H¨¦roe o villano
El creador de 'Populous' regresa con una de sus creaciones lentas y meditadas con un resultado casi perfecto
Peter Molyneux es responsable de algunos de los videojuegos m¨¢s originales e innovadores desde que fundara Bullfrog en 1984. Analizando su porfolio hay un denominador com¨²n en todos sus t¨ªtulos: la eterna dicotom¨ªa entre el bien y el mal.Tras Black & White (Negro y Blanco), llega Fable II, donde el protagonista acabar¨¢ convirti¨¦ndose en h¨¦roe o villano.
Son muchos juegos en uno, como debe ser en un buen t¨ªtulo de rol. Sobre la piel de Albion transcurren todas las historias que pueden ser vividas. Cada pueblo o ciudad tiene personajes ¨²nicos, edificios singulares y docenas de misiones diversas. No hay un orden establecido ni una ¨²nica forma de completar los encargos, con lo que no hay dos historias iguales.
'Fable II'
Desarrolla: Lionhead
Distribuye: Microsoft
Plataforma: Xbox 360
G¨¦nero: rol
Edad: +16
Precio: 60 euros
Sitio: www.lionhead.com/fable2/
Nota 1 a 5: 5
La trama principal se asemeja cari?osamente a un t¨ªpico cuento de Dickens. Dos hermanos, chico o chica seg¨²n elija el jugador, que viven al l¨ªmite de la pobreza se encandilan con un extra?o objeto que baila en las manos de un charlat¨¢n ambulante durante su espect¨¢culo en el casco antiguo de la ciudad. Para conseguirlo necesitan juntar cinco monedas de oro, cada una de las cuales sirve como ejercicio para aprender la mec¨¢nica del juego.
En cuanto consiguen el extra?o objeto sus vidas dar¨¢n un tr¨¢gico vuelco en el que la hermana mayor acabar¨¢ asesinada a manos de un noble loco. El objetivo del protagonista a partir de ese momento es clamar venganza. Pero hasta ah¨ª llegan las similitudes entre dos partidas. Como se ver¨¢, pasado este umbral las experiencias pueden ser diametralmente opuestas, lo que redunda en que Fable II puede ser jugado una y otra vez de principio a fin casi sin repetir situaciones.
El protagonista va siempre acompa?ado de su fiel perro, que no dudar¨¢ en atacar a los enemigos, aunque esto pueda reportarle importantes heridas que deber¨¢n ser curadas. No es extra?o encontrar bandoleros en el camino, por lo que hay que formarse cuanto antes en las artes de la lucha.
Acabando con las amenazas ¨¦stas dejan caer orbes de colores que deber¨¢n recogerse antes de que se evaporen. Cada color aumenta los puntos de destreza y con ellos hay que adquirir habilidades. Un sistema de experiencia sencillo y bien implementado que deja que los noveles en el g¨¦nero del rol se habit¨²en con la mec¨¢nica.
Trasladarse de un lugar a otro o descansar para recuperarse de los estragos de las aventuras consume tiempo que se ve fielmente reflejado en el ciclo diurno. Hay que tenerlo en cuenta, pues los aldeanos duermen por la noche, como es l¨®gico, y abren las tiendas y negocios durante el d¨ªa. Dif¨ªcilmente se puede conseguir trabajo si el taller est¨¢ cerrado, y es necesario trabajar, o robar, para conseguir dinero.
El sistema econ¨®mico de Fable II es complejo y completo. Se puede usar para conseguir bienes, como ropa o armas, pero es posible especular con ¨¦l. Por ejemplo, se puede comprar una tienda y a partir de ese momento el negocio generar¨¢ unas rentas mensuales. De la misma forma se pueden comprar casas y alquilarlas, aunque habr¨¢ que invertir en muebles para que se pague un mayor alquiler.
La faceta social es la m¨¢s importante del t¨ªtulo. La reputaci¨®n es la que permitir¨¢ conseguir una o varias parejas y casarse con ellas para tener descendencia. Se consigue mayor admiraci¨®n contando las gestas a los ciudadanos, o erigiendo una estatua en honor propio. De la misma forma, matar a inocentes y sembrar el caos en las ciudades, o ser pillado durante un asalto nocturno a una vivienda, har¨¢n caer la confianza de la poblaci¨®n.
Hay que conseguir un equilibrio entre la vida de h¨¦roe, la de cabeza de familia -a la que hay que asegurar unos ingresos m¨ªnimos- y la de negociante, comprando y vendiendo propiedades. Aunque otro jugador quiz¨¢ prefiera convertirse en un simple herrero y comerciar con sus creaciones, lejos del traj¨ªn de los monstruos babosos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.