasificaci¨®n y listados de los medicamentos que se pueden dispensar con y sin receta con una concepci¨®n m¨¢s moderna y realista, erradicar la prescripci¨®n telef¨®nica y verbal, aliviar las listas de espera y saturaci¨®n de los centros de salud que provocan una presi¨®n excesiva (y creciente) hacia la farmacia o explorar f¨®rmulas de remuneraci¨®n que primen servicio sobre venta. Eso s¨ª, mientras la Administraci¨®n se decide a actuar y cada cual aporta sus soluciones, aconsejo a los pacientes que elijan muy bien a su farmac¨¦utico y que conf¨ªen en ¨¦l; comprobar¨¢n pronto que no todas las farmacias son iguales.
Mar¨ªa Jes¨²s Rodr¨ªguez Mart¨ªnez es presidenta de la Sociedad Espa?ola de Farmacia Comunitaria (Sefac).
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