PSE y PSdeG acentuar¨¢n su autonomismo
La Ejecutiva federal apenas jugar¨¢ un papel en las campa?as vasca y gallega
No habr¨¢ presencia de los tres tenores -los presidentes de Andaluc¨ªa, Extremadura y Castilla-La Mancha- ni del ex presidente Felipe Gonz¨¢lez como sucedi¨® en la campa?a electoral vasca de 1998. Tampoco habr¨¢ un "frente constitucionalista" PP-PSE, como en la campa?a vasca de 2001. Ni desembarco masivo de ministros como ha sucedido en las campa?as gallegas.
Las campa?as vasca y gallega las han dise?ado las direcciones del PSE y del PSdeG y las desarrollar¨¢n con sus propias fuerzas. Habr¨¢ una excepci¨®n con Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Pero tambi¨¦n muy medida y ce?ida a un acto por provincia vasca y gallega entre precampa?a y campa?a, que, hoy estrena en Ourense. Este plan ha sido asumido por el vicesecretario general del PSOE, Jos¨¦ Blanco, que ha anunciado al PSE y PSdeG que se limitar¨¢ a poner a su disposici¨®n la infraestructura que precisen.
Blanco dice que las auton¨®micas se diferencian de las otras cada vez m¨¢s
Detr¨¢s de la decisi¨®n del PSE y del PSdeG hay una lecci¨®n aprendida del pasado y una visi¨®n de futuro. En elecciones anteriores, sobre todo, en 1998 y 2001, el PSE, ante el desaf¨ªo de un terrorismo etarra muy activo y los primeros planes soberanistas de Juan Jos¨¦ Ibarretxe, apost¨® por una pol¨ªtica defensiva: realzar la presencia del Estado en Euskadi, con desembarcos de ministros y un frente constitucionalista con el PP, con un discurso antinacionalista vasco. El resultado fue una reacci¨®n movilizadora del nacionalismo que dio sucesivas victorias a Ibarretxe.
El PSE, tras su derrota de 2001 y el cambio de Redondo Terreros por Patxi L¨®pez, imprimi¨® un giro. Sustituy¨® el discurso de confrontaci¨®n con el nacionalismo por la pol¨ªtica de di¨¢logo e inici¨® una larga marcha para sintonizar con ese electorado vasco, cercano a los 100.000 votantes, que vota socialista en las elecciones generales y se abstiene en las auton¨®micas o, incluso, vota al PNV.
Es un electorado fronterizo con el nacionalismo, que defiende las instituciones auton¨®micas y el Concierto Econ¨®mico, que se siente c¨®modo en Espa?a y es europe¨ªsta. L¨®pez lo ha cultivado, abandonando la confrontaci¨®n, con un discurso m¨¢s pr¨®ximo a la calle y abriendo el PSE a nuevos sectores, como la c¨²pula del empresariado vasco y el mundo de la cultura euskald¨²n.
La iniciativa del PSE del proceso de paz, tras tres a?os sin asesinatos de ETA, llev¨® esta pol¨ªtica al m¨¢ximo de sus posibilidades y, pese a su fracaso, fue reconocida por el electorado con un ascenso espectacular en las elecciones municipales, de 2007, y las generales, de 2008. De modo que no es descartable una victoria de L¨®pez el 1 de marzo, aunque ser¨ªa todo un r¨¦cord porque tendr¨ªa que subir de un golpe de los 18 esca?os, de hace cuatro a?os, a los 28. Otra prueba del ¨¦xito de esta pol¨ªtica es el temor que suscita en Ibarretxe. De modo, que pretende utilizar la vista del Tribunal Superior de Justicia Vasco para lograr votos de la izquierda abertzale al resaltar su victimismo y aparecer como adalid del fin dialogado con ETA cuando ¨¦l no jug¨® ning¨²n papel sino L¨®pez y Josu Jon Imaz.
En Galicia, la reafirmaci¨®n autonomista del PSdeG viene por la consolidaci¨®n de su coalici¨®n con los nacionalistas del BNG, la f¨®rmula que desplaz¨® hace cuatro a?os a uno de los Gobiernos emblem¨¢ticos del PP, el de Fraga. El PSdeG apuesta por un autonomismo sereno -Galicia no ha generado conflictos territoriales con el Estado, como Catalu?a-, en la comunidad que sale mejor parada de la crisis, entre otras cosas por apenas depender de la construcci¨®n.
El PSdeG centrar¨¢ su campa?a en su l¨ªder, el presidente de la Xunta, Emilio P¨¦rez Touri?o, como encarnaci¨®n del autonomismo sereno y resaltar¨¢ la eficacia de su gesti¨®n. Con la reclamaci¨®n de la reforma del Estatuto dispondr¨¢ de complicidad con el BNG frente al PP en la campa?a. Las encuestas apuntan un ascenso, de dos esca?os para el PSdeG y uno del BNG, lo que consolidar¨ªa el gobierno de coalici¨®n.
Blanco, que asume las razones del PSE y PSdeG, est¨¢ convencido de que las campa?as vasca y gallega, marcadas por su estrategia autonomista, avanzan hacia un nuevo modelo que separa las elecciones auton¨®micas de las dem¨¢s, coincidente con la madurez del Estado de las autonom¨ªas. Esta nueva etapa se reafirma en dos comunidades, Euskadi y Galicia, con un poder auton¨®mico muy s¨®lido, no s¨®lo en lo pol¨ªtico sino en lo social, econ¨®mico y cultural, con una nueva clase social que lo demanda.
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