Manjares chinos ocultos en Madrid
De la olla mongola a la lubina agridulce, restaurantes y tiendas con genuinas especialidades del gigante asi¨¢tico
Para muchos, la comida china sigue siendo sin¨®nimo de fast food, tan rebosante de peligros para la salud como una franquicia de hamburgueser¨ªas. Sin embargo, los paladares inquietos saben que en Madrid se puede degustar aut¨¦ntica comida china (es decir, moderadamente sana y sabrosa) sin necesidad de rascarse mucho el bolsillo. ?D¨®nde? Pues en los restaurantes chinos para chinos, y en aquellos otros decididos a hacer negocio sin m¨¢s lujos que la exquisitez de los platos. Y si no se quiere ir de restaurantes, tambi¨¦n es posible cenar una sopa de aleta de tibur¨®n delante de la tele gracias a mercados ricamente abastecidos.
Antes de sumergirnos en la oferta de la capital, aprendamos algunos conceptos b¨¢sicos sobre la cocina china, como que combina arm¨®nicamente los alimentos seg¨²n sean yin o yang para cuidar la salud. Esto se traduce en una dieta donde se alternan los platos ligeros con los contundentes; as¨ª, para abrir boca, hay que tomar un plato fr¨ªo y ligero; luego, los platos calientes y fuertes: carne, verdura, setas, tofu y pescado (en cantidades moderadas), y se acaba con sopa o arroz. Se privilegia la preparaci¨®n de los alimentos al vapor para evitar los efectos perniciosos de los fritos, y si en el plato hay mucha grasa, es se?al de que la comida no es buena.
Sin duda, este orden nos suena a chino, pero en el restaurante Don Lay (paseo de Extremadura, 30; 914 63 45 46) no es raro encontrar adeptos. Conviene hacer reserva: su excelencia y su precio asequible (20 euros de media) es reclamo para chinos y nacionales, y se arriesgan a tener que guardar cola. En este antiguo asador se sirve comida cantonesa (la comida de Cant¨®n es la que se oferta en casi todos los restaurantes chinos en Europa, pues el 70% de la inmigraci¨®n proviene de esta regi¨®n), en la que destacan los dim sum, peque?os aperitivos de masa rellena de pescado, carne o verdura, cocinados normalmente al vapor. Imprescindible probar el canel¨®n de gambas con pasta de arroz (xiao jiao), de sabor y textura sexual. Como plato fuerte, podemos pedir la cazuela de ternera con lirio y setas, y de postre, un delicioso y comedido pastel de batata.
Otra maravillosa sorpresa es el restaurante Hui Fon (Maestro Arb¨®s, 3; 915 06 09 54), sin duda uno de los m¨¢s aut¨¦nticos, tanto por la comida, riqu¨ªsima, como por la organizaci¨®n del local, preparado para celebrar bodas chinas, con mesas giratorias que posibilitan el probarlo todo sin meter la manga en ninguna salsa y habitaciones que pueden reservarse para comer con amigos. Atenci¨®n: soliciten la carta china, pues la adaptada a extranjeros no es tan completa. Prueben la ensalada de pepinos peque?os en tiras, el arroz con verduras secas, los tallarines artesanales y el pollo real: les sabr¨¢ todo a gloria y no se habr¨¢n gastado casi nada (15 euros de media, a no ser que opten por la langosta).
En el restaurante Nihao (Silva, 20; 915 22 20 59) nos espera la olla mongola, parecida a una fondue (tal es su nombre en la carta). La olla se coloca sobre un infiernillo, y contiene dos caldos: uno de verdura, suave, y otro de carne (a elegir entre ternera, cerdo y cordero), de sabor fresco y picante. Cuando el agua rompa a hervir, echaremos a la olla setas, fideos, bolas de pescado (yu wang) y espinaca china, esperaremos tres minutos y ?a comer! Este curioso plato se acompa?a de una salsa de cacahuete para mojar los tropezones. Por 10 euros, nos pondremos las botas.
Un nombre para recordar
Incre¨ªble por su relaci¨®n calidad-precio (10 euros de media por persona) y por su est¨¦tica es el restaurante Millones y Abundantes Razones (L¨®pez Silva, 3; 913 64 08 75). Cercano al fast food de calidad, este chino destaca por su vocaci¨®n de integrarse en el estilo de La Latina a trav¨¦s de una modesta decoraci¨®n minimalista. Todo est¨¢ limp¨ªsimo y su especialidad son las sopas.
En el restaurante Buen Gusto (Santa Mar¨ªa de la Cabeza, 60; 915 30 50 62; unos veinte euros) hay que probar el arroz frito con verduras chinas, el bogavante frito y la lubina agridulce, y en el ya famoso El Rey de Tallarines (plaza del Conde de Torreno, 2; 915 42 68 97; 15 euros) se comen tallarines de trigo frescos amasados in situ. Si les va un toque s¨®rdido a lo David Lynch, bajen al aparcamiento de plaza de Espa?a y coman arroz (aqu¨ª est¨¢ muy sabroso) en el Bar China (915 48 21 03; 10 euros). Su techo bajo, sus paredes forradas con aglutinado de madera y los vapores les dar¨¢n la sensaci¨®n de estar en el camarote de un barco.
Los que quieran organizar una velada china en casa tienen a su disposici¨®n estupendos mercados. En Alimentaci¨®n Autoservicio (Antonio Grillo, 7) venden verduras encurtidas, como col adobada con bamb¨² en tiras, repollo salado, r¨¢bano troceado o bamb¨² picante crujiente. Tambi¨¦n hay, aparte de una gran variedad de t¨¦s, vinagre de coco, salsa de s¨¦samo, cervezas chinas como Tsingtao y Chang, refrescos de tamarindo y golosinas de algas. El supermercado Bao (Magdalena, 7) mezcla alegremente los productos espa?oles con los chinos, y en ¨¦l encontraremos latas de sopa de arroz dulce con jud¨ªas y cacahuete, y dim sum congelado (traducido al espa?ol, como "tapa tradicional china"). Chinatrade (aparcamiento de la plaza de Espa?a) tambi¨¦n ofrece un gran surtido de alimentos congelados, y en el supermercado Tian He (Ave Mar¨ªa, 38), la oferta de setas y algas es apabullante. Por ¨²ltimo, en el Mercado de los Mostenses, en la plaza hom¨®nima, se puede comprar verdura oriental para saltearla en el wok. Toda una sana experiencia.
? Elvira Navarro (Huelva, 1978) es autora de los relatos La ciudad en invierno (Caballo de Troya).
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